Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 30 enero 2021
Estimados lectores:
No me gustan los ejercicios periodísticos de resumen del año. Normalmente son aburridos, y aburrir es el pecado más grave del escritor. Pero el año que mañana despedimos ha sido demasiado turbulento para no tratar de retratarlo. Hay una palabra que se puso de moda: disruptivo. Aplica para hablar del 2021: presenciamos una ruptura en la política, en la forma de gobernar. Ruptura viene de romper. Llegaron al poder personas que están tratando de romper con el sistema democrático, republicano y pluralista.
Ellos hablan, con orgullo, de haber roto el bipartidismo. No importa que nunca lo tuvimos. Pero sí lograron diezmar, tal vez definitivamente, a los dos partidos que luego de los Acuerdos de Paz han gobernando: Arena y el Frente. Podría incluso ser una transformación loable, si terminara en más pluralismo. Pero en nuestro caso, terminó en lo contrario: se está preparando un partido único.
Gran parte de las disrupciones que los Bukele y sus seguidores dieron al sistema que acordamos en 1992 para terminar no sólo con la guerra, sino con el militarismo, con el autoritarismo, con el sistema de partido-Estado, las lograron en 2021.
Aquí está la lista de las principales rupturas que Bukele y su gente han logrado propiciar a nuestra sistema de convivencia democrática. Cada uno de estos hechos el gobierno lo celebra y la comunidad internacional y las organizaciones civiles lo denuncian como pasos a la autocracia:
1. La conquista de una mayoría aplastante en la Asamblea en las elecciones de febrero: la manera como operan esta mayoría significa la ruptura con el pluralismo.
2. La remoción de la Sala de lo Constitucional y del fiscal general, el 1 de mayo. Fue inconstitucional, pero creó una Corte Suprema y una Fiscalía de hecho. Con esto se consuma la ruptura de la independencia judicial.
3. La Ley Bitcoin, la cual propagan como “conquista de la libertad económica”, pero que no es otra conquista que la del presidente y su círculo interno de disponer sin restricciones y controles del dinero público. Están creando una base digital para usar arbitrariamente las subvenciones y la asistencia social. Con esto, se termina institucionalizando la corrupción.
4. La ruptura del sistema de Acceso a Información Pública, que se había logrado luego de años de lucha de la Sociedad Civil. Con esto, el gobierno rompe con la transparencia. Se libera de la obligación de rendición de cuentas. Hace y miente como les da la gana.
5. La purga de jueces y fiscales, con el decreto del retiro forzoso. Porque para romper del todo con el estado de Derecho, no es suficiente controlar las cabezas del sistema judicial. Hay que alinear, mediante una estrategia de zanahoria y garrote, al cuerpo del sistema judicial.
6. La militarización avanzó en dos direcciones durante el año 2021: militarización de la PNC y creciente rol de la Fuerza Armada en la Seguridad Pública. Se rompió con otro de los pilares de los Acuerdos de Paz.
Pero, en el 2021 también han pasado hechos adversos a las intenciones autoritarias de Bukele. También hubo reveses para el régimen.
1. La profesionalidad, capacidad investigativa y valentía que ha logrado consolidar el periodismo independiente. En contra de una monstruosa maquinaria de propaganda gubernamental y paragubernamental, los medios independientes han logrado mantener viva una opinión pública informada, crítica y exigente. Han compensado la pérdida de transparencia por parte del Estado.
2. La Sociedad Civil no sólo sufrió derrotas, también dio pasos de resistencia y crecimiento. De la variedad de la sociedad civil surgió una oposición, que es independiente de los partidos políticos, se auto-convoca, es irreverente y multifacética. A partir del 15 de septiembre del 2021, la calle ha sido de esta creciente oposición ciudadana.
3. El poder gobernante abandonó el diálogo, la concertación y la búsqueda de acuerdos de país, pero la sociedad civil no. Gente de derecha busca construir una plataforma democrática compartida con los de izquierda, liberales con conservadores. El pluralismo se defiende, desde abajo.
4. El 2021 ha sido el año de la ruptura con Estados Unidos. Esta disrupción es el revés que más le va a costar a Bukele. En 2020, Bukele tenía en los Estados Unidos a un aliado poderoso que lo protegía. Pero la amistad de Bukele no fue con Estados Unidos, fue con Trump. Cuando este perdió, Bukele nunca entendió el cambio de política que esto significaba para América Latina.
En vez de negociar con la nueva administración, la provocó, la humilló, la desafió. Lo peor: Piensa que está ganando una batalla contra Goliat, cuando es el inicio de su declive.
5. Y a pesar de todo, aún hay jueces valientes en El Salvador.
La batalla de Nayib Bukele contra la democracia no está ganada. Tampoco la batalla para preservarla. Todo depende de lo que tengamos capacidad y voluntad de hacer en el 2022.
Feliz año nuevo les desea Paolo Luers