martes, 19 de febrero de 2019

Carta a los diputados: A los dóciles nadie los respeta

Si quieren conseguir que la sociedad les tenga confianza y respeto, comiencen a cumplir su mandato con dignidad.

Los que reclaman para ellos la representación del “pueblo”, porque acaban de ganar una elección presidencial, ahora quieren presionarlos a ustedes, los diputados, a que se subordinen a la “voluntad popular’ expresada el 3 de febrero.

Pero el órgano que por definición y mandato constitucional representa a todos los sectores de la sociedad es la Asamblea Legislativa, no la presidencia. Es por esto que el presidente, para las decisiones importantes, tiene que solicitar la aprobación de los parlamentarios.
No le toca al presidente controlar la labor de la Asamblea. Es al revés: ustedes como  diputados tienen el mandato de controlar al Ejecutivo, a hacerle contrapeso, a limitarle mediante leyes el poder al presidente y su gobierno. Si la Asamblea no goza de respeto de la ciudadanía es porque no ejerce con coherencia este mandato. Los abusos de poder de los gobiernos, incluyendo la corrupción, solo son posibles cuando ustedes como parlamentarios no cumplen su responsabilidad.

Hoy les quieren sugerir (no solo con argumentos y seducciones, sino también con amenzas y chantajes) que los diputados, para quedar bien con la “voluntad del pueblo”, tienen que someterse a la voluntad del presidente elegido por “el pueblo”.

De esto se trata cuando el presidente electo, al mejor estilo Trump, les comunica mediante Twitter su exigencia de dedicar la mitad del préstamo aprobado para construir el nuevo edificio legislativo a la construcción de 50 escuelas y 14 bibliotecas. No es una solicitud, es una orden. O la cumplen o “el pueblo” los va a castigar. “El pueblo” decidió abrir un nuevo capítulo y ahora las reglas son diferentes…

Sospecho que la mayoría de los salvadoreños no comparte que sea necesario pagarle a la Asamblea un edificio digno y seguro. Gastar en escuelas siempre es más popular. Cualquier encuesta lo confirmaría. Pero ustedes no tienen su mandato vía encuestas. Ustedes están obligados a tomar decisiones correctas, sean o no populares.

Un presidente electo, que a esta altura ni siquiera tiene armado su equipo de transición y mucho menos su gabinete, ¿de dónde sacó cuánto debería costar el edificio para la Asamblea? ¿De dónde sacó el costo de 50 escuelas y 14 bibliotecas? ¿Acaso ya tiene listo todo el plan de inversión en infraestructura escolar para los 5 años de su gobierno, para saber que el primer paso son 50 escuelas y 14 bibliotecas? ¿Y por qué no apuesta al equipamiento de 20 salas de operación? Y la pregunta del millón: ¿Por qué el presidente, queriendo mostrar austeridad, no comienza en casa propia, en Casa Presidencial?

Es obvio que Bukele no sacó sus números de un esquema racional de prioridades, ni mucho menos de estudios financieros y de factibilidad. Los sacó de donde siempre saca sus nuevas ideas y sus proyectos: de la manga, de sus (normalmente muy atinados) cálculos de marketing político.
Por supuesto que hay que revisar bien el proyecto del edificio legislativo antes de ejecutarlo. ¿Realmente es irreparable el edificio? ¿Cuánto espacio necesita la Asamblea? ¿Cuál es el diseño adecuado? Deleguen esto a una comisión especial legislativa con asesoría de profesionales, no al presidente electo.

Para recuperar el respeto de la sociedad, actúen con dignidad. Lo peor que podrían hacer para ganar el respeto es comportarse dóciles ante el nuevo polo de poder. Nuestro parlamento necesita un edificio funcional, seguro y digno. Si esto no lo pueden defender ustedes, la gente tal vez aplaudiría al presidente electo por otro triunfo más, pero no a ustedes. A los dóciles nadie los respeta.

Saludos,