Estimado Ramón Rivas:
Cuando en el 2009 Funes transformó el Consejo Nacional de Cultura en su Secretaría de Cultura de la Presidencia y Breni Cuenca asumió esta cartera, muchos de sus amigos le dejimos que esto era un paso en la dirección equivocada. En vez de al fin dar más autonomía a la institución estatal de cultura, la convirtieron en instrumento político de la presidencia. Y los fatales resultados de esta secretaría nos dieron la razón.
Cuando en el 2009 Funes transformó el Consejo Nacional de Cultura en su Secretaría de Cultura de la Presidencia y Breni Cuenca asumió esta cartera, muchos de sus amigos le dejimos que esto era un paso en la dirección equivocada. En vez de al fin dar más autonomía a la institución estatal de cultura, la convirtieron en instrumento político de la presidencia. Y los fatales resultados de esta secretaría nos dieron la razón.
El
segundo gobierno del FMLN anunció que quiere corregir este grave error y crear
el Ministerio de Cultura. Pero de nada sirve el cambio de rótulo, si esta institución
no recupera su autonomía de los intereses políticos. El cambio que vemos bajo
este gobierno otra vez va en dirección equivocada: si bajo Funes la Secretaría
era instrumento de la presidencia, ahora se convierte en instrumento del
partido. Que es lo mismo, o peor…
Ahora
leo una entrevista en la cual usted, el nuevo secretario de Cultura, dice:
“Entre la Secretaría de Arte y Cultura del FMLN y la Secretaría de Cultura de
la Presidencia de la República existe un hermanazgo en donde en determinados momentos
tenemos que trabajar de la mano. Pero también determinados momentos tenemos que
mostrar cierta independencia. Es una relación, espero, de mucho respeto para
con ellos, pero también para con nosotros. Pero no hay que olvidar que es el
partido (FMLN) el que está en el Gobierno, pero desde el Ejecutivo nosotros
trabajamos un proyecto de nación para todo el país.”
Quien
así habla confunde interés de la nación con interés del partido. Y esto es
grave en todos los campos, pero en el campo de la cultura es fatal. Un futuro
ministro de Cultura que habla de “cierta independencia” y de “hermanazgo” con
el partido o no tiene principios, o no tiene el valor para defenderlos.
En
la misma entrevista udted dijo algo que ilustra perfectamente este dilema: “Hemos
montado una importante sala de exposiciones donde fue la Residencia
Presidencial, un trabajo donde allí están los reconocidos y renombrados
artistas plásticos que han hecho historia en este país. Lo están visitando
niños y personas que nunca en su vida tuvieron la oportunidad ni de llegar un
museo, ni mucho menos ser recibidos por un presidente para mostrarles las
virtudes del arte.”
Si
usted, como le correspondería como secretario de Cultura de la nación, quiere
promover que “personas que nunca en su vida tuvieron la oportunidad ni de
llegar a un museo”, usted crea un museo de puertas abiertas. Y pone todo el
patrimonio de obras en este museo accesible para todos. Pero no los pone en la
Residencia Presidencial, donde solo tienen acceso los que el señor presidente
tiene a bien a invitar a sus actos, y donde solo pueden entrar gente afin al
gobierno y al partido. Como usted dice: personas que nunca han tenido el
privilegio de “ser recibidos por un presidente”.
Tener
acceso libre e irrestricto al patrimonio cultural de la nación es una cosa. Ser
recibido por el presidente es otra. Es válido también, pero estas cosas no se
deben mezclar. Hay miles de personas que no tienen ninguna necesidad de ser
recibidos por el presidente, pero sí de tener acceso al arte y la cultura. Ustedes
estan condicionando el acceso a las obras del patriominio nacional a los
mecanismos de selección del partido y de Casa Presidencial. Lo que realmente
hizo, secretario, la colección nacional para la sala de té del presidente donde
realiza actos de carácter político y partidario. No se vale.
Le
pregunto: ¿Qué pasa si mañana un grupo de ciudadanos no afínes al gobierno
quiere visitar la Residencia para ver las obras, o sea gente que no quieren ver
al presidente, ni a usted, ni a la Tatiana de la Osa, sino simplemente obras de
arte? ¿Qué pasa si mañana tocan la puerta de la Residencia miembros de la
juventud de ARENA interesados en el arte? ¿Usted les garantiza el acceso libre
e irrestricto?
Usted
tiene que decidir: o es secretario de Cultura de la nación, o del partido.
Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/El Diario de Hoy)