Se llama Efraín Imendia, pero todo el mundo lo conoce como Payín. Es
uno de los solamente cuatro candidatos no partidarios que están
recogiendo firmas de la ciudadanía para poder competir como
independientes en las elecciones de diputados. Publicista de profesión y
larga trayectoria, poeta y humorista de vocación. Es obvio que
difícilmente cabría dentro de un partido. Corre por diputado, porque
quiere retar y abrir el sistema electoral que hasta ahora no ha
permitido que ciudadanos independientes lleguen a la Asamblea.
Estás tratando de lanzarte como diputado independiente. ¿Por qué diputado, y por qué independiente?
Diputado,
porque pienso que gran parte de las soluciones —y problemas— del país
están en la Asamblea. Independiente, porque gran parte de los problemas
del país se deben a que todo se rige por líneas partidistas. Nunca se
sabe si los diputados defienden el interés del electorado, del partido o
a saber de quién.
Ahora estás buscando las 12 mil firmas que
necesitas para que el Tribunal te inscriba. Para lograr que la gente te
dé su firma, tendrás que explicar la diferencia entre un diputado
independiente y un diputado tránsfuga. Porque todos los "independientes"
que hemos visto desfilar por la Asamblea, llegaron con un partido y
terminaron abandonándolo. Y la gente tiene mal sabor de esto. ¿Cómo les
explicas la diferencia?
Como precandidato independiente, me afecta
mucho esta confusión, porque los tránsfugas se han apoderado de la
palabra independiente. Pero el independiente es aquel que comienza desde
cero, sin ningún partido. El tránsfuga se hizo elegir por un partido y
luego se salió. Es un engaño, una inmoralidad. Yo como independiente soy
transparente. Entro sin línea de partido, sin amarres, políticamente
virgen. No dependo de nadie, solo de mis votantes. Los tránsfugas
afectan mi candidatura, porque confunden a la gente.
¿Cuál es tu
motivación? ¿Realmente estás con la ilusión que como independiente
puedes llegar a ser diputado, o más bien estás retando a un sistema que
en la práctica no permite a diputados independientes, a menos que sean
tránsfugas y lleguen con engaño?
A mí los partidos siempre me han
causado ronchas, no soy hombre de partido. Me considero un
librepensador. Pero ojo: que sea independiente no significa que sea
neutro. Ser independiente no significa que no tomas partido en temas. Yo
soy independiente, y mi línea clara es: me resisto a la agenda del FMLN
de ir a un Socialismo del siglo XXI. Esto en la Asamblea me pondría en
una alianza con todos los que no quieren que el país vaya a este lado.
Pero por esto tampoco me voy a meter en ARENA y supeditarme a disciplina
en otros puntos que no comparto con ellos.
Otros que piensan
parecido tomaron la decisión de meterse en ARENA, para enfrentarse al
FMLN, pero al mismo tiempo para renovar a este partido. ¿Por qué
insistes en la vía más difícil, que es la candidatura independiente?
No
me gusta ir por lo fácil. Quiero abrir una brecha, quiero abrir el
sistema para ciudadanos independientes. Siempre el sistema ha estado
cerrado y no permitía la participación de independientes. La ley está
hecha de la manera que hace imposible que un candidato no partidario
llegue a la Asamblea. En la reforma de 1983, cuando querían descabezar
el poder de los militares sobre el Consejo Central de Elecciones, surgió
el artícu lo 208, que yo llamo el artículo de la trampa. Para quebrar
el control de los militares, crearon el Tribunal Supremo Electoral y lo
convirtieron en el patrimonio y el feudo de los partidos políticos. En
este país, después de 50 años de control de los militares de las
elecciones, esto pasó a control de los partidos políticos.
Para
mí, meterme a llegar a la Asamblea es un medio, y el fin es abrir la
brecha, y abrir la brecha significa desafiar la Ley Electoral para que
la cambien y le quiten todos los vicios de inconstitucionalidad. Esta
ley va contra el espíritu de la Constitución que es: Todos los
ciudadanos somos iguales ante la ley.
¿Entonces, das la razón a la Sala de lo Constitucional que emitió sentencias para abrir el sistema electoral?
Totalmente.
La Sala es el último salvavidas que tenemos en este mar agitado que es
El Salvador. Están abriendo ese espacio para que podamos avanzar a la
democracia. Se dieron cuenta que la Constitución estaba siendo violada
por la manera como la Asamblea legislaba sobre las elecciones.
La
Sala abrió este espacio con su sentencia sobre el voto por cara y las
candidaturas no partidarias. La Asamblea, luego de mucha resistencia de
todos los partidos, adapta la ley electoral a esta sentencia, pero en el
caso de las candidaturas independientes, pone los obstáculos tan altos
que es casi imposible que un candidato no partidario llegue a la
Asamblea. ¿Aun así te animas?
¡Es que por esto me animo! La sala
abre una pequeña brecha, yo me meto en ella y hago la fuerza necesaria
para abrirla más, para abrir el sistema. Reto al sistema. El principal
tapón que hay que remover es este: la ley no permite al candidato no
partidario tener vigilantes en las urnas. Yo puedo tener 1 millón de
dólares para la campaña más cachimbona, ser el más bonito de todos,
estar arriba en las encuestas —y todavía puedo perder—, porque se gana y
pierde en las urnas. La Sala de lo Constitucional tiene que volver a
pronunciarse y resolver este tapón. En estos días voy a presentar una
demanda en este sentido.
(La presentó el jueves pasado).
¿Cuáles son los otros obstáculos que la ley impone a los independientes?
Te
obligan a presentar firmas, en el caso del departamento de San Salvador
12 mil. Ahí comienzan los vicios de inconstitucionalidad. Los
candidatos partidarios no tienen que ir a recoger firmas. Se cobijan en
el hecho que el partido, para inscribirse, ya presentó 50 mil firmas.
Qué galán: ellos con 50 mil firmas que presentan una vez cobijan a 84
candidatos cada tres años —y yo tengo que presentar cada vez 12 mil
firmas—. Segundo obstáculo: mientras recojo las firmas, no puedo
solicitar donaciones, ni puedo hablar en público sobre mi propuesta
política. Los partidos reciben donaciones todo el tiempo y difunden sus
propuestas permanentemente. Entonces, al candidato menos conocido,
además le ponen hándicap. Para que la gente me dé su firma, me tienen
que conocer, y esto requiere fondos y la difusión de mi planteamiento.
Corro, pero con los pies atados. Voy contra la corriente incluso para
poder inscribirme.
¿Apuestas al voto cruzado, que permitiría a cada ciudadano votar por Payín y también por los candidatos de otros partidos?
El
voto cruzado para mí es clave para los diputados independientes. Una
vez que la Sala abre esta brecha, las candidaturas no partidarias se
vuelven factibles. Pero repito mi pregunta: ¿Quién cuida mis votos?
Alguien tiene que proteger los votos para los independientes. Solo si la
Sala permite vigilantes para los independientes, El Salvador puede dar
un paso hacia el perfeccionamiento de la democracia.
Vamos a los contenidos. ¿Cuáles son los temas que vas a defender e impulsar en la Asamblea?
Al
cortísimo plazo: revisar las leyes para permitirnos resolver el
problema número uno: el concepto de la renta. La renta ya no es solo de
los mareros. Hay colonias donde los vecinos están rentando a sus vecinos
haciéndose pasar por mareros. Ya hay una cultura de la renta que está
creando mucha violencia, donde todos están disputando los feudos de las
rentas.
A corto plazo hay que usar con más eficiencia la represión
del delito. Ahí un diputado tal vez no puede cambiar mucho, igual que
en el mejoramiento de las cárceles. Pero el diputado, si no tiene
amarres partidarios, puede usar su curul para impulsar el debate e
influir en la opinión pública. A mediano plazo, hay que librar una
batalla en la psiquis de la niñez, a través de programas de educación,
para realmente rescatar los valores y principios morales en la niñez.
Hay que entrar en una disputa de la psiquis de los niños entre 5 y 15
años. Y para que estos programas tengan credibilidad, hay que abrir
oportunidades a los jóvenes. Tiene que estar acompañado de programas de
transformación de los barrios marginales. Yo soy voluntario en la
Fundación San Andrés, que trabaja con jóvenes en alto riesgo en el Valle
de San Andrés. Hay que lanzar programas no solo de prevención, sino
también de reinserción para miembros de pandillas. Hay que redefinir las
prioridades del gasto social en esta dirección, y esto tendrá impacto
en cuanto a seguridad, pero solamente cuando el Estado deja de ser tan
ideologizado. Por esto urgen diputados no partidarios.
¿Tú como diputado serías tan independiente que, cuando viene una buena propuesta, por ejemplo del FMLN, la apoyarías?
Totalmente.
Esa es la naturaleza del independiente, ser librepensador. Mi oposición
ahora sería contra la cúpula roja porque ella no ha permitido que se
desarrolle un partido democrático de izquierda con pensamientos válidos.
Pero en la izquierda salvadoreña hay gente muy bien preparada, con muy
buenos pensamientos. ¿Y por qué yo no los voy a apoyar? Yo soy libre
para hacerlo, porque no hay un partido que me ordene oponerme por gusto.
Esta es la ventaja del independiente. Si de repente Gallegos viene con
una cosa buena, yo lo voy a apoyar.
Veamos el otro lado, la
derecha. Yo te he visto de activista en la famosa remontada de ARENA
entre primera y segunda vuelta presidencial. Con ciudadanos
independientes te metiste a empujar esta remontada. ¿Esto no te ha
motivado a incorporarte en ARENA?
No, jamás. En ARENA tengo muy
buenos amigos, tengo conocidos, y tengo gente que no la soporto, porque
no le han hecho ningún bien al país. Además, no quiero estar en ningún
partido, porque su verticalidad va en contra de la democracia. De todos
modos, el país está lleno de militantes, lo que hace falta son
independientes y libres pensadores.
Si ARENA sigue en su línea de defensa de la institucionalidad, ¿tú lo apoyarías en la Asamblea?
Totalmente.
Nosotros hemos perdido carácter y la virtud de defender principios. Hay
que rescatar este carácter. Empieza con rescatar la institucionalidad.
Si no tenemos instituciones fuertes y creíbles, no podemos resolver el
problema de las maras. Si ARENA está en esta línea y da chance a los
jóvenes que están entrando a su partido, pueden contar con el diputado
Payín. Si solo están usando a los jóvenes, así como el FMLN está usando a
Bukele jr., no cuenten conmigo. Esta es la belleza de ser
independiente.
Necesitamos humor en la política. Yo votaría por ti solamente para escuchar tu primer discurso en el Salón Azul?
Yo
soy el lépero ilustrado de este país. Por más serio un problema —y
nuestros problemas son muy serios—, yo siempre los voy a abordar con una
dosis de humor. Si yo llego a la Asamblea, a lo mejor dentro de un año
entre todos me defenestran, porque soy muy irónico. Para mí, la ironía
es el género literario más culto. Ni modo, yo soy irreverente por
genética. Imagínate, al escuchar las mamarrachadas que se echan en la
Asamblea, ¿cómo no voy a tratar de resaltar lo tragicómico de la clase
política? Yo no puedo domesticar mi discurso solo para adaptarme a cosas
que no estoy de acuerdo. No acepto las falacias.
Vas a usar el derecho a la palabra en la Asamblea para desenmascarar las falacias de los discursos de los partidos?
Claro.
Sobre todo cuando detrás de estas falacias hay corrupción. La
corrupción está hasta el tuétano de los huesos de la patria.
Para terminar: ¿cuántas firmas te faltan de las 12 mil que tienes que presentar?
Voy
a presentar 15 mil y me faltan unas 8 mil. No es fácil, mucho menos sin
recursos. Hay mucho temor en la gente de dar su número de DUI. Pero lo
voy a lograr.
Mucha gente piensa que al dar su firma para tu candidatura, pierden el derecho de votar por un partido.
Quien
me da la firma, solo lo hace para darme la oportunidad de competir.
Luego puede votar libremente. Incluso militantes de los partidos me
pueden dar su firma. Ahora no estoy pidiendo el voto, sino la firma para
poder competir.
(El Diario de Hoy)