sábado, 14 de julio de 2018

Carta a los que eligen magistrados: Aquí la lista de los buenos

Estimados:
Esto va a los que realmente van a decidir sobre la próxima Sala de lo Constitucional y la correlación de fuerzas dentro de la Corte Plena. No son los diputados. Son los dirigentes de los partidos. De ustedes dependerá si tendremos una Corte Plena que promueva (o bloquee) las investigaciones y juicios de enriquecimiento ilícito, y una Sala que con independencia ejerza el control constitucional de los otros poderes del Estado.

Circulan las primeras listas de ‘elegibles’. La buena noticia: En las que hasta ahora conocemos (ARENA, PCN, No Partidarios) sobresalen 5 nombres que se perfilan como los más idóneos para convertirse en magistrados de la Sala de lo Constitucional:


Aldo Cader Camilot

Ivette Cardona
Alex Marroquín
                       Carlos Sánchez Escobar
                       José Luis Lovo Castelar


Los primer 4 incluso aparecen en la lista del ISD, organización cercana al FMLN, pero comprometida con la transparencia.

Esta es la lista de los buenos. Los que todos coinciden que son los mejores. El problema es que los partidos entran en la negociación no solo con los que consideran buenos, sino también ponen en sus listas los que consideran ‘convenientes’ incluir. Y entre estos hay algunos que, viéndolo bien, son malas piezas para la futura Corte.

Por ejemplo, ARENA incluyó en su lista a la actual titular de la Procuraduría General de la República, Sonia Cortez de Madriz. Me imagino que les pareció ‘conveniente’, porque Rodolfo Parker del PDC la promueve, a pesar de que no tiene méritos visibles. Y el PCN incluyó en su lista a Jaime Martínez Ventura, miembro del gabinete de Seguridad del gobierno del FMLN. No entiendo cuál sería la ‘conveniencia’ para el PCN de este personaje, aparte de que el diputado Armendáriz quiere cuidar sus buenas relaciones con el gabinete de Seguridad del gobierno. En esta categoría de nombres ‘convenientes’ también caben las magistradas Rosa María Fortín y María Luz Regalado. Sin embargo, sus años en la Corte Suprema no han arrojado méritos que justifiquen su reelección. Y el caso más emblemático en esta categoría es Carlos Pineda. Como es director de la sección de Probidad, que está investigando a funcionarios de todos los partidos, les conviene a todos tenerlo por lo menos en sus listas.

Se supone que estos nombres, que están ahí solo por ‘conveniencia política’, serán los primeros a borrar a la hora de las negociaciones serias. Porque estas negociaciones, que siempre se van a dar, tienen que tomar en cuenta que la sociedad exige que prioricen no las conveniencias, sino los méritos.
Aparte de los 5 buenos que se perfilan como candidatos de consenso, hay otros que merecen ser tomados en cuenta. Por que no solo hay que elegir a los 4 nuevos miembros de la Sala de lo Constitucional, sino también a otro magistrado de la Corte y a 6 suplentes (posiblemente incluso a 7, si Aldo Cader es electo propietario).

Por suerte, la lista de ‘los buenos’ que muestran suficiente mérito e independencia, no se limita a los 5 favoritos arriba mencionados:

Martín Rogel Zepeda
, quien incluso dispone de simpatías del FMLN, pero también del PNC, porque no es partidario
Marina de Jesús Marrenco
Marlon Haroldo Cornejo
Oscar Antonio Canales Cisco
Nelson Palacios Hernández
Olinda Morena Vásquez Pérez
Oscar Humberto Luna


No hay que conformarse con conveniencias, hay suficientes candidatos idóneos que cumplen con el requisito de independencia y méritos académicos. Ya que negocian, negocien para escoger a los mejores.


Saludos,



viernes, 13 de julio de 2018

Los malditos plazos. Columna Transversal

Normalmente, lo que se hace en carrera y al último momento, sale mal. En la vida y e política. La diferencia es: Si un ciudadano deja pasar el plazo para declarar el IVA o para renovar la matrícula de su carro, el único perjudicado es él mismo: Le cae una multa. Pero si es el Estado o un partido, los perjudicados son el país o la democracia.


Columna Transversal
Vivimos en una sociedad que siempre está en guerra con los plazos, empezando con los ciudadanos. Solemos cumplir con nuestras obligaciones al último día ó ya vencido el plazo, esperando que no tenga consecuencias.

Más grave aun cuando esto pasa en política y la vida institucional. ¿Por qué la Asamblea Legislativa deja la elección de los nuevos magistrados hasta el último fin de semana, cuando desde hace 9 años se sabía que el mandato de los magistrados salientes termina el domingo 15 de julio? ¿Qué necesidad había de programar todo el proceso de selección de los futuros magistrados de la manera que el informe sobre las entrevistas de los candidatos se entregara a la Comisión Política de la Asamblea hasta el miércoles 11 de julio, dejando solo un día para su análisis, antes de que el asunto llegue a la Plenaria que tiene que efectuar la elección? Ninguna razón aceptable. Todo el proceso está mal diseñado – o por indiferencia o con mala intención. Con este calendario apretado es humanamente imposible que los miembros de la Comisión Política tomen una decisión informada, basada en análisis y debate, sobre quienes de los 30 candidatos son los más idóneos. Ni hablar de los 84 diputados que al final tendrán que elegir.


¿Cuál es la consecuencia? Si los diputados de la Comisión Política y de la Plenaria no están en capacidad de tomar una decisión informada, ¿en base de qué van a votar? No les quedara otra que acatar la línea de sus respectivas dirigencias, dependiendo de las negociaciones que estas hayan tenido entre ellas.

Es triste: O habrá una elección a tiempo, pero no informada, o los diputados se van a tomar más tiempo, y a partir de lunes 16 de julio el país no tendrá Sala de lo Constitucional.

Otro ejemplo del mal manejo de los plazos, incluyendo los plazos fatales, es la fecha tope para inscribir coaliciones para la elección presidencial de febrero 2019. Este plazo vence el 7 de agosto. Una fecha que todo el mundo conoce desde más de un año, cuando se definió el calendario electoral. Las fuerzas políticas principales están considerando y negociando coaliciones con otros partidos. ARENA quiere ir en coalición con el PCN y el PDC, pero también tiene pláticas con GANA. El Frente quiere ir con GANA, pero como esta novia también baila con otros galanes (ARENA y Nuevas Ideas), tampoco descarta proponer a Bukele. Bukele se comprometió con el CD, pero como no sabe si esta novia tendrá permiso, también quiere amarrar con GANA.

En las tres semanas que quedan, no hay forma que lo que parece telenovela de Televisa se desenrede de una manera democrática, transparente, tomando las decisiones tan estratégicas de manera participativa, de cara a las militancias de los partidos. Una buena mañana, las bases del FMLN, de GANA y de Nuevas Ideas se van a desayunar en los periódicos con quienes han terminado de pactar sus líderes y qué canción les va a tocar cantar en la campaña. Se van a preguntar de dónde salió el vicepresidente que tendrán que apoyar, y qué ha pasado con el proyecto político que discutieron durante meses y que de repente incluye propuestas que antes les dijeron que eran inaceptables.

La coalición de derecha parece un poco más avanzada, y si las dirigencias operan bien, todavía habrá tiempo, aunque apretado, para hacer las bases partícipes de los grandes acuerdos que darán sostenibilidad a un proyecto conjunto. Pero de todos modos no había necesidad de sacrificar la transparencia y la participación democrática con un calendario tan apretado.

Hay que entender que cuando el plazo legal es el 7 de agosto, nadie está obligado de ratificar los acuerdos de coalición el día 6 pasada la medianoche, obviando cualquier proceso interna, ni hablar consulta ciudadana. O en el caso de la elección de magistrados, si la fecha fatal es la medianoche del día domingo 15 de julio, no hubiera sido inconstitucional comenzar las deliberaciones en la Asamblea dos semanas antes, dejando tiempo para debates, aportes de la sociedad civil, análisis, construcción de criterios comunes y, al ser necesario, entrevistas adicionales a los candidatos.

Normalmente, lo que se hace en carrera y al último momento, sale mal. En la vida y e política. La diferencia es: Si un ciudadano deja pasar el plazo para declarar el IVA o para renovar la matrícula de su carro, el único perjudicado es él mismo: Le cae una multa. Pero si es el Estado o un partido, los perjudicados son el país o la democracia.


jueves, 12 de julio de 2018

Carta a los seguidores de Nuevas Ideas: No se quemen las pestañas por una mala jugada de su candidato

Gritos incendiarios de sus dirigentes: “Bienvenidos a la dictadura” (Nayib Bukele); “El derecho del pueblo a la insurrección” (Walter Araujo); “Estamos regresando a los años 70, donde se exterminaba (!) a la oposición para que las elecciones las ganaban los mismos” (Juan José Martell).

Y entre sus seguidores el terreno es fértil, bien abonado por el discurso permanente del líder máximo. Twitter se llena de llamados a la violencia: “Preparen todo, nos vamos a otra guerra”, responde un seguidor. “Saquemos las armas”, responde otro. “Yo y 16 más necesitamos armas”, el tercero. “Que faciliten armas, yo estoy listo”, dice otro seguidor de Nuevas Ideas.


Todo esto por la sentencia de la Sala de lo Constitucional. Pero la Sala solo hizo lo que le tocó hacer: Revisó la constitucionalidad del artículo 47 de la Ley de Partidos Políticos, artículo que manda cancelar a partidos que en elecciones legislativas no alcancen 50 mil votos o una diputación. Su sentencia: El artículo es constitucional, el Tribunal Electoral se equivocó.


En 2015, cuando dos partidos (el PSD y el CD) no cumplieron los requisitos establecidos en este artículo, el Tribunal Electoral declaró inaplicable este artículo, porque consideró que viola la Constitución. Por tanto, decidió dejar con vida los partidos CD y PSD.

Contrario a lo que los líderes de Nuevas Ideas y Cambio Democrático alegan, la Sala no ha suspendido al partido Cambio Democrático. No le compete. Ha sentenciado que la resolución del 2015 no es válida. Esto pone la pelote nuevamente en la cancha del TSE. Tiene que sentenciar de nuevo sobre la vida o muerte del CD, tomando en cuenta los criterios definidos por la Sala. Así funciona el Estado de Derecho. El mismo Juan José Martell lo sabía en enero del 2014, cuando dijo en Twitter: “Las sentencias de la Sala de lo Constitucional pueden discutirse, pero se CUMPLEN. Guste o no.” Ahora, convertido en aliado de Bukele, ya no le gusta.

Hoy pone fuego al cañal diciendo la barbaridad que con una sentencia de la Sala “estamos regresando a los años 70, donde se exterminaba a la oposición”.

Es hora de hacer un llamado a los miembros del CD y los seguidores de Nuevas Ideas: No se dejen arrastrar a la anti política, ni mucho menos a la violencia política. Estoy convencido que muchos de ustedes realmente quieren renovar la política. No pueden exigir que el Estado de Derecho se adapte a las pretensiones de poder de un hombre.

No hagan caso a líderes que les quieren provocar a confrontar el Estado de Derecho, pero quienes a la hora de los cachimbazos no van a estar con ustedes.

Cuando escogieron al CD como vehículo, sus líderes sabían perfectamente que es una carcacha destartalada sin motor – y posiblemente sin matrícula de circular. No levanten ahora el grito en el cielo como si les están quitando un Land Rover del año y con seguro.


No es que el CD como tal lo merezca, pero ojalá que el Tribunal Supremo Electoral encuentre una forma legítima de salvarle su matrícula. Si no, Bukele siempre puede aceptar la oferta de GANA de prestarle su partido. Sea de la forma que sea, ojalá que en febrero del 2019 ustedes se puedan medir con el FMLN y con ARENA. Si no, nunca vamos a ver si esto de las grandes mayorías que según ustedes que respaldan a Nuevas Ideas es cierto o es una burbuja.


Saludos,



(MAS! / EL DIARIO DE HOY)

martes, 10 de julio de 2018

Carta a los escépticos: Hay luz al final del túnel

Considerar dentro de la fórmula presidencial a una mujer sin amarres partidarios, una académica crítica y marcadamente independiente en sus criterios, es un paso audaz. 

Carmen Aida Lazo, decana de economía de la ESEN

Si Carlos Calleja, Arena y PCN se ponen de acuerdo sobre su coalición con Carmen Aída Lazo como candidata a vicepresidente, me quito el simbólico sombrero. Esta decisión mandaría varios mensajes importantes a la vez:

• Que Carlos Calleja habla en serio cuando dice que no quiere un gabinete de cuotas partidarias, sino de los mejores profesionales;

• Que su campaña al fin se está abriendo a la sociedad civil y a sectores que marcan clara distancia a las políticas tradicionales de ARENA;

• Que el PCN, en vez de aceptar la oferta de Calleja de poner de vicepresidente a alguien de chaleco azul, está apostando a la apertura política, a la inclusión y la meritocracia – y no al reparto partidario.

Carmen Aída Lazo, decana de economía la ESEN, no es ideóloga ni del liberalismo económico puro ni mucho menos del mercantilismo que todavía predican sectores fuertes de la derecha. Ella es partidaria de un equilibrio racional entre mercado y estado, y defiende la tesis que la política de desarrollo y crecimiento económico hay que diseñarla para que a la vez sea política de inclusión social, de seguridad publica y prevención.

Si esta mujer está dispuesta a jugarse su prestigio poniendo la cara para una coalición ARENA-PCN, no es para que se siga haciendo lo mismo de siempre. Ella no aceptaría la vicepresidencia si no percibiera un compromiso confiable del candidato a la presidencia a trascender del juego de intereses de los partidos que lo respaldan.

Considerar a una mujer para la vicepresidencia ya es un paso difícil, aunque muchos lo consideran lógico. Pero considerar dentro de la fórmula presidencial a una mujer sin amarres partidarios, una académica crítica y marcadamente independiente en sus criterios, es un paso audaz. Me consta que ha despertado malestar y miedos en ambos partidos. Algunos se dedicaron a circular una recopilación de tuits y artículos publicados por Carmen Aída Lazo en los últimos años, señalando que ella ha criticado tanto a ARENA como al PCN. Pero varios dirigentes (de ambos partidos) me dijeron: ¿Y cuál es el problema? Ella tuvo razón sobrada en estas críticas…

La decisión del PCN de no negociar una vicepresidencia con chaleco azul (aunque así les fue ofrecido), sino de facilitar que se elija a una persona de la sociedad civil que haga contrapeso a los intereses partidarios, me parece atinada. Si el PCN da un paso más y respalda a Carlos Calleja contra las resistencias que una candidatura de la Dra. Lazo despierta en sectores de ARENA, este partido sorprendería a propios y ajenos. Si fuera así, la coalición ARENA-PCN adquiriría un sentido mucho más allá de simplemente sumar los votos de dos partidos. Estaríamos hablando de una coalición, donde el PCN asume un papel correctivo y complementario, un papel de facilitador con la sociedad civil, un papel de contrapeso contra los intereses conservadores dentro de ARENA, un rol de abrir caminos para sumar fuera de los partidos y sus bases, atrayendo a sectores críticos al papel que ambos partidos han jugado en el pasado.



Si todo esto fuera el resultado de las negociaciones de Carlos Calleja con su propio partido y con el PCN, dejaría de dudar de la capacidad de liderazgo del candidato Calleja. Y además, dejaría de dudar que el PCN, posicionándose de esta manera, tiene futuro político como fuerza autónoma.


Parece que hay luz al final del túnel. Saludos,

(MAS! / El Diario de Hoy)