Usted vino al país para ofrecernos apoyo en la lucha contra el crimen organizado. Pero nadie le dice en la cara lo que todo el mundo sabe: Si Estados Unidos realmente quiere ayudarnos, deje de involucrarnos en su guerra contra el narcotráfico. La única manera que Estados Unidos puede ayudarnos en la lucha contra la violencia, es legalizando el consumo de drogas, y lanzando políticas públicas para atender la dependencia de las drogas como lo que es: un problema de salud pública.
Nunca podrá ganar la guerra contra el narcotráfico. El único éxito de su guerra es que cobra víctimas y corrompa sociedades solamente afuera de Estados Unidos.. La cuota de sangre y corrupción la pagamos nosotros en América Latina.
Mientras ustedes enfoquen la lucha contra las drogas exclusivamente en la oferta (el narcotráfico) y no en la demanda (el consumo de sus ciudadanos), están asegurando a los narcotraficantes miles de millones de ganancia.
Cuando los costos que pagamos en esta guerra ajena se juntan con nuestros propios problemas de pandillas, resulta la mezcla explosiva de violencia que ahora sufrimos. .
Nosotros queremos enfrentar nuestros problemas hechos en casa: pandillas, corrupción, pobreza. Para poder hacerlo, ustedes tienen que dejar de ponernos la carga imposible de su guerra contra el narcotráfico, que tiene una sola razón: la falta de voluntad de llevar, en su propio país, la guerra contra la drogadicción.
Presidente Obama: no pedimos que ustedes nos resuelvan los problemas nuestros. Solo que deje de obligarnos a participar en una guerra para resolver el suyo: el consumo de drogas en Estados Unidos.
Una vez que usted declare la guerra al problema de salud pública que tienen con el consumo de drogas, nosotros podremos reconstruir los estados fallidos y el tejido de los sistema judiciales ahora comprometidos por el narcotráfico.
Esto es todo lo que le pedimos, señor presidente Obama.
Have a good time in our beautiful country,
Paolo Luers
(Más!)