En los últimos meses, recibimos señales interesantes de Washington: en el Senado, en el Congreso y en el Departamento de Estado expresaron preocupación por la corrupción y la impunidad en El Salvador, por la militarización de seguridad, por abusos policiales, por comandos de exterminio. Y en este contexto, tenía mucho sentido que el gobierno de Estados Unidos recomendaba la creación de una CICIES en nuestro país.
Me pregunto: ¿Qué habrá cambiado, para
que usted, la nueva embajadora, ahora nos diga en televisión que no necesitamos
ninguna CICIES, que Estados Unidos confía en las instituciones salvadoreñas – y
que por lo tanto, nosotros también podemos confiar en la labor de la Fiscalía
General, de la Policía Nacional Civil y el gobierno?
El gobierno no ha cambiado. El ministerio
de Seguridad ha cambiado: se fue un ministro militante del PC, y vino otro militante
de las FPL. La dirección de la PNC ha cambiado: un militante del partido
gobernante sustituyó otro. Donde sí hubo cambio fue en la Fiscalía General de
la República: Vino un nuevo fiscal, pero en los casos emblemáticos, contra los ex
presidentes de la República bajo sospecha de enriquecimiento ilícito y en el
caso de El Chaparral, no se ve avances. Y hubo un cambio en la embajada de
Estados Unidos. Vino usted. De paso sea dicho: Aunque no he tenido el gusto de
saludarla, bienvenida, Madam Ambassador…
De repente Estados Unidos, por voz de la embajadora
nueva, nos dice: No se preocupen, pueden confiar en su gobierno, en su fiscal
general, en su policía. No es necesario desestabilizar al gobierno exigiendo
una Comisión internacional e independiente, confíen en sus instituciones. Están
en buenas manos, porque la embajadora se reúne semanalmente con el Fiscal
General, y frecuentemente con el gabinete de Seguridad de Salvador Sánchez Cerén
y con el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana.
Sigan durmiendo tranquilos.
No tiene idea, embajadora, cuánto me
gustaría creerle; cuánto nos encantaría poder tener confianza en nuestras
instituciones, en nuestros fiscales, en nuestros policías, en nuestros
ministros y nuestro presidente…
Para recuperar esta confianza (porque la
verdad es que la hemos perdido hace ratos), por favor díganos: ¿Qué es lo que
realmente ha cambiado que justifique tener confianza? Ya que usted se reúne con
tanta frecuencia con nuestras autoridades, usted debe saber.
¿Se terminó la impunidad?
¿Ya no hay corrupción ni impunidad?
¿Cómo, cuándo? ¿En qué casos concretos se rompió la impunidad? ¿Está preso
Mauricio Funes y no nos dimos cuenta?
¿Ya no hay corrupción en los juzgados?
Bueno, se han sustituido a unos jueces, ¿pero cuántos faltan?
¿Ya no hay abusos policiales? Bueno, se
ha investigado una masacre, o más bien la muerte de una persona dentro de una
masacre de nueve. Pero el jefe de la PNC sigue insistiendo que los miembros de
su cuerpo élite actuaron correcto. Por tanto, van a seguir actuando igual…
¿Todos los casos de abusos policiales y
de exterminio señalados en diferentes documentos oficiales de Washington se han
satisfactoriamente investigados y resueltos? ¿Usted tiene garantías que no se
van a repetir?
Quisiéramos ver un informe oficial de la
embajada sobre todos estos casos. Luego pídanos confiar en nuestras
instituciones.
Sincerely Yours,
(MAS!/El Diario de Hoy)