Publicado en MAS! y EL DIARIO DE HOY, jueves 16 septiembre 2021
El momento de inflexión es el evento, a partir del cual la tendencia cambia y nada sigue igual. Esto pasó este 15 de septiembre en las calles de San Salvador.
Justo cuando es su cumpleaños número 200, la independencia se celebró en las calles de San Salvador con gente que realmente está dispuesta a defender la República. Esta vez no fue el gobierno que puso a marchar a los soldados. Tampoco fueron los partidos que acarrearon a la gente. Este día 15 de septiembre de 2021 nació en El Salvador lo que ya conocíamos de Nicaragua: “los autoconvocados” ciudadanos, que no esperaron a que surja un liderazgo creíble y unificador que los organizara y convocara a defender la democracia. Se convocaron ellos mismos, a través de las redes sociales, no solo las virtuales en Internet, sino también las reales en las universidades, las colonias, los hospitales, los juzgados.
Esto no quiere decir que para vencer al autoritarismo y recuperar la democracia no vamos a necesitar partidos, organización y liderazgo. Por supuesto. Pero antes de que surjan liderazgos y organizaciones creíbles, tiene que surgir una masa crítica con suficiente peso consistencia y amplitud. Esta masa crítica no se veía - hasta ayer. Y a partir de esta experiencia va a crecer y consolidarse.
A una señora, que me saludó en la marcha, le pregunté quién la había convocado. Su respuesta: “La rabia y el sentido de impotencia. Ya no aguanté tener tanta rabia con este presidente y sus ladrones y no saber cómo expresarla.” Pienso que ella expresó lo que muchos de los 50 mil manifestantes sintieron. Otra señora, quien escuchó nuestra plática, agregó lo siguiente: “Pero hoy la rabia, al verla expresada por tanta gente, nos causa alegría, esperanza, ganas de seguir adelante hasta que recuperemos la democracia.”
¿Cómo un gobierno podrá detener a 50 mil estudiantes, profesionales, maestros, médicos, jueces y amas de casa que sienten y piensan y se expresan así? ¿Más a los cientos de miles que ahora se sentirán motivados a resistir, porque hoy vieron que no se trata de unir a un movimiento minúsculo, sino a una ola creciente, un movimiento plural donde todos caben. Bueno, todos que no quieren permitir el desmontaje de la democracia, del estado de derecho, de una sociedad tolerante e incluyente.
Era visible en esta marcha la diversidad política, social, sectorial. Marcharon 50 mil ciudadanos, quienes aparte del rechazo a la imposición del Bitcoin, al control presidencial sobre la justicia, a la reelección presidencial y al intento de decretar una Constitución confeccionada a la medida de Bukele tienen algo importante en común: su madurez democrática, que les permite poner al lado diferencias ideológicas e intereses sectoriales a la hora que la República necesita que la defienda.
La República llamó y miles respondieron. Y respondieron, al unísono y a gritos, la pregunta que todos teníamos meses de hacernos: “¿Cuál es la ruta?” Ya conocen la respuesta.
Querida República, es cierto lo que Ricardo Avelar escribió en El Diario de Hoy, en su edición dedicada al Bicentenario: “Cuando El Salvador despertó, 200 años después, la tiranía todavía estaba ahí.” Una verdad terrible, pero hoy miles asumieron el compromiso de cambiarla.