¡Mi general!
Felicidades: Al fin el presidente de la República le ascendió a general. Luego de años de andar de civil haciendo campañas políticas, le volvieron a dar el alta, le pusieron uniforme, lo nombraron ministro de Defensa, y le dieron las estrellas deseadas que le habían negado los presidentes de ARENA. Hoy está plenamente restituido su honor. Ya satisfecha su ambición, puede renunciar y gozar de su merecido retiro.
Las estrellas y el uniforme le quedan como símbolo de que al fin se hizo justicia con usted...
A la vez usted le haría un gran favor a la Fuerza Armada y al país, dejando que al fin nombren a un civil como ministro de Defensa. Alguien que no divide a la Fuerza Armada sino la une porque no entra en competencia con los miembros del Alto Mando. Alguien que fortalece la subordinación del ejército bajo el poder civil - sin poner en peligro la institucionalidad interna y los códigos de honor de la Fuerza Armada.
¡Apuesten al cambio, hombre! Un civil al cargo del Ministerio de Defensa, pero respetando el orden interno de la Fuerza Armada - eso sí sería un cambio profundo y progresista para el país. Y a usted como soldado que es no le asustará el hecho que el cambio requiere de un pequeño sacrificio personal.
Nuevamente felicidades, señor general, Paolo Lüers
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