sábado, 6 de septiembre de 2014

Carta a Norman Quijano – la auténtica, la de Paolo

Estimado Norman:
En este mismo medio ayer se publicó una carta dedicada a vos, donde mi amigo Marlon Manzano te urge apartarte de la batalla por la alcaldía metropolitana. Yo te solicito lo contrario: Luchá para defender la alcaldía.

Un alcalde no se corre solamente porque le han puesto como adversario a un hombre con calcetines chistosos que quiere explotar el hecho de ser más joven.
Marlon Manzano, quien por cierto es uno de los futuros líderes políticos del país, comete un error en su argumentación: Su sugerencia parte de que el nombramiento de Nayib Bukele como candidato del FMLN a la alcaldía metropolitana obliga a ARENA a rehacer su estrategia y cambiar de candidato. Gran error: Un partido siempre tiene que tomar en cuenta las movidas de los contrincantes, incluso tomarlas muy en serio – pero sus candidaturas nunca pueden depender de la estrategia de su adversario, sino de la estrategia propia. Reconocer que el candidato que te ponen te impacta tanto que te ves obligado a cambiar de candidato sería el inicio de la derrota.

Luego de decirte que espero que, lejos de apartarte, te pongas a trabajar y luchar para defender la alcaldía de San Salvador y para derrotar al candidato virtual que te quiere retar, también tengo que decirte que sería un error fatal desestimar los argumentos de Marlon – y de otros que no están del todo convencidos de tu candidatura. Marlon Manzano representa los sectores críticos e independientes de la sociedad civil que luego de la derrota en la primera ronda se pusieron a trabajar y organizar y movilizar y casi te llevaron al triunfo en la segundo ronda. En vez de resentirte con él y otros, los tenés que convencer. Tu reto no se llama Nayib (y mucho menos Walter Araujo), tu reto es ganarte a los miles de Marlon, a todos los sectores (jóvenes y menos jóvenes) que insisten en la renovación de la política y quieren usar ARENA como vehículo para lograrlo. Si lográs que todos ellos (y yo soy uno de ellos) se movilicen como lo hicieron en enero y febrero de este año, entre primera y segunda ronda, vos vas a ganar la alcaldía cómodamente, y además juntos van a jalar suficientes votos para las diputaciones.

Los amigos escépticos no hay que marginarlos, hay que convertirlos en la masa crítica que dé fuerza a tu campaña y la de los diputados. Los escépticos andan proponiendo incluso nombres para relevarte de la candidatura: Ana Vilma de Escobar o René Portillo Cuadra. Es una locura, porque ellos no tienen ningún interés en la alcaldía, porque saben que van a tener mucho éxito encabezando la campaña para diputados. Son tus aliados por excelencia. Trabajando juntos, van a potenciar ambas campañas, la de alcalde y la de diputados. En cambio, si ustedes permiten que existan y sean visibles grietas y resentimientos entre ustedes, se van a causar daño mutuamente.

Si hay un lección a aprender de tu experiencia en la primera y en la segunda ronda de la campaña presidencial, es esta: Hay que acercar a los escépticos y convertirlos en aliados. Hay que acercar a los críticos y convertirlos en asesores. Hay que tomar en serio a los independientes, para convertirlos en votantes.

Si vos das esta señal de apertura, de pluralidad, de inclusión de los jóvenes, inquietos e y renovadores, ¿qué daño te puede hacer un candidato virtual? De todos modos, las alcaldías no se ganan ni en televisión ni en redes sociales, ni en desfiles de moda - sino en los barrios, las calles, los barrancos. Ponéte las botas, Norman, ensuciátelas, y olvídate de los grandes debates pajísticas. Quien quiere discutir contigo que vaya contigo a los barrios, enfrente de la gente de a pie.

Saludos te manda Paolo Lüers

Posdata: Y por favor, quitános estas láminas en Plaza Palestina. Ya nos cortaron nuestros árboles, ni modo, ya estuvo el daño. Que terminen lo que tienen que hacer de remodelación, ¡pero ya!






miércoles, 3 de septiembre de 2014

Columna transversal: Desconfianza, equilibrio, convivencia

Encontré un tuit muy interesante que quiero tomar como punto de partida de esta columna: “Lo seguiré diciendo: la inversión privada depende sobretodo de confianza. Sin confianza no hay verdadero desarrollo.” Lo firma Fernando Poma, uno de los nuevos dirigentes de la empresa privada de nuestro país. Esta frase habla muy bien de Fernando y del sector que representa. Expresa que siguen apostando a la construcción de acuerdos entre el sector privado y el gobierno del FMLN. Pero también expresa cierta ingenuidad. Esta frase tiene por padre el deseo, no la realidad. Deseo de concertación, deseo de llegar a acuerdos nacionales, deseo de echar adelante el país. Mil veces expresado por académicos, rectores universitarios, obispos – y empresarios. 
Contesté a Fernando Poma en twitter: Confianza no habrá con este gobierno. Mas vale construir convivencia basada en desconfianza, contrapesos y acuerdos mínimos.”

El país no debe perder tiempo persiguiendo fantasmas y metas irreales. No los vamos a alcanzar. Solamente nos vamos a desgastar, frustrar y resentir, si seguimos tratando de construir confianza, donde objetivamente existe una mutua y justificada desconfianza entre el FMLN y la oposición, entre el FMLN y el sector privado, entre el FMLN y una sociedad civil que aspira pluralidad, tolerancia, transparencia, derecho de disentir, libertad de expresión.

Es verdad lo que dice Fernando: Sin confianza no hay verdadero desarrollo. Pero esto no significa que sin lograr confianza no sea posible ningún desarrollo. Si en vez de perseguir la ilusión de confianza, nos dedicamos a construir maneras de convivencia basada en mutua desconfianza, pero también basada en contrapesos y controles, el desarrollo y el crecimiento no son del todo imposibles. Estoy hablando de algo parecido como la famosa “coexistencia pacífica”, con la cual se hizo manejable y al fin incluso se superó la guerra fría entre el bloque socialista y el bloque capitalista. Los dos bloques armados de cohetes intercontinentales con cabezas nucleares, desconfiados hasta más no poder – pero cooperando en dar al mundo algunas reglas mínimas…

La búsqueda infructuosa de confianza será más paralizante para la sociedad y la economía que un sistema basado en desconfianza, pero con equilibrio de poder. No es el mejor incentivo para el desarrollo y el crecimiento, pero por lo menos no lo ahoga del todo.

¿Es pesimismo? No, es realismo. ¿Cómo construir confianza con un partido gobernante que, en palabras de su Secretario General Medardo González en la reciente convención, declara: “El Comandante Hugo Chávez es un gran referente de esta unidad latinoamericana, junto a Fidel, el Che, Sandino, monseñor Romero, Schafik y Farabundo Martí. El FMLN es parte de esta visión integradora y emancipadora. A nuestro proceso lo ubiquemos siempre en la corriente progresista, democrática y revolucionaria latinoamericana que va ganando espacios. El Salvador hoy forma parte de esa corriente. Algunos pensaron que era una ola. Los cambios han llegado para quedarse.”

Muy claro: una ola avanza y luego regresa. Una corriente es un movimiento irreversible. El FMLN se autodefina parte de una corriente, según ellos indetenible, al socialismo, a la superación del capitalismo. Es absurdo pensar que hay bases comunes para construir confianza y acuerdos sobre el rumbo del país entre defensores de la libre empresa y un partido que se ve como parte de la corriente que ya arrasó con el capitalismo y las libertades en Cuba y Venezuela.

Esto no significa que no podamos convivir en el mismo país, incluso pacíficamente, y administrar los conflictos de una manera que no paraliza el desarrollo. La manera de administrar esta dialéctica de polarización-convivencia es un sistema de controles y  equilibrios basada en desconfianza y mutuo control. Y esto no se establece negociando, sino creando una correlación de fuerzas equilibrada. Para esto son las elecciones del 1 de marzo del 2015.

Si queremos llegar a una convivencia que permite mínimas reglas y en base de esto un mínimo desarrollo y crecimiento, hay que hacer dos cosas: establecer en las elecciones del 2015 un balance de poder que permita a la oposición ejercer contrapeso desde la Asamblea. Y segundo: defender la independencia de las instituciones encargadas del control del poder, como Fiscalía, Corte Suprema, Sala de lo Constitucional, Corte de Cuentas, Tribunal Electoral.

Si la sociedad civil y la oposición logran estas dos garantías, existen las condiciones para que el equilibro y los controles democráticos funcionen - sin confianza, más bien basado en mutua desconfianza. Sería muy peligroso tratar de llegar a un estatus de convivencia y equilibrio por la otra vía, haciendo concesiones, cediendo terreno al gobierno, con la idea de así construir confianza. Esto lo han hecho en Nicaragua, empeñando la democracia para lograr una convivencia basada en sumisión. 

El Salvador no es Nicaragua. Aquí hay condiciones de detener la corriente. Pero para esto hay que perder el miedo a la confrontación y olvidarse de la tentación de ganar un poquito de crecimiento tratando de construir confianza donde se necesita contrapesos.

(El Diario de Hoy)

Carta al ministro de Obras Públicas sobre el fracaso del SITRAMS

Estimado Gerson Martínez:
Dicen que ni siquiera es tu culpa, que lo del SITRAMS Funes y el partido te obligaron a aceptarlo, aunque vos sabías que estaba mal hecho el proyecto. Puede ser, pero esto no te exime de culpa: Fuiste el ministro de Obras Públicas cuando se planificó mal. Fuiste el jefe del MOP cuando se crearon de manera poco transparente las empresas para manejar el proyecto. Puede ser que fueron tus compañeros de partido que manejan ALBA y el viceministro de Transporte quienes impusieron estos chanchullos, pero el ministro fuiste vos. Puede ser que la compra de los buses en Brasil se manejó por órdenes del presidente Funes – pero el ministro fuiste vos. Si te olía mal el tamal, tal vez no lo pudiste parar –es difícil ir contra los amigos de Funes y los de José Luis Merino juntos-,  pero pudiste renunciar.
Así que ahora que el desastre es tan evidente que ya no se puede esconder, ya no te podés zafar: Vos como ministro de Obras Públicas sos el responsable del SITRAMS. Hoy que los usuarios del transporte público y los automovilistas empiezan a realizar que el caos que el SITRAMS les está causando no es transitorio, sino que será permanente, a vos pediremos cuentas y explicaciones – y disculpas.

Por culpa de todos ustedes (Funes, Nelson García, ALBA, el FMLN, y vos, como ministro responsable), el proyecto del nuevo sistema de transporte urbano se hizo sin tomar en cuenta los estudios técnicos; se hizo en la única ruta donde nunca debería pasar, que es la Juan Pablo. Con esto, ustedes no sólo se cagaron en el transporte público, sino al mismo tiempo en el transporte vehicular entre la capital y la zona Soyapango-Ilopango-San Martín con sus centros habitacionales e industriales. Y de paso se cagaron en el Centro de San Salvador: lo dividieron en dos y lo cargaron, por siempre, con un tráfico insoportable, no sólo en la Juan Pablo, sino en todas las rutas alternas, incluyendo el centro histórico.

Y todo esto, ¿por qué? ¿Realmente pensaron que necesitaban hacer todo este desmadre para ganarle a  Norman en las elecciones presidenciales? ¿Lo hicieron para quitarle el proyecto Metrobus? ¿Y para no dejarlo tan evidente, decidieron cambiar la ruta que originalmente pasaba por el centro, dejando la Juan Pablo libre para evacuar el tráfico vehicular?

¿O más bien fueron razones de negocio más que electorales? ¿Hicieron todo tan acelerado, sin planificación, sin debate público, para sacar provecho financiero antes de que terminara el quinquenio de Funes?

Sea como sea, ahora tenemos el resultado: la ruta equivocada, una Juan Pablo y un Bulevar del Ejército atrofiados y permanentemente al borde del infarto; costos adicionales; empresas que ni el público ni los transportistas aceptan: el centro de la ciudad enfrentando un colapso permanente.

Ya los ciudadanos comienzan a entender que el SITRAMS ni siquiera va a aliviar el transporte público de buses – y que todos pagaremos un alto precio sin recibir nada a cambio. Mal negocio para el gobierno, mal negocio para los transportistas, mal negocio para los usuarios, mal negocio para la ciudad y su alcaldía, mal negocio para las empresas en la zona industrial, mal negocio para los pasajeros, mal negocio para los automovilistas. Y espero, de toda corazón, mal negocio para el FMLN, que con todo este caos del SITRAMS encima tiene que ir a elecciones en marzo.

Y la pregunta del millón, Gerson: ¿Vas a tener la valentía de parar esta locura, o vas a insistir en llevar este proyecto hasta Santa Tecla, cagándote en la otra mitad de la ciudad?

Saludos, Paolo Lüers
(mas!/El Diario de Hoy) 

martes, 2 de septiembre de 2014

Carta a los medios sobre el caso trata de menores

Estimados colegas que dirigen medios:
Un nuevo ‘shitstorm’ está alborotando las redes sociales: en miles de mensajes se expresa la sana indignación sobre una red de prostitución de menores. La gente quiere que se haga justicia. Con razón. Yo también quiero que todo el peso de la ley caiga sobre quienes prostituyen a menores de edad – y esto, obviamente, incluye a los clientes. Los detestables perversos que compran sexo con niñas.
Pero de repente se mezcla algo muy feo en esta tormenta de indignación. Aparecen nombres de supuestos clientes. Aparecen campañas de linchamiento digital. Y aparece la insinuación que los medios de comunicación están callando los nombres de los presuntos implicados para protegerlos, o peor aún, porque provienen de sus filas…

Por muy calientes que sean las pasiones que este caso despierta, hay que manejarlo con cabeza fría. La fiscalía aun no ha presentado cargos contra ningún ‘usuario’ de esta red que supuestamente facilita el sexo con menores. A esta altura no hay ningún indicio que la fiscalía quiera proteger a alguien. Las investigaciones tienen sus pasos a seguir, y sacar antes del tiempo los nombres de los investigados puede complicar o incluso hacer caer el caso, una vez que llegue a la corte. La fiscalía, aunque a veces comete este error, no debe llevar sus casos a los medios antes de llevarlos a los tribunales correspondientes.

Pero resulta que alguien de la fiscalía filtra la copia del testimonio de una de las menores a un periodista que tiene fama de publicar lo que sus fuentes anónimas le filtran – aun cuando no tiene posibilidad de corroborar los datos filtrados. Entonces, Héctor Silva junior publica en twitter una página de un documento que supuestamente (no lo podemos corroborar) representa la declaración ante la fiscalía de una de las mujeres involucradas en el caso.

Por supuesto que este documento, si es auténtico, no debería haber salido al público. Mientras la fiscalía no presenta el caso, es información sumamente confidencial. Su publicación puede tener serias implicaciones jurídicas.

Resulta que en la fotocopia que publica Silva, aparece el nombre de un personaje famoso. Que no lo voy a repetir, porque mientras nadie lo acusa formalmente, nadie tiene derecho de lincharlo. Comienza, entonces, el shitstorm en twitter y Facebook y blogs de dudosa reputación: contra el supuesto cliente, contra el medio donde trabaja, contra los demás medios porque no lo denuncian, contra la voces de cordura que dicen: Esperemos que la justicia trabaje. Si es culpable, que le caiga el peso de la ley y toda la indignación de la sociedad. Mientras tanto, esperemos que actúe la fiscalía.

Por decir más o menos esto, me acusaron de complicidad con la trata de menores. A mi y a todos los medios que no han entrado en el terreno del linchamiento público – y por tanto, no han puesto el dedo a alguien que por el momento sólo salió implicado en un documento filtrado ilegalmente y publicado irresponsablemente.

Los medios como instituciones y los periodistas, como profesionales, no podemos actuar de otra manera. Callarse mientras no hay acusación formal no es cobardía, es responsabilidad. No es complicidad con la prostitución de menores, es la negación de hacerse cómplice de un linchamiento público. Al colega que publicó el supuesto testimonio filtrado le digo: Si usted tiene otras fuentes para implicar a la persona que menciona, preséntelas. Sería legítimo, como resultado de una investigación periodística. Pero reproducir copias filtradas que usted no tiene forma de corroborar, no es profesional.

Felicito a los medios que están actuando responsablemente en este caso. Saludos, Paolo Lüers

Shitstorm = tormenta de indignación, impulsada en redes sociales, que termina en difamaciones y ataques viscerales a quienes no apoyan las acusaciones. 
(Mas!/El Diario de Hoy)