te mataron hoy hace 21 años. Al tomar la decisión de asesinarte, el ejército perdió la guerra. Tuvo que aceptar la negociación. Tuvo que retirarse a su cuarteles, sufrir depuraciones, y salir de la política – mientras que los guerrilleros bajaron del monte para incorporarse en la vida civil y política...
Eso fue exactamente el guión que vos habías escrito para el país. La última vez que hablé con vos, en 1988 en la UCA, te pregunté qué significaba para vos la solución política al conflicto que tanto presionaste al FMLN y al gobierno Cristiani que busquen. Me dibujaste un cuadro que en este momento a todos nos parecía utópico, menos a vos y algunos visionarios en los dos bandos: Que la sociedad mande a sus cuarteles a los militares y que incorpore a los guerrilleros. Que unos se retiren y los otros se desmilitaricen para construir la democracia - con toda sociedad civil.
A algunos militares no les gustó esta solución - y te mandaron a matar. A algunos guerrilleros tampoco les gustó esta idea que - por esto mandaron a matar, en junio del 1989, a José Antonio Rodríguez Porth, el principal asesor del nuevo presidente, Alfredo Cristiani – y quien compartía la visión tuya de una solución política e la guerra.
Vos tuviste la razón. Y al fin, la razón se impuso. Se hizo la paz. Los guerrilleros nos incorporamos en la política, muchos en el partido FMLN, muchos no. Imagínate: Hoy tenemos una Fuerza Armada despolitizada que obedece a un gobierno del FMLN.
Tuviste la razón. Era muy difícil ver esto en el 1988, pero gracias a visionarios como vos, la razón se impuso.
Gracias, Nacho.
Paolo Lüers
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