Sigo jodiendo. El 30 de mayo de 2018 publiqué una carta a usted, recordándole que este día estaba venciendo el plazo que usted mismo dio para terminar y poner a operar la presa El Chaparral. Usted me lo dijo en una entrevista en enero del 2017: “Tenemos la orden que en el primer trimestre del 2018 se tiene que terminar, para poder empezar a recibir las primeras lluvias de junio 2018 y ya empezar a generar en esa época.”
No he recibido respuesta.
Me dijo, en enero 2017, que la obra estaba avanzada en un 50%. Yo puse en duda si era realista terminar la presa y ponerla a producir energía en solo 16 meses, y me aseguró que sí, con toda seguridad. Ahora ustedes dicen, en su página WEB, que a la fecha (julio 2018, 18 meses luego de la entrevista) la CEL ha ejecutado el 63.64% de la obra del Chaparral – y que la van a poner a operar en diciembre 2019.
¿Solo 13.64% de avance en 18 meses?
¿36 meses para terminar, en vez de los 12 meses que usted prometió?
¿Qué está pasando en la CEL?
Usted me dijo que bajo su dirección la CEL se ha convertido en una institución de técnicos, dirigida por técnicos, libre de los juegos políticos.
¿Cómo explicar que el proyecto Chaparral, desde su inicio cuestionado por la altísima inversión y el escaso margen de rentabilidad, sigue tan estancado – y al mismo tiempo cada vez resulta más caro?
En la entrevista de enero 2017 entre los dos llegamos a la conclusión que el costo total del Chaparral iba a ser de 418 millones. Pero esto estaba proyectado para terminar la obra en mayo 2018, ahora será diciembre 2019. ¿Cuánto más hay que sumar a los 418 millones con el retraso de 18 meses?
Para que los lectores entiendan el dilema, reproduzco aquí lo que yo le expuse en enero 2017 sobre la explosión de costos del Chaparral:
“Recapitulemos el historial de El Chaparral: La prefactibilidad la hizo una empresa que se llamaba Harza. Ellos dijeron que iba a ser un proyecto de $98 millones para 60 MW. Después vinieron los japoneses de J-Power y dijeron que iba ser de 67 MW, y el tope era que para ser rentable podía costar $140 millones. En el diseño de Intertechne, el costo subió a $166 millones. En la primera licitación los brasileños ofertaron por 240 millones y se le bajó en la negociación a 195. Se hizo la segunda licitación, y se adjudicó a Astaldi sobre 200 millones. Y hoy estamos pasando de 400 millones. Esto se llama explosión de costos. Si en la pre factibilidad le dijeron a CEL que esto puede costar 98 millones, y pasando de esto no será rentable, ¿cómo puede ser rentable con 418 millones?”
Queda abierta esta interrogante. Y voy a insistir en ella hasta
que ustedes rindan cuentas: a la Corte de Cuentas, a la fiscalía, a la
opinión pública.
Saludos,
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(MAS! / El Diario de Hoy)