Estimado señor presidente:
Usted prometió gobernar abierto a la consulta y la participación ciudadana. Hoy que tiene que depurar a su gabinete, es nuestra responsabilidad como ciudadanos hacerle escuchar la voz del pueblo...
Obviamente, nadie puede hablar a nombre del pueblo. Pero todos podemos y debemos hablar. Hago un llamado a mis colegas columnistas, a los gremios, a las asociaciones profesionales, a los partidos, a los ciudadanos en general a proponerle a usted los cambios necesarios en el gabinete. Algunos lo harán en público, otros le mandarán cartas o e-mails, otros que tienen este privilegio se lo dirán en privado. Pero todos debemos ayudarle a usted a deshacerse de los ministros y otros funcionarios que no están sirviendo a los intereses de la nación.
En este sentido, le aconsejo, en el interés del país y su propio, que cambie al ministro de Seguridad, por incapacidad, falta de liderazgo y porque fomenta divisiones ideológicas dentro de la PNC. Por esta última razón, debería nombrar un ministro de Seguridad independiente del FMLN.
En Educación no será suficiente remover a Salvador Sánchez Cerén, porque el arquitecto de los planes equivocados de reforma educativa es el viceministro Eduardo Badía Serra. Hay que sustituir a los dos con profesionales que sean ajenos a la tendencia chavista que hoy reina en Educación.
Estos son los dos cambios radicales de los cuales depende el futuro de su presidencia. Aparte de remover, por supuesto, a algunos personajes indecorosos o incapaces en cargos secundarios que todos sabemos quienes son. Bueno, ANDA no es tan secundario. Ni la Superintendencia de Electricidad y Telecomunicaciones que quiere parar la construcción de represas y regular los medios.
Su canciller Hugo Martínez ha dado pasos correctos en política exterior. Pero ha permitido que algunos de sus colaboradores (¿o son comisarios políticos del partido?) establecieran un régimen de terror y despidos indiscriminados en Cancillería. O se van los comisarios o usted tendrá que poner a un ministro que pone orden.
Deseándole felices navidades y un próspero Año Nuevo,
Paolo Lüers
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