viernes, 17 de septiembre de 2021

Carta a los amantes del amor: Vean la serie “Modern Love”. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, sábado 18 septiembre 2021



Estimados amigos:
Varios sábados no he podido continuar con mis cartas sobre las series. Por dos razones: Primero, porque se impusieron temas de la realidad nacional e incluso internacional demasiado importantes; segundo, porque s
ólo encontré series basura. Unas aburridas, otras burdos, y algunas con sobredosis de violencia. Las mejores series son policíacas o historias de crimen, que obviamente contienen violencia, pero con un tratamiento cinematográfico adecuado, como en “Ozark”, “Fargo”, “Lillyhammer”, “Bloodline” u otros que ya aparecieron en mis cartas de sábado. 


Pero últimamente nos topamos con orgías de violencia - y llegamos a un punto de saturación: Ya ni siquiera aguantamos en nuestro cine domiciliar series con violencia bien hechas como “Fauda” o “Bitter Daisies”.


Entonces, dijimos: Busquemos historias de amor.


Qué decepción: Cuesta encontrar películas románticas que no sean cursis o bayuncas. Pasamos algunas noches frustrados, luego de tres intentos fallidos, que tuvimos que abandonar a los 5 minutos. No se necesitan mas para ver si una película o una serie sirve o si es basura...


Hasta que nos topamos, en Amazon Prime, con “Modern Love”. Yo había leido, un par de veces, la columna dominical del mismo nombre en el New York Times. Fascinante. Pero no tuve idea que John Carney había agarrado estas historias de amor para convertirlas en una serie-antología de televisión para Amazon. ¡Poeta tenía que ser el director de cine a quien se ocurriría esta idea!


El resultado: en 2 temporadas (hasta la fecha; ojalá sean más), Carney produjo 16 odas al amor, pero al amor más diverso imaginable: el amor entre adolescentes o entre ancianos, el amor platónico y el sexual, el amor entre hombres y mujeres o entre hombres y hombres o mujeres y mujeres. Hasta las historias tristes -por que amor y tristeza no son excluyentes- son contados con humor, un humor cariñoso, nunca burlesco.


No son episodios como estamos acostumbrados a verlos en las series, nos son capítulos de una novela. Aquí cada entrega es independiente, con otras personas, en otras situaciones. Esto permite a la serie hacer desfilar una cantidad impresionante de actores de primera calidad, algunos tan conocidos como Andy García y Anne Hathaway, otros que nunca hemos visto y que son revelaciones. 


Pero además de odas al amor, casi todas las historias son declaraciones de amor a la ciudad de New York. De las 13 historias que he visto, 11 tienen lugar en las calles de New York - y con cada entrega se vuelven más irresistibles mis ganas de volver a esta ciudad, donde pasé meses muy felices, incluyendo una bella historia de amor con la mujer que hoy es mi esposa. 





En “Modern Love” dibujan New York con un cariño, que se expresa en la importancia que adquiere la vida en los vecindarios de Manhattan y Brooklyn. Se registra como funciona en ellos el tejido social (no lo vayan a confundir con el “tejido social” que se administra en nuestro ministerio de Gobernación, y que es nada más la construcción de una base social del gobierno. Disculpen la interrupción.) Recuerdo con nostalgia el tejidos social que sorprendentemente sigue funcionando en una metrópolis de más de 10 millones de habitantes, en barrios con docenas de grupos étnicos, pero también en “Downtown Manhattan”, el corazón del sistema financiero del mundo. En New York nunca me sentí solo.


Quien ama New York, va a amar “Modern Love”. Quien ama el cine poético, también. Ni hablar de quienes aman historias de amor bien contadas.


Busquen ¿”Modern Love” en Amazón Prime Video, o en el New York Times. Ambas versiones son nutritivas para el alma.


Saludos, 










miércoles, 15 de septiembre de 2021

Carta a la República: El momento de inflexión. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 16 septiembre 2021


El momento de inflexión es el evento, a partir del cual la tendencia cambia y nada sigue igual. Esto pasó este 15 de septiembre en las calles de San Salvador. 


Justo cuando es su cumpleaños número 200, la independencia se celebró en las calles de San Salvador con gente que realmente está dispuesta a defender la República. Esta vez no fue el gobierno que puso a marchar a los soldados. Tampoco fueron los partidos que acarrearon a la gente. Este día 15 de septiembre de 2021 nació en El Salvador lo que ya conocíamos de Nicaragua: “los autoconvocados” ciudadanos, que no esperaron a que surja un liderazgo creíble y unificador que los organizara y convocara a defender la democracia. Se convocaron ellos mismos, a través de las redes sociales, no solo las virtuales en Internet, sino también las reales en las universidades, las colonias, los hospitales, los juzgados.


Esto no quiere decir que para vencer al autoritarismo y recuperar la democracia no vamos a necesitar partidos, organización y liderazgo. Por supuesto. Pero antes de que surjan liderazgos y organizaciones creíbles, tiene que surgir una masa crítica con suficiente peso consistencia y amplitud. Esta masa crítica no se veía - hasta ayer. Y a partir de esta experiencia va a crecer y consolidarse.


A una señora, que me saludó en la marcha, le pregunté quién la había convocado. Su respuesta: “La rabia y el sentido de impotencia. Ya no aguanté tener tanta rabia con este presidente y sus ladrones y no saber cómo expresarla.” Pienso que ella expresó lo que muchos de los 50 mil manifestantes sintieron. Otra señora, quien escuchó nuestra plática, agregó lo siguiente: “Pero hoy la rabia, al verla expresada por tanta gente, nos causa alegría, esperanza, ganas de seguir adelante hasta que recuperemos la democracia.”

¿Cómo un gobierno podrá detener a 50 mil estudiantes, profesionales, maestros, médicos, jueces y amas de casa que sienten y piensan y se expresan así? ¿Más a los cientos de miles que ahora se sentirán motivados a resistir, porque hoy vieron que no se trata de unir a un movimiento minúsculo, sino a una ola creciente, un movimiento plural donde todos caben. Bueno, todos que no quieren permitir el desmontaje de la democracia, del estado de derecho, de una sociedad tolerante e incluyente.


Era visible en esta marcha la diversidad política, social, sectorial. Marcharon 50 mil ciudadanos, quienes aparte del rechazo a la imposición del Bitcoin, al control presidencial sobre la justicia, a la reelección presidencial y al intento de decretar una Constitución confeccionada a la medida de Bukele tienen algo importante en común: su madurez democrática, que les permite poner al lado diferencias ideológicas e intereses sectoriales a la hora que la República necesita que la defienda. 


La República llamó y miles respondieron. Y respondieron, al unísono y a gritos, la pregunta que todos teníamos meses de hacernos: “¿Cuál es la ruta?” Ya conocen la respuesta.




Querida República, es cierto lo que Ricardo Avelar escribió en El Diario de Hoy, en su edición dedicada al Bicentenario: “Cuando El Salvador despertó, 200 años después, la tiranía todavía estaba ahí.” Una verdad terrible, pero hoy miles asumieron el compromiso de cambiarla.






lunes, 13 de septiembre de 2021

Carta a Angela Merkel: Su legado es el cambio que viene. De Paolo Luers

Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, martes 14 septiembre 2021

Angela Merkel con Barack Obama



Estimada Frau Merkel:

Vivo en un país donde ni siquiera podemos soñar con tener alguien como usted en el gobierno. De nuestros últimos tres presidentes, uno está preso luego de haber confesado que robó millones de dólares de fondos públicos. Su sucesor huyó a Nicaragua, en vez de enfrentar ante la justicia las acusaciones de enriquecimiento ilícito. Y el siguiente presidente también huyó, porque en la actualidad en El Salvador nadie tiene garantía de un juicio justo, porque ya no existe independencia judicial. No tengo ninguna duda que nuestro actual presidente también terminará en la cárcel o pidiendo asilo a algún gobierno autocrático, tal vez en Qatar...


Actualmente hay una controversia sobre la reelección presidencial. Nuestra Constitución la prohíbe tajantemente, a raíz de nuestra larga historia de caudillos y dictadores. Sin embargo, luego de remover a la Sala de lo Constitucional completa, el presidente ordenó a su nueva Sala a sacar una sentencia que sí le permitirá la reelección. En esta controversia, muchas veces he escuchado el siguiente argumento: “Pero en tu país natal, Angela Merkel tiene 16 años de gobernar...” Resulta que aquí cuesta explicar la diferencia entre el sistema parlamentario como el alemán, y el sistema presidencial que tenemos en toda América Latina y que aún tiene muchos vicios del caudillismo y de las dictaduras. Cuando explico que en Alemania el poder está concentrado en el parlamento, que controla a los jefes de gobierno y los pone y quita, muchos me ven con incredulidad. Sobre todo ahora que nuestra Asamblea Legislativa es reducido a un órgano auxiliar del presidente.


Y cuando cuento a la gente que yo personalmente, en una visita a Berlin, he visto a usted salir del edificio donde vive, sin escolta, caminando al supermercado para hacer sus compras, muchos no me creen. No creen posible que una persona, que gobierna durante 16 años, mantiene el mismo estilo de vida, sin lujos, sin enriquecimiento, sin ínfulas de poder y ostentación. Tampoco ven con incredulidad que se puede conducir un gobierno sin tratar de destruir a sus adversarios...


Angela Merkel privada




En estas discusiones yo siempre resalto que jamás he comulgado con la ideología del Partido Demócrata Cristiano, del cual usted ha sido la líder durante 18 años, pero que tengo el máximo respeto y cariñosa admiración para usted. Por su manera de gobernar, por su capacidad de representar a todos, no a sectores; por su pragmatismo que no está basado en cálculos de poder sino en genuina preocupación por la convivencia democrática de todos. Y por su decisión de no postularse nuevamente y abrir camino a la renovación necesaria.


Todo esto no me impide sentir una gran satisfacción que, según todas las encuestas, su partido no va seguir gobernando. Lo que muchos admiramos nunca fue el su partido, sino el hecho que usted, a pesar del conservadurismo de su partido, logró lanzar políticas progresistas. Es obvio que la Democracia Cristiana no tiene ni la capacidad ni la voluntad de enfrentar los retos principales del futuro: cómo enfrentar el cambio climático, cómo transformar la industria alemana para hacerla compatible con las metas climáticas - y cómo hacer todo esto preservando y mejorando la justicia social. Es obvio que ante estos retos, el futuro es de los Verdes y la Socialdemocracia, que sobre estos puntos tienen amplia coincidencia. Las elecciones del 26 de septiembre las van a ganar los socialdemócratas junto a los Verdes. Ya muchos habían diagnosticado la pronta muerte de la socialdemocracia alemana, y ahora resucitan, porque el país necesita un cambio de rumbo. Al partido Los Verdes siempre lo vieron como un partido encerrado en un nicho, pero ahora que el país abraza el cambio, se está convirtiendo en factor de poder.


La derrota de su partido no le quitará nada a su legado, Frau Merkel. A líderes como usted no los medimos por el éxito de su partido, sino por los consensos nacionales que logran construir, aun contra la resistencia de sus correligionarios. Y aunque aquí parece insólito, usted es la prueba de que la grandeza de un gobernante no se mide por su poder concentrado y su riqueza acumulada.  


Aunque usted nunca lo va a reconocer en público, su triunfo final es haber conducido a su país a la madurez y solidez que se necesita para cambiar de rumbo y renovarse. Usted ha creado las condiciones de estabilidad para que ahora, cuando es necesario, las fuerzas de centroizquierda asuman el gobierno. Cuánto podemos aprender de usted para salir de la politiquería...

Con usted, se va una gran mujer. Saludos,