martes, 14 de julio de 2009

Cursilería oficialista

Iba a haber cambio en el país. Todo iba a cambiar. Sobre todo la manera de gobernar. Incluyendo la política de comunicación. Ya nada de despilfarro en campañas de publicidad. Información en vez de publicidad y propaganda gubernamental.

Mil veces el FMLN y su candidato preguntaron: ¿Cuántos hospitales se pueden abastecer de medicinas por el dinero que gasta Tony Saca en campanas publicitarias para promover la imagen de su ‘gobierno con sentido humano’?

Hoy, a seis semanas de haber asumido el control del gobierno y del presupuesto de propaganda, estamos siendo nuevamente bombardeados por spots de televisión en todos los canales, cancioncitas, caras alegres. La misma cursilería, sólo con otro lema; en vez de ‘Gobierno con sentido humano’, ahora es ‘Gobierno de El Salvador: unir, crecer, incluir’.

“Unir para vencer. Crecer para avanzar. Incluir para lograr la paz en cada hogar...”

¿Esto es información o publicidad? Definitivamente, no es lenguaje informativo, sino propagandístico. Ni siquiera es lenguaje político, sino lenguaje cursi. Alguien cercano al gobierno actual me dijo: “Es lenguaje poético”. No sé qué poetas leen en Casa Presidencial en estos días. El lenguaje de este jingle del ‘cambio’ es más cercano a Micheal Jackson (“We are the world”) que a Silvio. Que alguien les preste un poemario de Benedetti o de Cardenal, o por o lo menos un disco de Silvio Rodríguez...

“Unir para vencer”, ¿a quién? Las campañas electorales tienen como propósito vencer al adversario. Una vez electo el candidato, se convierte en presidente de todos, y ya no hay adversario a vencer. No así los partidos. Ellos siguen siendo parciales, siguen teniendo adversarios a vencer. “Unir para vencer”, definitivamente es lenguaje de partido, no de gobernante. Suena a campaña electoral, no a rumbo de nación...

“Crecer para avanzar”, ¿hacía donde? Al socialismo? ah, no: a la paz en cada hogar? Esto es lenguaje religioso...

A seis semanas de gobernar el FMLN y Mauricio Funes, no conocemos el diseño de su política comunicacional.

Lo que conocemos hasta ahora es: Una campaña de publicidad llena de cursilería. Restricciones al acceso de información en el área de Seguridad Pública, decretadas por el ministro y su jefe de policía. Un llamado del ministro de Gobernación a los medios a autocensurarse. Sitios de Web de Casa Presidencial y de los ministerios mal diseñados y con muy escasa información. Un secretario de Comunicación de Casa Presidencial que asume la tarea de convocar a los artistas del país a una consulta y pre elección de candidatos para la jefatura de Concultura, como si la cultura fuera, para este gobierno, un asunto complementario de su política comunicacional. Ah, y el anuncio oficial que el Canal 10 va a pasar a control directo de Casa Presidencial y formar, junto con Radio Nacional y otros recursos estatales, un consorcio de medios estatales.

Mientras este anuncio no vaya a acompañado de un concepto coherente de convertir este consorcio de medios estatales en una entidad autónoma fuera del control directo del ejecutivo, más bien suena a amenaza. No estoy en contra de medios estatales haciendo competencia -sobre todo informativa- a los medios comerciales. Por lo contrario, soy un gran aficionado de medios estatales como la BBC, Radio Netherland, y Deutsche Welle. Son medios sumamente profesionales y pluralistas, con un absoluta independencia editorial del ejecutivo de turno en sus países.

Pero detesto medios estatales como Granma, Radio Havana, Telesur y Canal 8 de Venezuela, que son instrumentos de los partidos de gobierno. Que no permiten pluralidad, sino buscan hegemonía comunicacional e ideológica...

Solicito al gobierno, a la oposición, a las universidades y a los medios a iniciar un debate serio sobre el concepto de nuestros medios estatales. Lo que menos queremos es que el Canal 10 dependa de la misma instancia que diseñó la campaña publicitaria ‘unir, crecer, incluir’...

(El Diario de Hoy, Observador)