Monseñor Fabio Colindres y Raul Mijango,
mediadores entre las pandillas y entre las pandillas y la sociedad. Con su
coraje civil, humanismo y visión han abierto una oportunidad para la paz, la
reconciliación, y la rehabilitación del tejido social.
Los “Cuatro Magníficos” de la Sala de lo
Constitucional, por su rigurosidad y honestidad intelectual. Además han
mostrado ser la última línea de defensa de la institucionalidad democrática,
mientras ellos animaban el surgimiento de un movimiento ciudadano capaz de
asumir esta tarea.
Billy Sol Bang, ex-presidente de CEL, por
mostrar cómo un ciudadano valiente puede enfrentarse al intento de usar la
justicia para fines políticos.
Francisco Hirezi, alcalde de
Zacatecoluca, del FMLN, representando a los 11 alcaldes que se atrevieron a
construir acuerdos contra la violencia en sus municipios. Se ganó mi respeto
por su especial dedicación y paciencia para encontrar soluciones pacíficas a
los problemas de su ciudad.
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Saludo también (aunque con menos respeto)
a los personajes que en una escala de 0 a 10 ni siquiera han llegado a 3
puntos, destacándose por acciones lesivas a la cohesión social y la
institucionalidad democrática del país. Deseo ver disminuidas su incidencia en
el 2014.
Sigfrido Reyes, presidente de la Asamblea
Legislativa, por su incansable labor en contra la transparencia y la
independencia de la Corte Suprema.
Salomón Padilla, ex-presidente de la
Corte Suprema, por su intento de dirigir el órgano judicial con criterios
partidarios.
Guillermo Gallegos y Francisco Merino,
dirigentes de UNIDAD, por profundizar la crisis de credibilidad de la clase
política.
Walter Araujo, ½ magistrado del Tribunal
Suprema Electoral, por tratar de convertirse en jugador de ofensiva sin
abandonar su papel de árbitro.
Ricardo Perdomo, ministro de Justicia y
Seguridad, por el oportunismo y egocentrismo que lo llevaron a boicotear los
mecanismos exitosos de mediación que habían producido una sensible reducción de
la violencia. Pero hasta en esto fracasó.
Gerson Martínez, ministro del MOP, por
incapacidad. Puede ser que no robe como anteriores ministros del MOP. Pero está
poniendo todo el sistema de transporte y tráfico patas arriba por razones
electorales.
Mauricio Funes, presidente, por el
cinismo con que ha defraudado las grandes expectativas que generó en un
gobierno comprometido con la transparencia, la meritocracia, la lucha contra la
corrupción y los ideales de monseñor Romero.
Paco Flores, ex-presidente, por falta de
transparencia.
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También saludo a los que en esta escala
de valores cívicos se ubican en el campo medio, mostrando logros importantes,
pero mezclados con errores y reveses.
En este grupo quiero destacar a Luis
Martínez, el fiscal general, que ha asumido la tarea de llevar su institución a
la independencia y profesionalidad que necesita - lo que es sumamente positivo.
Pero está centrando esta estrategia excesivamente en su propia persona - lo que
es un peligro. Desearía que en el 2014 se consoliden sus logros y se superen
sus deficiencias.
Feliz año para todos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)