Estimado Hugo Martínez:
Hablemos de Venezuela. Pensaba escribir estas líneas al presidente Sánchez Cerén, pero no tiene sentido. No me va a entender. Este hombre realmente cree que Hugo Chávez fue la encarnación de Simón Bolívar; que Nicolás Maduro preside sobre una democracia popular; y que la oposición venezolana, aunque represente a 70% del pueblo venezolano, es una banda de vende patrias. Te escribo a vos, porque vos sí sabés que el chavismo es una farsa; que sus cárceles están llenas de presos políticos; que en Venezuela hay un régimen militar metido en narcotráfico – y que además está al punto de caer…
Hablemos de Venezuela. Pensaba escribir estas líneas al presidente Sánchez Cerén, pero no tiene sentido. No me va a entender. Este hombre realmente cree que Hugo Chávez fue la encarnación de Simón Bolívar; que Nicolás Maduro preside sobre una democracia popular; y que la oposición venezolana, aunque represente a 70% del pueblo venezolano, es una banda de vende patrias. Te escribo a vos, porque vos sí sabés que el chavismo es una farsa; que sus cárceles están llenas de presos políticos; que en Venezuela hay un régimen militar metido en narcotráfico – y que además está al punto de caer…
Como
canciller sos responsable por el apoyo que a nombre de nuestro país
recibe este régimen en los debates de la OEA, donde 20 países (que
representan 90% de la población del continente americano) exigen
sanciones contra el gobierno venezolano. Sos responsable del patético
espectáculo de un embajador salvadoreño negando las violaciones
sistemáticas a los Derechos Humanos y las libertades en Venezuela.
Esta actitud la puedo entender de Medardo, de Nidia o del presidente, que son de los últimos creyentes en la Santa Trinidad de buen vivir,
antiimperialismo y dictadura del proletariado. Entiendo también la
actitud de Ramiro o Sigfrido, para quienes todo esto (Venezuela, la
conexión narco y ALBA) simplemente es un asunto de negocio. Pero no
puedo perdonar a quienes defienden estas mentiras por cobardía – o para
mantener la esperanza en una candidatura presidencial que de todos modos
nunca te la van a dar.
Los políticos que creen en principios que uno no comparte pueden darnos cólera, pero los podemos aceptar. Pero los que nunca defienden un principio dan asco.
Dos días después del debate en la OEA, en el cual ustedes trataron de vetar la aplicación de la Carta Democrática diseñada para el caso que un país miembro rompa el orden constitucional, en Venezuela se consumó un golpe de Estado: la Corte Suprema, controlada por el chavismo, suspendió la Asamblea Nacional, donde hay una clara mayoría opositora. Queda liquidado el único órgano del Estado no controlado por el gobierno. Rompieron definitivamente el hilo constitucional.
¿Cuál será la reacción de tu cancillería? ¿Seguir defendiendo a un régimen ya convertido en dictadura? Ya sabemos cuáles serán las órdenes que te mandan el Politburó y Casa Presidencial: ¡Solidaridad con Nicolás Maduro hasta cuando su propio pueblo lo eche preso!
¿Cuál será tu reacción, Hugo? También podrías renunciar y mostrar que estoy equivocado en cuanto a tu carácter. Pero no. Seguís recetando a los venezolanos el diálogo. Pero Venezuela ya está más allá de los diálogos. La suspensión del parlamento es la negación final del diálogo. Es hora de sanciones.
Con todo tu discurso de una “política exterior no ideologizada”,
te estás hundiendo con el chavismo. Saludos,
(más!/El Diario de Hoy)