Caracas.- Estuve solamente setenta y dos horas en Caracas y es imposible no percibir los
vientos de cambio que azotan a este país, después de catorce años de la llamada “revolución bolivariana”. Lo primero que salta a la vista es el clima de nerviosismo que predomina en el chavismo, causado por la
incertidumbre que ha desatado el
deterioro de la salud del presidente Hugo Chávez, quien se encuentra en Cuba convaleciendo después de una
segunda operación de cáncer. Ante la falta de información confiable, prácticamente todos los venezolanos se han convertido en oncólogos aficionados, hacen pronósticos, rezan, discuten apasionadamente sobre el “tumor”, mientras en las filas del oficialismo hay un debate soterrado sobre una eventual sucesión, que se transmite con reverberaciones de intolerancia hacia el resto de la sociedad.
La economía depende exclusivamente de la millonaria renta petrolera y casi todo lo que se consume es importado. “Compré carne nicaragüense a precios subsidiados”, me dice el taxista que me traslada al hotel, advirtiéndome sobre la enorme diferencia cambiaria de la moneda que hay en el mercado paralelo. Inflación, asfixia económica provocada por un estado ineficiente, y corrupción galopante, son algunos de los síntomas de esta enfermedad, que se combina con una grave crisis de criminalidad y falta de seguridad ciudadana.
Pero también se percibe un cambio dramático en el clima político. Un cambio esperanzador para muchos, derivado de la consolidación de una oposición democrática, que por primera vez se proyecta como una fuerza con capacidad de poder derrotar a Chávez en las elecciones del 7 de octubre. El rostro más visible de esta alternativa que reúne a varios millones de votantes, es
Henrique Capriles Radonsky, el joven y carismático gobernador del estado de Miranda y ahora candidato único de la oposición. El parto electoral, el mismo Capriles lo admite, no será fácil, hay temores fundados de que desde el gobierno se desate la violencia, y de llegar a ganar, gobernar le será aún más difícil.
El pasado 12 de febrero, Capriles
ganó la nominación presidencial con más del 60% de los votos, en una primaria abierta en la que votaron más de 3 millones de venezolanos. Un precedente histórico, que le movió al piso al gobierno y desde entonces no ha cesado de atacar a Capriles. El propio Chávez lo llamó ‘majunche”, “cochino”, y lo retó a confrontarse con él. Siguiendo con disciplina el guión dictado por sus estrategas de campaña, Capriles no se inmutó, pero los partidarios de Chávez lanzaron ya un primer ataque violento, con balacera incluida, contra una caminata electoral que encabezaba el candidato opositor en Cotiza, una barriada de Caracas, hace una semana.
En la sede del Comando Tricolor, en Colinas de Bello Monte en Caracas, asistí con el colega Daniel Santoro, de Clarín (Argentina), a conversar con el hombre que se propone derrotar a Chávez y cambiar el rumbo de Venezuela. En medio del lema “Hay un camino” estampado en todas las paredes, una pizarra acrílica en su “cuarto de guerra’, recuerda que faltan 216 días para el día D. Esto fue lo que nos dijo el candidato opositor:
Las lecciones de la oposición
¿Cómo logró la oposición venezolana superar su crisis al punto que ahora tienen una estrategia política común y lo seleccionaron a usted en unas elecciones primarias? ¿cuál fue la clave de este proceso de unidad?
Esto ha sido un proceso de aprendizaje durante estos años, de aciertos y desaciertos. Nosotros venimos de errores como no participar en las elecciones parlamentarias (2005), la abstención, toda la situación del paro, huelgas indefinidas en su momento, el golpe de estado (2002). Ha habido una cantidad de hechos que nos quitaron dirección para construir esa alternativa.
¿Esta es una nueva oposición?
Yo si creo que es una visión distinta, con un nuevo liderazgo. No olvidemos lo que ha pasado en los últimos años, el cambio constitucional, intento de reformar la constitución, leyes para generar expropiaciones, confiscaciones.
Entonces el proceso de aprendizaje, nos llevó hasta acá, hasta entender cuál es el camino que tenemos que construir. Los venezolanos queremos resolver nuestras diferencias por vía de los votos, de la democracia. Es necesario sumar esfuerzos, el encuentro de todas las fuerzas políticas, pero también los que no son partidos políticos, y llegamos hasta este punto.
¿Este resultado nace a partir de una visión programática o de que hay un nuevo liderazgo?
Es un conjunto de cosas, antes nuestra agenda la determinaba el gobierno. El gobierno decía “A” y por otro lado se decía “B”. Hoy tenemos nuestras propias propuestas, nuestra propia agenda para el país, para que Venezuela salga adelante, y después con un liderazgo. Entonces, vamos hacia una “tormenta perfecta”, la agenda la determinamos nosotros, nuestro proceso electoral de primarias batió records en el mundo, en términos de participación.
¿Esos tres millones que participaron en las primarias, representan un piso o un techo electoral?
Generalmente los que analizan estos procesos dicen que a un proceso de primarias que asiste determinado número de personas cuando van a una elección general eso se multiplica por tres. Entonces imaginemos la fuerza de lo que se está construyendo, porque también hay un voto oculto en el país. Tú tienes un gobierno central promoviendo anarquía, división, conflictos, sembrando miedo, generando intimidación. Y por otro lado, donde yo estoy a la cabeza, tenemos un proyecto que promueve la paz, el progreso, el encuentro de los venezolanos, que quiere que Venezuela salga adelante. ¿Qué ha pasado? A mí hoy el gobierno me recuerda a la oposición hace diez años.
Proyecciones electorales y la salud de Chávez
Sin embargo, el presidente Chávez sigue teniendo un apoyo muy fuerte, cuanta con todos los recursos del estado para seguir haciendo campaña. Una encuesta que leí hoy recientemente le da 52% de respaldo contra 34% para usted. ¿Cómo se puede remontar esa desventaja?
No hay encuestas en este momento, después del proceso electoral del 12 de febrero. Y previo al proceso de primarias la última encuesta a la que yo tuve acceso, hablábamos de una elección pareja. El gobierno tiene un piso importante, pero viene de perder unas elecciones (legislativas del 2010), las gana en número de diputados por el cambio en los circuitos electorales. Cuando se totaliza el gobierno viene de tener 48% en ese proceso electoral. Vamos hacia un proceso electoral, donde vamos a tener un colchón (de votos) lo suficientemente significativo para que no existan aventuras en términos de reconocimiento de los resultados electorales.
La incertidumbre que está planteada a raíz de la situación de salud del presidente Chávez ¿De qué manera puede incidir en este proceso electoral?
Yo no me meto en el tema de la salud de nadie y como buen cristiano que soy le deseo salud y larga vida a cualquier persona que pueda tener una enfermedad; en eso soy respetuoso, sea el jefe de estado, sea cualquier persona.
Le deseo al candidato del gobierno central que se recupere rápido, larga vida. Soy el primer interesado. Primero, creo que este ciclo lo debe cerrar la persona que lo inició, y segundo, yo quisiera que pudiera ver todos los cambios que vamos a construir en Venezuela, que vea que si puede haber un país donde podamos superar la pobreza, reducir la desigualdad, un país que lo logra con otro modelo, no con este que tenemos que no nos permite progresar.
La bandera social y la educación
¿Cuál es el cambio fundamental de modelo que usted propone? En su gestión y su discurso se percibe que está intentando arrebatarle a Chávez la bandera social, pero sus adversarios dicen que esa es una estrategia “camaleónica”. ¿Cuál es su propuesta de fondo?
El gobierno lo único que hace es descalificar. Después que ganamos la primarias hasta ahora no he visto nada que no sea insulto, cuando una persona va a ese terreno, y tú lo sabes, es porque se le agotaron la ideas. Cuando una persona promueve violencia es porque le tiene un profundo temor a las ideas del otro.
Nuestra propuesta es clara, lo social no le pertenece a un partido o a un gobierno, lo social es de todos. Si tú estás en un gobierno en Venezuela, ¿cómo vas a pensar en un proyecto de gobierno que no vea el tema de la pobreza? ¿Qué le reconozco yo a este gobierno? Haberle dado la primera línea. Lo he dicho y no tengo esos complejos, pero no es suficiente reconocer el problema. Yo tengo una bandera como Gobernador y que aspiro a que sea una de nuestras grandes banderas en nuestra Presidencia, la educación. La educación permite que un país progrese, donde hay educación no hay distinción de clases.
¿Qué porcentaje de su presupuesto invierte en educación?
60% del presupuesto, quizás debo ser uno de los territorios que más invierte en educación en el mundo, porque creo que la educación es el escudo contra la pobreza, creo que en la medida que nosotros desarrollemos las capacidades de nuestro pueblo, el país se dispara hacia arriba. La educación reduce la violencia, acaba con la violencia. Ahí está, esto no es un discurso y ahí acaba la diferencia, yo no soy una persona de largos discursos, soy una persona de hablar menos y hacer las cosas, porque de discurso no se vive.
Usted ha dicho que se inspira en el modelo brasileño de Lula ¿eso significa que quiere proponer un socialismo democrático para Venezuela?
Yo no pongo etiquetas, ahí hay una gran diferencia, no porque no tenga una ideología. El gobierno trata de convertir esto en un conflicto ideológico. Vamos juntos a un barrio, a cualquier barrio de Venezuela y tú pregúntale ¿si es de izquierda o de derecha? O pregúntale al que está viviendo en una casa de cartón ¿si es capitalista o socialista?, y te va a decir: mire como tengo yo mi vivienda, es de cartón, no tengo empleo, de mis hijos no estudia ninguno en la escuela, ¡Ayúdeme!
¿Cómo visualizo yo la superación de la pobreza? No dándote yo un recurso, simplemente. Con el programa “Hambre Cero” yo garantizo la alimentación un año, en paralelo voy mejorando las condiciones de tu vivienda. Tus hijos y la familia vamos al sistema de salud y después voy al tema más importante, tú puedes ser una persona productiva, déjame capacitarte para un empleo. ¿Sabes cuál es el grave problema? Que no hay empleo porque el gobierno confiscó, expropió las empresas, ahuyentó la inversión nacional, no hay inversión extranjera. Vivimos del petróleo hoy más que nunca, más del 70% de los alimentos que comemos los venezolanos vienen de otros países.
¿Eso implicaría desmontar el sistema de las Misiones de Chávez?
No está planteado eliminar ningún programa social, yo soy especialista en mejorar las cosas no en deteriorarlas ni en eliminarlas, sino en mejorarlas.
Una oferta de paz y progreso
¿Qué está en juego en esta elección? El chavismo dice que se trata de la continuidad de la revolución.
Para mi esto es pasado vs. futuro, yo estoy del lado del futuro
El país está polarizado…
El país no está polarizado, el gobierno quiere la polarización. Porque cuando le preguntas a los venezolanos en las calles ¿usted quiere un país de progreso y paz? te dicen sí. El país tiene dos posiciones políticas, unos que quieren permanecer en el poder, defender a toda costa el ejercicio del poder y otros que creemos que nos podemos encontrar todos, que ya basta de confrontación y división. Entonces yo no voy a una batalla porque no creo en la batallas, la época de las batallas independentistas y las luchas armadas eso es parte de nuestra historia y le debemos a nuestros próceres la independencia. Hoy el mundo, en el que yo creo no son fusiles, son computadoras, son libros, son escuelas, son universidades.
Pero hay un segmento de la población venezolana mayoritariamente pobre que tiene una conexión emocional en su corazón con Chávez ¿Qué les ofrece usted?
Eso es legítimo porque la democracia es que tú puedas pensar como quieras, creer en quien quieras, no que te diga el gobierno como debes pensar, sino pensar por ti mismo. ¿Qué le ofrezco yo a los venezolanos? un país donde todos nos encontremos y donde nadie se quede atrás, un país de progreso.
El modelo brasilero es un ejemplo. ¿Cómo logró Brasil en los últimos diez años reducir la pobreza y generar empleos de calidad?, ¿el gobierno se fue acabando con todo lo que tenía en frente? No, el gobierno entendió que debe tener un papel muy importante en el desarrollo del país, en la regulación que sea necesaria para permitirle al más pobre poder salir de esa situación de pobreza, pero también entendieron que el sector privado era necesario, que el esfuerzo privado tiene que ser un generador de oportunidades de progreso
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El ALBA y Nicaragua
El gobierno de Chávez ha desarrollado dos iniciativas de cooperación que han tenido mucho impacto en Centroamérica en el Caribe, una es Petrocaribe y otra es el ALBA que tiene un componente económico pero que también es fundamentalmente política. ¿Qué visión tiene Ud. Sobre esas políticas, que haría de llegar a la Presidencia?
Lo primero, yo lo he dicho es que yo no quiero ser líder del mundo, yo quiero ser líder de Venezuela. Esto no es un proyecto para yo llegar a otro país y ser el ídolo de otro país, porque el petróleo para mí tiene que ser la base, el motor para el desarrollo de los venezolanos. En el intercambio con otros países que podamos vender el petróleo y dentro de ese intercambio comercial los venezolanos podamos ganar económicamente, bienvenido sea.
¿Qué hay detrás del Petrocaribe? ¿en cuanto se beneficia Venezuela de Petrocaribe? Busquemos relaciones equilibradas, porque al final el gobierno (de Chávez) todos estos acuerdos ¿qué es lo que busca? apoyo político para su proyecto. ¿Cuál es su proyecto?, ya todos lo sabemos. Yo quiero tener relaciones con Centroamérica con el Caribe, con toda nuestra América Latina que a los venezolanos nos deje algo, porque si no serían relaciones que es como si en Venezuela no tuviéramos problemas, no sobran los recursos. A mi me parece que aquí, el gobierno (de Chávez) tiene su agenda política, porque hay una persona que quiere ser líder de mundo, regala casas en otros países cuando aquí hay personas que no solo están esperando la casa, sino que están en refugios porque perdieron la casa.
¿Esa cooperación que actualmente existe, se suprimiría o se modificaría?
Hay que ser muy cuidadoso en decir, yo voy a quitar esto, yo voy a quitar aquello. Esa es la propaganda oficial. La propaganda que el gobierno vende para generar incomodidades en términos de una relación futura con otros países en nuestra América Latina, por las relaciones que pueda haber entre jefes de estado. Yo pongo a un lado la amistad que pueda tener con jefes de estado, a las relaciones entre pueblos y entre países, que son relaciones que trascienden la relación de un momento entre dos jefes de estado.
En el caso de Nicaragua la cooperación venezolana ha sido muy generosa y cuantiosa, pero ha sido privatizada por el gobierno de Ortega, se maneja discrecionalmente fuera del presupuesto
Sí, estamos informados de eso. Pero ¿qué es lo que hay detrás de eso? Apoyo a proyectos políticos. Porque aquí hay un proyecto político de tratar de ser líder del mundo, ego, vanidad, ansias de poder. No es mi caso, yo quiero tener la mejor relación con todos los países de América Latina, creo profundamente en la integración de nuestros países, que las relaciones sean de tú a tú, que nos beneficien para que sea una buena relación binacional.
¿Una relación de estado a estado?
No creando paralelismo para apoyar proyectos en otros países, porque, repito, aquí hay una persona que quiere ser líder del mundo, yo no quiero ser líder del mundo, yo quiero ser líder Venezuela.
La cooperación ha generado una deuda de Nicaragua con Venezuela, y hay una polémica sobre si es una deuda pública una deuda privada
Aquí no tenemos los detalles. Quienes no estamos en el gobierno central no tenemos los detalles, porque es una información poco transparente. No se conocen los detalles de muchos acuerdos, muchos intercambios, que no pasan por la Asamblea Nacional.
La sombra de la violencia
¿Es confiable el sistema electoral venezolano, existen reglas del juego para una elección verdaderamente, libre, transparente?
Sin duda alguna es una lucha desigual en términos de manejo de recursos, árbitro electoral, de ponerle límites a quien está en el gobierno central en términos del uso de los recursos del estado para un proyecto político. Yo siempre les digo a las personas cuando me hacen esa pregunta: el proceso electoral depende de que usted cuide su voto, nosotros tenemos mesas de votación donde no hemos tenido ni un voto, cuando vamos averiguar que pasó ahí, no tenía ni un miembro de mesa, ni un testigo, no hay nadie que supervisara el proceso. ¿Qué hacen entonces? agarran el cuaderno de votación, ¿cuántos electores aquí hay? 500, dale a la maquinita. 500 a 0.
Nos estamos preparando a siete meses del proceso electoral (para) que ningún centro de votación del país, no tenga un comando de campaña. Esa es la garantía del proceso, más exigirle al Consejo Nacional Electoral el cumplimiento de todas las condiciones de un proceso de auditoría confiable, de ver las actas, las papeletas, todo. Esperemos que el gobierno no trate de generar un muro en la observación internacional del proceso.
¿Pero no se ha invitado hasta ahora a la observación internacional?
Se está pidiendo, se está haciendo toda la gestión para que empiece. Todavía no tenemos el cronograma oficial pero sí se va a pedir la observación internacional. Y creo que el gobierno va estar en una encrucijada, negar la posibilidad que venga la observación internacional a un proceso tan importante como este, levantaría mucha suspicacia. A nadie le debería interesar un proceso que genere dudas, y me refiero a los países de nuestra América Latina, porque yo si confío en la observación de otros países de América latina donde hay claramente una visión de lo que es la separación de poderes, las instituciones y la democracia.
¿Los ataques y la violencia que se desató la semana pasada contra usted y su campaña es un augurio que será esta una campaña electoral violenta?
El gobierno dice que somos tres gatos, ¿si somos tres gatos, por qué les preocupa tanto? ¿qué buscan con eso? Intimidar. Es un hecho sumamente grave. Yo estuve alrededor de una hora sometido durante el trayecto a tiros al aire, ¿pero qué pasa si alguien de repente deja de disparar al aire y dispara? ¿qué tendríamos? una desgracia ¿para qué? quieren intimidar, generar caos, hacer sentir que un cambio en el país va a traer caos. Caos es lo que tenemos en este momento en Venezuela, el año pasado hubo más de cinco mil protestas en el país. ¿Sabes por qué el clima hoy, hay cierta calma en la calle a pesar de las protestas que se escenifican todos los días? Porque hay elecciones, los venezolanos estamos esperando las elecciones.
¿El presidente Chávez aceptaría una derrota en las urnas?
No tengo ninguna duda, eso no es un capricho, si pierde perdió, ahí no lo salva nadie.
¿Y usted por qué quiere ser presidente de Venezuela?
Porque quiero que Venezuela progrese, quiero que los venezolanos progresen, quiero ver a nuestro país progresar, y si Dios me puso aquí, asumo la responsabilidad.
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Capriles y el resurgimiento de la oposición
El abogado tributarista Henrique Capriles Radonsky, proveniente de una familia con raíces empresariales y de inmigrantes polacos judíos, empezó su carrera política a los 25 años, cuando fue electo diputado al congreso en 1998. Un año después fue nombrado por consenso presidente de la Cámara de Diputados, y se convirtió en el último y el más joven vicepresidente del Congreso Bicameral, antes de que éste fuera sustituido por una Asamblea Constituyente. A partir del año 2000, Capriles fue electo durante dos períodos consecutivos como alcalde de Baruta, una región del distrito metropolitano de Caracas. Estaba en el ejercicio de su cargo como alcalde, en el 2002, cuando fue encarcelado por cuatro meses a raíz de los incidentes que se produjeron en la embajada de Cuba durante el golpe de Estado contra Chávez. Lo acusaron de instigar actos de violencia contra la sede diplomática y luego fue absuelto de cargos.
En el 2008, Capriles fue electo Gobernador del estado de Miranda, derrotando a Diosdado cabello, una de las figuras más prominentes del chavismo. Y desde la gubernatura de Miranda, ha impulsado una gestión de gobierno con énfasis en los programas sociales y en la inversión en educación. “Populista democrático” para unos, “disfraz camaleónico” para otros, lo cierto es que el estilo desenfadado y directo de Capriles y su facilidad para conectar con la gente más pobre, se convirtió en una novedad política en la oposición y motivo de alarma para el chavismo. Corredor aficionado de maratón, Capriles se mueve con la misma naturalidad en una motocicleta en las calles de Caracas que en un avión ejecutivo. “Ha logrado entrar en barrios que antes estaban vedados para la oposición”, me explica un periodista que ha observado su carrera con escepticismo, y no deja de señalar que, por su origen social, “Capriles siempre será vulnerable a los ataques del chavismo”.
Detrás de Capriles, hay una incipiente maquinaria política y un eficiente staff que se ha nutrido de los consejos de afamados consultores políticos brasileños,
aunque sus asesores insisten en que toda la estrategia es “hecha en casa”..
Paradójicamente, el resurgimiento de la oposición venezolana empezó hace seis años con una derrota electoral, cuando por primera vez concurrieron a las urnas bajo una candidatura unitaria. “Ese fue el punto de partida”, sostiene Alfredo Briquet, jefe de campana de Capriles, refiriéndose al acuerdo que promovieron en el 2006 Teodoro Petkoff (director del periódico Tal Cual) Julio Borges (partido Primero Justicia) y Manuel Rosales (partido Un Nuevo Tiempo, entonces gobernador del estado de Zulia), para apoyar a un candidato unitario. El escogido fue Manuel Rosales y obtuvo el 36.9% de los votos frente al 62% de Chávez.
Pero a partir de ese momento se rompió el ciclo golpista y abstencionista de la oposición. El No de la oposición derrotó a Chávez en el referéndum constitucional del 2007 y se desató un proceso que desembocó en la formación de una alianza en torno a la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que reúne a 17 partidos y organizaciones políticas, incluidas varias que han defeccionado del chavismo. En las elecciones legislativas del 2010, los candidatos de la MUD, por primera vez lograron superar en votos al chavismo, aunque obtuvieron menos diputados.
Ahora Capriles Radonsky es el candidato de la Mesa de Unidad Democrática, en unas elecciones en las que el presidente Chávez, aquejado por la enfermedad, busca la reelección por tercera ocasión.