sábado, 24 de diciembre de 2011

Carta al Niño Dios

Querido Niño Dios:

le voy a decir brevemente lo que yo deseo para el 2012:
  • Que haga uso de sus buenas relaciones celestiales, pidiendo que alguien con poderes especiales ilumine a nuestro presidente para que supere su soberbia, sus vicios por los desmedidos lujos, y su obsesión con los símbolos del poder...
  • Que en las elecciones de marzo la sabiduría popular ilumine a los votantes para poner una Asamblea menos dócil, menos lamec..., más transparente y más independiente....
  • Que mande un rayo sobre la Asamblea cada vez que traten de usar la mayoría sucia que lograran en el mercado de compraventa de voluntades, para aprobar cosas que en la nueva Asamblea electa por el pueblo ya no podrán imponer: aumento de IVA, elección de magistrados corruptos, etc...
  • Que el semáforo para ciegos, que por equivocación montaron en la Masferrer, lo pongan enfrente de la Escuela de Ciegos en San Miguelito...
  • Y un ipad para mi.
Atentamente, Paolo Lüers
(Más!)

jueves, 22 de diciembre de 2011

Carta a los diputados del FMLN


Carta a los diputados del FMLN

Estimados amigos:

Ustedes propusieron una ley que permite a la Comisión de Hacienda de la Asamblea requerir del ministerio de Hacienda –y luego hacer pública- toda la información sobre las declaraciones y pagos de impuestos de las empresas.

Vaya, esto sí es una propuesta audaz, cuando una de sus diputadas, Lorena Peña, la presidenta de dicha Comisión, acaba de meter la pata: filtró a la prensa, sin ninguna ley que se lo permita, un listado de empresas supuestamente culpables de evasión de impuestos en rango de millones de dólares. Resulta que el listado proveniente de Hacienda que Lorena publicó fue alterado para crear la impresión de evasión masiva. No sabemos quién alteró el cuadro y sus números, el ministerio o la diputada Peña, pero al final todo era paja.

Y ahora vienen ustedes y presentan una iniciativa de ley para convertir en legal el delito que cometieron Hacienda y Lorena Peña.

Es como si algún diputado comete un delito e inmediatamente presenta una ley para legalizarlo. Es como Francisco Merino hubiera promovido una ley que permite a los diputados tirarles balas a los policías...

Es una cortina de humo para esconder la mano que tiró la piedra.

Porque en serio no pueden haber hecho la propuesta. Si fuera en serio, hubieran comenzado con hacer públicos sus salarios, sus gastos de representación, sus gastos de transporte y comunicación, los salarios de sus ‘asesores’, los servicios que sus guardaespaldas pagadas por el estado hacen a su familia y sus negocios privados, sus viáticos, sus ganancias de otras fuentes, los ingresos de su partido... Porque ustedes sí son servidores públicos, igual que los ministros y el mismo presidente - y el público sí tiene derecho de conocer sus finanzas y sus declaraciones de renta...

Exigir que chuloneen a las empresas privadas y no estar dispuestos ni siquiera a revelar cuánto cuestan las plazas que la Asamblea paga a cada fracción partidaria, ¡esto si es audaz! Para no decir sinvergüenza...

Quieren legalizar el abuso que de todas formas están haciendo del acceso privilegiado que como diputados tienen a los datos confidenciales de Hacienda. Quieren acumular municiones para seguir chantajeando a empresarios. En Venezuela, Nicaragua y Ecuador, donde gobiernan sus amigotes, ya hay miles de casos de empresarios y opositores puestos quietos, usando Hacienda y Fiscalía como instrumentos de control político.

Pónganse claros, compañeros, si quieren ir a esta jungla.

Paolo Lüers
(Más!, El Diario de Hoy)

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La trampa


La trampa

Es un precedente positivo que El Faro, en un editorial, reconoció que ha “fallado en la aplicación del proceso editorial exigente, que somete la información a rigurosos procesos de verificación”, cuando acusó a una serie de empresas, con nombre y apellido y montos millonarios, de evasión de impuestos.

Es más que saludable que El Faro haya pedido disculpas a sus lectores y a las empresas acusadas sin sustento. Nuestros medios casi nunca practican esta buena costumbre.

Pero la autocrítica de El Faro se queda corta, por lo menos la pública. No se atrevió a recoger a cabalidad todo el análisis crítico que internamente se discutió a raíz de la publicación sobre los supuestos ‘evasores’.

Dice el editorial: “Ahora que la presidenta de la Comisión de Hacienda proporcionaba esta lista, parecía una información de gran valor.” Es difícil imaginarse que los periodistas de El Faro sean tan ingenuos como para creer que en medio del encendido debate nacional y legislativo sobre el aumento de los impuestos la diputada Lorena Peña actuaba de buena fe. Es difícil imaginarse que los colegas de El Faro sean tan ingenuos para creer que la condición de presidente de la Comisión legislativa de la ‘fuente’ era garantía de autenticidad.

Precisamente por que la ‘información’ provenía de la diputada Lorena Peña del FMLN,  o sea de una fuente interesada y beligerante, había que sospechar del valor de esta ‘información’. Ahí el problema de fondo es -y esto reconocen en privado periodistas de El Faro, pero no el editorial de retractación- que también El Faro, igual que la ‘fuente’, actuaba como protagonista en la batalla en favor del aumento de los impuestos. Sólo bastaba haber visto a Carlos Dada en las dos noches de periodistas de Nacho Castillo para darse cuenta de esto.

Al Faro le hizo trampa su deseo que la acusación de evasión sea cierta. Y su otro deseo que se haga ‘justicia’: que al fin paguen los que (según su visión del mundo) se han negado a pagar. O sea, el deseo que se aprueba la reforma fiscal planteado precisamente en estos términos por el presidente su partido FMLN.

Nosotros los periodistas tenemos que tener mucho cuidado para no caer en las trampas que nos hacen nuestros prejuicios. Por que de repente cae, aunque sea de una fuente que normalmente la vemos con la debida sospecha, una ‘información’ (un documento filtrado, por ejemplo...) que nos cae como anillo al dedo, porque supuestamente nos confirma lo que siempre pensábamos y nunca pudimos comprobar. Es precisamente lo que pasó a los colegas de El Faro.

No sometieron a un proceso de verificación la supuesta ‘información proveniente de Hacienda’ que les sirvió en bandeja de plata Lorena Pena, porque de antemano estaban predispuestos a darle credibilidad. No por el alto cargo público que ostenta la ‘fuente’, sino por sus propios prejuicios.

De esta manera periodistas tan inteligentes como los de El Faro, con bastante experiencia en técnicas de investigación, pasaron por alto ‘el proceso riguroso de verificación’. En este caso, ni siquiera hubieran tenido que hacer una gran investigación consultando expertos en materia tributaria. Sólo un simple examen de lógica hubiera bastado para darse cuenta que esta lista y sus números no podían provenir de un documento oficial de Hacienda. Publicaron, como ‘prueba; de evasión, un cuadro que obviamente fue fabricado con el sólo propósito de ver a qué medio enganchaban para publicarlo y así promover la campaña ideológica contra la empresa privada que se oponía al aumento de los impuestos.

En otra circunstancia, sin un paquete tributaria que en la Asamblea y en la opinión pública corría peligro de ser rechazado, El Faro no hubiera caído en esta trampa. Lorena Peña les entregó el listado en el momento adecuado, sabiendo que periodistas prejuiciados en medios como Colatino y El Faro sólo estaban esperando ‘la prueba’ para dejarse ir con la denuncia de evasión justo cuando el partido oficial y su presidente la necesitaban: horas antes de la plenaria decisiva.

Falta hacer dos reflexiones finales. Una en forma de pregunta: ¿Quién fabricó la prueba falsa? ¿Alguien en Hacienda para enganchar a Lorena Peña para que ella le tirara la cáscara en que se deslizara El Faro? ¿O fue fabricada en la fracción del FMLN, con una pequeña ayuda de ‘alguien’ en Hacienda que proporcionaba los nombres de las empresas y los números incompletos? De todas formas, alguien -o en Hacienda o en la Asamblea, o en ambos- hizo mal uso de información confidencial para manipular la opinión pública. Alguien debería responder por este abuso de su cargo estatal.

La otra reflexión es necesaria para que los demás periodistas y medios no pensemos que salimos limpios de este fango. El hecho que los demás medios, que también recibieron la famosa lista de Lorena Peña, no cayeron en la trampa es en sí ningún mérito: Me atrevo a decir que no fue porque aplicaron correctamente examinando la ‘prueba’ y llegaron a la conclusión que era falsa. Era más bien porque de todas forma no tocan temas tan delicados como la posible evasión de impuestos o posibles arreglos entre ministros de Hacienda y ciertas empresas. ¿Que tal si El Diario de Hoy, en vez de simplemente ignorar la lista que recibió de Lorena Peña, hubiera salido con una nota que somete a un examen crítico los datos filtrados. En vez de hacerse los suizos, sólo porque el tema ‘evasión’ es un terreno minado que mejor no hay que tocarlo, los demás medios hubieran podido salir con notas investigativas relatando cómo Hacienda y FMLN usan el tema evasión para manipular la opinión pública, con el único fin de que se aprueba el aumento de impuestos.
(El Diario de Hoy)
 

martes, 20 de diciembre de 2011

Carta a los participantes de la concentración "Paz En El Salvador"



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Carta a los participantes de la concentración “Paz En El Salvador”

Estimados amigos:

tal vez no se han dado cuenta, pero este domingo en la Plaza de las Américas ustedes lograron algo importante: se rompió el silencio de la juventud. Salieron a la calle cientos de jóvenes diciendo: Ya no aceptamos ser víctimas.

Para no ser víctima, hay que dejar de comportarse como víctima. Para conquistar el derecho de vivir sin miedo, hay que organizarse, indignarse en público, encachimbarse, tomar acción.

Tal vez están frustrados porque esta primera vez no llegaron miles de jóvenes a la convocatoria “Paz en El Salvador - ¿Seré yo el siguiente?” – pero ustedes dieron el primer paso: romper la resignación.

Tal vez están frustrados por que los medios de comunicación no les hicieron eco. Entonces, la próxima vez hay que gritar más fuerte. Tal vez, en vez de ir a un parque, hay que poner a la gente enfrente de la fiscalía o del ‘castillo’ de la PNC...

Espero que nunca más vuelvan a callarse, que nunca recaigan en la resignación ante el crecimiento de las pandillas y ante la impotencia del Estado. Ambos se pueden combatir: la inoperancia de la las autoridades con la presión ciudadana. Y las pandillas quitándose lo que ellas necesitan para sentirse fuertes: el miedo, la pasividad, el silencio...

Aunque a veces no parece: la gran mayoría de la juventud salvadoreña no es cómplice de la violencia. La mayoría no son maleantes, sino va todos los días a estudiar y trabajar. Pero en silencio. Esta mayoría no se ha expresado. Ha aceptado su rol de víctimas, porque la experiencia colectiva es: “Yo no puedo cambiar las cosas. Si la policía, el ejército, el Estado no pueden contra las pandillas, mejor me quedo callado.”

Ustedes están rompiendo con esta resignación. Hoy son pocos, pero muchos los escuchan. Mañana serán más  y también en Soyapango y Sonsonate. Son miles de jóvenes que comparten su indignación y la rabia.

Cada joven que se anima a dar la cara contra la violencia le quita un poco de poder a las pandillas - y le aumenta la presión al gobierno, a los fiscales y a los jueces a que actúen.

Claro que es difícil. Puede ser incluso peligroso. Pero lo más peligroso es no hacer nada y dejar que crezca el cáncer. Ustedes han mostrado el valor, la creatividad y el liderazgo para iniciar un movimiento ciudadano capaz de despertar el gigante que es la mayoría silenciosa. No se dejen frustrar porque ahora son pocos que dan la cara.

Saludos, Paolo Lüers 

(Más!, El Diario de Hoy)