¿Qué ha pasado en los últimos dos meses
que explica este fenómeno? Mucho y nada. Nada que explique este cambio en la
percepción de la tendencia electoral. Nada que explique que unos se llenen de
triunfalismo y otros de resignación. Ambos, por cierto, igualmente peligrosos
para sus respectivos candidatos...
Las encuestas no lo explican. Han
aparecido algunas que dan ventaja a ARENA, otros al FMLN. El promedio de las
encuestas más serias describe un empate entre ambos.
¿Lo explican las campañas, el bombardeo
de publicidad? Poco probable. Las campañas no han cambiado sustancialmente en
los últimos dos meses. La campaña mediática de ARENA sigue igual de mala; la
del FMLN-ALBA-Funes igual de buena. Nada nuevo.
En el trabajo territorial, ambas campañas
están haciendo un excelente trabajo de acercamiento a la gente. Nada nuevo.
En cuanto a propuestas e ideas que
podrían conectar con las angustias y aspiraciones de la gente y así cambiar la
correlación de fuerzas, veo nada. Cero por parte de ARENA y cero por parte del
FMLN. Nada nuevo. Ambas campañas carecen de lo mismo: prometiendo demasiado,
nadie les cree nada. No hay focalización, no hay prioridades claras. Nada nuevo
que podría cambiar la situación...
Algunos piensan que la diferencia la hizo
la permanente ofensiva de Funes contra ARENA, las acusaciones de corrupción,
los 10 millones de Taiwan, el caso ENEL... No lo creo. Si las acusaciones
provendrían de un presidente libre de sospechas de corrupción (o de un partido
que no se ha ensuciado las manos), las acusaciones harían la diferencia. Pero
esto no es el caso. Lo que para unos son los cheques de Paco Flores, para otros
son los 3 millones que Funes recibió de Salume. Y lo que para unos es el caso
ENEL, para otros es el caso CEL, que implica a Saca y a Funes, no a ARENA. No
veo nada nuevo en este terreno, nada impactante que podría explicar que de
repente unos canten victoria y otros se resignen.
De todos modos, se sobreestima el impacto
del tema corrupción en un país donde la gente ha perdido la confianza a toda la
clase política, no a un partido. No creen al acusado, pero tampoco al acusador.
Si tuvimos alternancia y resulta que la corrupción sigue igual o peor, ¿qué
validez tienen las mutuas acusaciones?
También se tiende a sobrestimar el
impacto de la publicidad mediática. Si no hay mensaje claro (y lamentablemente,
no lo hay de ninguna de las partes en competencia), la publicidad no impacta
mucho. La publicidad política, para ser efectiva, necesita como materia prima
proyectos políticos claros, que los puede traducir y resumidos en media docena
de mensajes. Si no, puede ser hasta contraproducente.
Entonces, por donde veamos, no
encontramos explicación racional porqué en el mes de diciembre se haya
producido este cambio de ánimo, que generó
pesimismo y temor del lado de la oposición, y optimismo y triunfalismo del lado
del FMLN. Nada explica que de repente mucha gente, independiente de su personal
intención de voto, piensan posible que el próximo presidente podría sea el
profesor Sánchez Cerén. Cosa que hace un par de meses nadie creía posible, ni
siquiera sus propios partidarios.
Se trata de un fenómeno que en Alemania
lo llamamos “Stimmungsmache”. Literalmente
traducido sería algo como la “hechura de ánimos”. Es otra cosa muy diferente
que tratar de convencer a alguien con argumentos o ideas. Es influenciar el
ánimo de las personas sin apelar a su razón, sino a sus emociones. En esta
campaña se muestra la superioridad del FMLN en la guerra sicológica; en la
propaganda que pasa debajo del radar de la razón argumentativa. En ella juegan
su papel cada uno de los elementos que por si solo no explican el resultado
(las encuestas que de repente dan ventaja al FMLN; las acusaciones del
presidente contra ARENA, etc.). Pero el papel más prominente en esta estrategia
la juegan los que se dejan desanimar, los que se dejan intimidar, y los que
dejan de creer en su propia causa. Y los del otro bando que se dejan animar...
Me atrevo a pronosticar que la batería de
nuevas encuestas, que saldrán en la segunda semana de enero, va a componer y
corregir esta percepción extraña que el FMLN ha logrado crear y que está
ganando.
(El Diario de Hoy)