Hace pocos días apareció en un rotativo un campo pagado muy particular: 26 organizaciones populares defendiendo con capas y espadas su derecho de dejarse manipular por la cúpula de su partido FMLN.
La consigna de este absurdo manifiesto es: “¡No hay sentencias que retrocedan a un pueblo que vota por plataforma y bandera!”
Mientras la parte pensante de las izquierdas salvadoreñas y de las propias bases del FMLN exige al partido gobernante que respete la independencia de la Sala de lo Constitucional y que acepte su sentencia que da al ciudadano el derecho de elegir libremente entre los candidatos a diputados propuestos por los partidos, la otra izquierda, la retrógrada y autoritaria, formó una alianza de organizaciones fieles al partido para defender el derecho del FMLN de seguir decidiendo por sus bases y por sus votantes. Es esta izquierda que se manifiesta en el comunicado publicado el día 12 de junio bajo el título: “Declaración al pueblo salvadoreño”. No es casualidad que está encabezado por una foto en la cual el máximo dirigente del FMLN, Medardo González, se dirige a una asamblea de representantes de las organizaciones firmantes de esta declaración.
“El partido nunca se equivoca, es la expresión infalible de la voluntad popular”, decretó Stalin y mandó a matar o encarcelar a todos que no estaban de acuerdo, incluyendo millones de militantes de izquierda.
Bueno, en este caso, el partido FMLN convocó a los dirigentes de sus organizaciones satélite a un foro llamado “ El impacto de las sentencias en el proceso electoral y en la continuidad del proceso de cambios abierto por los Acuerdos de Paz”, para poner en línea a sus bases. En este evento el partido hizo a su ‘movimiento social’ firmar el mencionado manifiesto, que aboga por “cambios constitucionales que modernice al Estado y den respuesta a las necesidades de las mayorías (...), si fuera necesario, incluso convocando una Constituyente”.
Además el FMLN hizo firmar a sus organizaciones de masas el compromiso de “respaldar la votación por bandera y plataforma”, o sea el compromiso de hacer uso de su derecho constitucional de poder votar por la persona de su confianza. Con este está preparado el camino para la campaña que el FMLN y sus organizaciones van a hacer para que sus bases voten fiel a las directrices del partido: por la bandera.
¿Cómo es posible que organizaciones como CONFRAS o CRIPDES, que en la época de la lucha contra la represión defendieron dignamente los derechos y libertades de sus afiliados, hoy piden a sus bases que deleguen el derecho de pensar y decidir a la Comisión Política de un partido?
En el actual debate sobre la reforma electoral y en su enfrentamiento con la Sala de lo Constitucional, que sentenció en favor del voto por personas, para el FMLN está en juego mucho más que el control sobre sus futuros diputados; está en juego el concepto de partido; el partido infalible, el partido vertical, el partido como autoridad encima de las decisiones personales. El partido que controla a la sociedad entera, porque es sabio e infalible...
Por esto el FMLN se está poniendo tan necio e irracional en sus ataques a la independencia de la Sala de lo Constitucional. Quiere evitar, a cualquier costo, que la Sala saque otra sentencia declarando inconstitucional la reforma aprobada por la coalición FMLNGANA que sigue dando ventajas a los candidatos seleccionados por los partidos a encabezar las listas. El pleito sobre el voto por la bandera es, para el FMLN, una batalla de principios, y por esto está tratando de poner en línea a las organizaciones populares.
La otra batalla síntesis del FMLN ya está anunciada: la lucha por una Constituyente, siguiendo el guión de Venezuela, Bolivia y Ecuador. El mismo guión que trataron de poner en escena en Honduras con Mel Zelaya...
La mala noticia que se manifiesta en el comunicado: todavía hay ‘líderes populares’ que se prestan a firmar un comunicado tan absurdo que atenta contra los derechos y libertades de los ciudadanos y da cheque en blanco a la dirección de un partido.
La buena noticia: el FMLN, con sus ataques contra la Constitución, ya está nadando contra corriente, incluso dentro de la izquierda y dentro de los movimientos sociales. Por esto le encachimba tanto el hecho que muchas de las organizaciones de la sociedad civil tradicionalmente de izquierda no firmaron su manifiesto, sino prefieren construir alianzas amplias para defender la Constitución.
(El Diario de Hoy)