“La democracia revolucionaria será el inicio de la ruptura radical con el Estado actual y el orden establecido.”
“Bajo un nuevo Estado revolucionario y con la participación efectiva de las organizaciones populares conscientes y correctamente dirigidas por su vanguardia revolucionaria, la socialización de los medios de producción deja de tomar formas capitalistas, pero solo al término de una larga lucha de clases, que resulta inevitable.”
“Por su parte, las izquierdas reformistas y socialdemócratas en el subcontinente, tan en boga hoy frente a la confusión ideológica y la alineación al “nuevo orden”: la economía de mercado o neo-capitalismo, están cayendo en la trampa que les ha tendido el poder económico: trabajar en las transformaciones sociales y políticas que le resuelvan los problemas colaterales al gran capital.”
No estamos citando a Lenin, aunque parece. Ni a nadie del Siglo 19. Las tres frases provienen de Oscar A. Fernández O., quien escribe en Contrapunto, un periódico digital cercano al proyecto político de Mauricio Funes. El mismo autor escribe para Colatino. En este vespertino -que desde unos 20 años difunde las posiciones del FMLN- le dan oportunidad para escribir frases como: “Debemos garantizar que la izquierda, que se establece como una opción histórica de gobierno, asegure que la eventual reforma (o rediseño) de un sistema electoral transparente y apartidista, se inserte en el marco de una democracia de futuro superando los límites de la democracia representativa burguesa, formalista y de elites.” Para entender de qué diablos está hablando, vea arriba...
¿Deslices de un loco anclado en el pasado marxista-leninista? Sí, pero no está sólo. Y no está, para nada, meando fuera del guacal. En una extensa entrevista concedida al sitio de Web Argenpress, el diputado Sigfrido Reyes, vocero oficial del FMLN, dice:
“Hay experiencias novedosas en Nicaragua, en materia de democracia, impulsando mecanismos de participación ciudadana y de apertura en la gestión pública, que a nuestro juicio, vale la pena estudiar, porque son mecanismos que rompen con la tradicional democracia participativa y abren otros cauces a la democracia, una democracia más ciudadana, más de base, eso es, a nuestro juicio, algo muy interesante que está haciendo el Frente Sandinista y el gobierno.”
Son planteamientos que durante la pasada campaña electoral sólo se podía encontrar con esta claridad en el órgano oficial de Tendencia Revolucionaria (tendenciarevolucionaria.org), dirigida por Dagoberto Gutiérrez, quien durante la guerra era el segundo de Schafik Handal al mando del Partido Comunista y sus Fuerzas Armadas de Liberación.
Dagoberto hoy es vice-rector de la Universidad Luterana y participa en debates televisivos como analista político independiente, y pocos saben que es el líder de Tendencia Revolucionaria, organización que ejerce influencia decisiva sobre el ala más radical y violento del movimiento social. El planteamiento de Dagoberto Gutiérrez: “Debe haber una nueva constitución donde el pueblo tenga derecho a ser consultado – aquí no tenes derecho vos, a ser consultado – debe incorporarse eso: plebiscito, referéndum, que es lo que ocurre en Venezuela donde a la gente se le consulta frecuentemente, porque lo manda la constitución, aquí no existe esto.”
En el sitio de la Tendencia Revolucionaria ya se ha abierto todo en debate sobre el tipo de democracia que, según este sector de la izquierda, debería construirse en El Salvador. Citamos de un artículo titulado “Democracia Liberal Burguesa o Democracia Popular” de Pablo Santiago en este sitio:
“Venezuela, Ecuador y Bolivia son ejemplos de democracias populares, y de cómo estas se convierten en un vehículo al socialismo.”
“La democracia popular es incompatible con las constituciones liberales, la democracia popular debe crear su propia base legal. La constitución popular debe crear mecanismos de participación popular que permitan al pueblo ejercer su soberanía por encima de la gran propiedad, los monopolios y la ganancia ilimitada. Se hace necesaria una constitución popular debatida y votada por el pueblo, en un ámbito democrático. El pueblo debe decidir su destino, y este debe ser respetado por cualquier gobierno.”
“En la democracia popular, los medios de comunicación deben ser democratizados, estableciendo no solo medios estatales y privados, sino también medios sociales. Estos últimos deben garantizar la libre expresión de organizaciones sociales, políticas y culturales, sin discriminación ideológica o económica. Los medios privados deben existir, es cierto, pero regulados, sin monopolios. Esa es la esencia de la libertad de expresión y el acceso libre a la información en una democracia popular.”
Repito mi pregunta: ¿Deslices de un loco anclado en el pasado marxista-leninista? No. Para muestra de botón, veamos unos párrafos del programa de gobierno de Mauricio Funes y del FMLN:
“Potenciar el poder de decisión de la población.... Para ello se promoverán los cambios jurídicos y administrativos necesarios que faciliten la legalización y el respeto jurídico a las organizaciones ciudadanas...”
“Apertura de espacios y mecanismos de participación. La participación necesita que el Estado se transforme y establezca vínculos y procedimientos que facilitan la participación ciudadana...”
“Contribuir desde el Nuevo Gobierno democrático a inaugurar una etapa inédita en la que el pueblo pueda ... incidir responsable y decisoriamente en el rumbo y el destino del país, en su vida pública, en la definición, formulación y ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas públicas y asegurar que los mandatarios cumplan con las misiones encomendadas por la ciudadanía...”
Definitivamente, la cosa es más seria que unos locos sueltos. Andan sueltos, pero es porque los responsables del manicomio les están abriendo las puertas.
“Bajo un nuevo Estado revolucionario y con la participación efectiva de las organizaciones populares conscientes y correctamente dirigidas por su vanguardia revolucionaria, la socialización de los medios de producción deja de tomar formas capitalistas, pero solo al término de una larga lucha de clases, que resulta inevitable.”
“Por su parte, las izquierdas reformistas y socialdemócratas en el subcontinente, tan en boga hoy frente a la confusión ideológica y la alineación al “nuevo orden”: la economía de mercado o neo-capitalismo, están cayendo en la trampa que les ha tendido el poder económico: trabajar en las transformaciones sociales y políticas que le resuelvan los problemas colaterales al gran capital.”
No estamos citando a Lenin, aunque parece. Ni a nadie del Siglo 19. Las tres frases provienen de Oscar A. Fernández O., quien escribe en Contrapunto, un periódico digital cercano al proyecto político de Mauricio Funes. El mismo autor escribe para Colatino. En este vespertino -que desde unos 20 años difunde las posiciones del FMLN- le dan oportunidad para escribir frases como: “Debemos garantizar que la izquierda, que se establece como una opción histórica de gobierno, asegure que la eventual reforma (o rediseño) de un sistema electoral transparente y apartidista, se inserte en el marco de una democracia de futuro superando los límites de la democracia representativa burguesa, formalista y de elites.” Para entender de qué diablos está hablando, vea arriba...
¿Deslices de un loco anclado en el pasado marxista-leninista? Sí, pero no está sólo. Y no está, para nada, meando fuera del guacal. En una extensa entrevista concedida al sitio de Web Argenpress, el diputado Sigfrido Reyes, vocero oficial del FMLN, dice:
“Hay experiencias novedosas en Nicaragua, en materia de democracia, impulsando mecanismos de participación ciudadana y de apertura en la gestión pública, que a nuestro juicio, vale la pena estudiar, porque son mecanismos que rompen con la tradicional democracia participativa y abren otros cauces a la democracia, una democracia más ciudadana, más de base, eso es, a nuestro juicio, algo muy interesante que está haciendo el Frente Sandinista y el gobierno.”
Son planteamientos que durante la pasada campaña electoral sólo se podía encontrar con esta claridad en el órgano oficial de Tendencia Revolucionaria (tendenciarevolucionaria.org), dirigida por Dagoberto Gutiérrez, quien durante la guerra era el segundo de Schafik Handal al mando del Partido Comunista y sus Fuerzas Armadas de Liberación.
Dagoberto hoy es vice-rector de la Universidad Luterana y participa en debates televisivos como analista político independiente, y pocos saben que es el líder de Tendencia Revolucionaria, organización que ejerce influencia decisiva sobre el ala más radical y violento del movimiento social. El planteamiento de Dagoberto Gutiérrez: “Debe haber una nueva constitución donde el pueblo tenga derecho a ser consultado – aquí no tenes derecho vos, a ser consultado – debe incorporarse eso: plebiscito, referéndum, que es lo que ocurre en Venezuela donde a la gente se le consulta frecuentemente, porque lo manda la constitución, aquí no existe esto.”
En el sitio de la Tendencia Revolucionaria ya se ha abierto todo en debate sobre el tipo de democracia que, según este sector de la izquierda, debería construirse en El Salvador. Citamos de un artículo titulado “Democracia Liberal Burguesa o Democracia Popular” de Pablo Santiago en este sitio:
“Venezuela, Ecuador y Bolivia son ejemplos de democracias populares, y de cómo estas se convierten en un vehículo al socialismo.”
“La democracia popular es incompatible con las constituciones liberales, la democracia popular debe crear su propia base legal. La constitución popular debe crear mecanismos de participación popular que permitan al pueblo ejercer su soberanía por encima de la gran propiedad, los monopolios y la ganancia ilimitada. Se hace necesaria una constitución popular debatida y votada por el pueblo, en un ámbito democrático. El pueblo debe decidir su destino, y este debe ser respetado por cualquier gobierno.”
“En la democracia popular, los medios de comunicación deben ser democratizados, estableciendo no solo medios estatales y privados, sino también medios sociales. Estos últimos deben garantizar la libre expresión de organizaciones sociales, políticas y culturales, sin discriminación ideológica o económica. Los medios privados deben existir, es cierto, pero regulados, sin monopolios. Esa es la esencia de la libertad de expresión y el acceso libre a la información en una democracia popular.”
Repito mi pregunta: ¿Deslices de un loco anclado en el pasado marxista-leninista? No. Para muestra de botón, veamos unos párrafos del programa de gobierno de Mauricio Funes y del FMLN:
“Potenciar el poder de decisión de la población.... Para ello se promoverán los cambios jurídicos y administrativos necesarios que faciliten la legalización y el respeto jurídico a las organizaciones ciudadanas...”
“Apertura de espacios y mecanismos de participación. La participación necesita que el Estado se transforme y establezca vínculos y procedimientos que facilitan la participación ciudadana...”
“Contribuir desde el Nuevo Gobierno democrático a inaugurar una etapa inédita en la que el pueblo pueda ... incidir responsable y decisoriamente en el rumbo y el destino del país, en su vida pública, en la definición, formulación y ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas públicas y asegurar que los mandatarios cumplan con las misiones encomendadas por la ciudadanía...”
Definitivamente, la cosa es más seria que unos locos sueltos. Andan sueltos, pero es porque los responsables del manicomio les están abriendo las puertas.
(El Diario de Hoy, Observador)