miércoles, 13 de mayo de 2009

Basta de impunidad…

Una muerte más enluta, llena de sangre y conmueve a Guatemala: fue asesinado vil y salvajemente el distinguido y destacado profesional; hombre probo, digno e íntegro; extraordinario hijo, padre y ciudadano ejemplar, Rodrigo Rosenberg Marzano.

Todo su pecado, en este caso mortal, fue ser el abogado de otro hombre honorable, Khalil Musa Bassila, quien fue cruelmente asesinado junto a su hija Marjorie, a plena luz del día, cuando como todos los días salían a tomar su almuerzo. A raíz del asesinato de los Musa, aunque ya no era su obligación profesional, producto de su consistencia, consecuencia y coherencia moral, se hizo responsable de las investigaciones de este injustificable hecho criminal.

Estas investigaciones lo llevaron a desbaratar la primera hipótesis oficial, al extremo que el propio Presidente y su Secretario tuvieron que reconocerle al propio Rodrigo que el origen de los asesinatos surgían del nombramiento de Khalil en Banrural.

Derivado de los resultados de las investigaciones Rosenberg fue amenazado de muerte. Consciente de la gravedad de la situación, Rosenberg procedió, con valentía y arrojo, a dejar testimonio en video, audio y por escrito –todos ellos auténticos– de quienes, según él, asesinaron a Khalil y a Marjorie y que podrían ser responsables de su propia muerte en caso su asesinato tuviese lugar, tal como dos días más tarde sucedió.

En su testimonio-testamento, Rodrigo Rosenberg, entre otras aseveraciones y reflexiones expresa: Si usted leyó este mensaje es porque he sido asesinado por Gustavo Alejos, Gregorio Valdez, con la aprobación del señor Álvaro Colom y de Sandra Torres, por negarme a que se convirtiera en una estadística más el cobarde y vil asesinato de dos increíbles personas como lo eran Khalil Musa y su hija Marjorie Musa. Asimismo, agrega: Que los guatemaltecos le hemos permitido… A personajes como José Ángel López, Fernando Peña y Gerardo de León, que en forma directa amenazaran e intimidaran a Don Khalil, pocas semanas antes de su asesinato y el de su hija, para que renunciara a su nombramiento en Banrural.

Las acusaciones son de tanta seriedad y gravedad y provienen de un hombre intachable y sin mancha, como lo era Rodrigo Rosenberg, que una investigación independiente dirigida por los organismos de la comunidad internacional de inteligencia, en acompañamiento a la CICIG, es imperativa.

El Presidente debería ser excesivamente cuidadoso para evitar la retórica y sobre todo evitar las reuniones con el Fiscal General, con el Ministerio y con el fiscal que lleva el caso no sólo por razones de forma y de fondo sino porque es uno de los señalados en el caso.

Asimismo, el Procurador de los Derechos Humanos debe presentar la denuncia al Ministerio Público y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El Presidente debería ser el más interesado en el esclarecimiento de los hechos, pues de otra forma podría quedar en la triste historia de Guatemala como cómplice de asesinatos de guatemaltecos prominentes, entre otros delicados ilícitos.

En todo caso, el repudiable asesinato de Rodrigo, ha venido a significar un parteaguas para el gobierno de Colom, pues a partir de ahora, ha perdido su autoridad para hacer gobierno y en el mejor de los escenarios, su destino será flotar hasta entregar la estafeta al proximo Presidente. En cuanto a la carrera política de Doña Sandra, simplemente está liquidada.

(El Periódico, Guatemala)