Ciertamente, uno de los desafíos para esta generación y la siguiente, será el combate al cambio climático y sus ramificaciones. De la misma manera, en que el cambio climático se manifiesta en diversas formas (incremento en la temperatura media, cambio de patrones de lluvia, aumento de la humedad en la atmósfera, aumento en el nivel del mar, tornados, sequías, etc.), similarmente, se puede crear una sinergia de respuestas para combatirlo. No existe ninguna duda que los efectos en los cambios en temperatura y los patrones de lluvia se comienzan a experimentar, especialmente en las zonas más áridas de nuestro territorio, como es la zona oriental.
La reconversión y el uso del espacio, ya sea urbano o rural, tienen incidencias muy grandes en el cambio climático, sostenibilidad y seguridad alimenticia. Desde ese contexto, energía, desarrollo y seguridad social, están íntimamente relacionados, lo cual incrementa la complejidad en el desarrollo de políticas públicas capaces de al menos crear conciencia a nivel de nación, de que el cambio climático es real y afectara sectores grandes de la población nacional y mundial.
En lo que respecta a los biocombustibles. Es de todos conocido los efectos negativos en la producción y alto costo de los gramos básicos, vitales para la supervivencia humana. No hace sentido crear una crisis alimentaría para producir unos cuantos galones de etanol, que por muchos que sean jamás podrán saciar la demanda de combustibles. Como también se sabe, que se producen más contaminantes al producir los biocombustibles, que el efecto neto que estos puedan tener para combatir el cambio climático. Desde ese contexto, lo más propicio seria, establecer otras dinámicas, que estén de acuerdo con las necesidades locales, y menos con la estructura vertical de los mercados energéticos, cuyo uso, especulación y manejo son en parte responsables del problema.
Una de las incidencias más grandes será la cantidad y calidad de agua disponible para esta y las futuras generaciones. No solo agua para el consumo diario, pero también el agua necesaria para los procesos industriales y la generación de energía. En ese respecto, es necesario identificar los suelos con alto grado o porcentaje de transmisidad, documentarlos y designarlos como suelos ecológicamente sensitivos no disponibles para otra función. Este aspecto puede trabajarse con la ley de ordenamiento del territorio y con un acta de planeamiento urbano aplicable en todo el territorio. La función seria darle las herramientas a las municipalidades para ordenar el desarrollo urbano y crear oportunidades de desarrollo creando polos de crecimiento e inversión económica a nivel nacional. En este contexto, se pueden usar técnicas ecológicas no convencionales en la construcción de viviendas u otro tipo de infraestructuras.
Otro aspecto seria, crear un programa de manejo de cuencas hidrográficas a nivel nacional con el fin de proteger la calidad y cantidad de agua. Este plan puede implementarse con la ley del agua, cuya función seria proteger las fuentes de agua y crear los parámetros necesarios que regulen el uso, derechos y tratamiento de agua negra y potable de manera tal que sea sostenible.
En el aspecto energético, no se puede hablar de soluciones sin tocar el tema de la energía solar. Aunque esta no solucionara completamente el problema, si ayudara a reducir la demanda si se usa de forma generalizada y alterna a los sistemas convencionales de generación. Un gobierno o institución con visión, captaría los 365 días de energía solar gratis disponible, es patético que ni se hable como solución.
Adicionalmente, no se puede hablar de cambio climático sin tocar el tema de transporte urbano. Si se quiere reducir la demanda del petróleo tenemos que pensar en formas de transporte que puedan mover el mayor número de usuarios en la forma más efectiva posible. Un sistema urbano de transporte, efectivo, rápido, no atomizado es lo más factible. Como también reactivando los dos corredores del tren, Apopa- San Salvador y San Martín- San Salvador. Uno esta trabajando como plan piloto, el otro necesitaría un estudio de factibilidad.
El tema de la seguridad alimenticia, es más complejo, simplemente me limitare a comentar lo siguiente. La noción de que todo puede importarse o exportarse a través de los mercados internacionales, obedece a una lógica que desafía el sentido común. El modelo trabajo, al menos, hasta que los precios reales del petróleo y los costos ambientales se hicieran presentes, ya sea en la producción y distribución de mercaderías o el cambio climático. Una nación que no sea sostenible, social o ecológicamente produciendo los sistemas que mantienen las relaciones sociales estables y los productos alimenticios necesarios para su sobrevivencia, padecerá o perecerá por la misma lógica, es insostenible.
Eric Lopez
Tecnología en Manejo de Recursos Naturales, Séneca College
BES, Estudios Ambientales, York University
MES, Master en Planeamiento Urbano y Regional, York University