sábado, 18 de julio de 2009

Carta al cura Antonio Confesor Carballo

Estimado padre:

Usted está encabezando las protestas callejeras contra la construcción de la presa hidroeléctrica El Chaparral en el río Torola. Junto con los dos activistas que el FMLN había propuesto de ministro de Medio Ambiente: Ángel Ibarra y Ricardo Navarro.

El problema es que Funes no quiso darles el ministerio a los radicales. Las protestas violentas contra El Chaparral son la venganza de los dinosaurios...

Dicen que la protesta es por razones ecológicas y para ‘proteger a la gente’, pero lo que quieren es torcerle el brazo a Funes y su ministro de Medio Ambiente. Quieren hacer caer el proyecto El Chaparral. ¿Y usted, padre, por qué se presta para esto?

Usted dice: "Mauricio, ¡defiende al pueblo que te eligió! Los ricos de este país no te eligieron, te dieron la espalda. Salume compró tu conciencia con los milloncitos...”

Tiene razón, padre: El hijo de don Nico Salume no debería estar dirigiendo la CEL y el proyecto El Chaparral. Su presencia en el gabinete es una vergüenza.

Pero El Chaparral no es un proyecto de Salume, es un proyecto del país. Parar la construcción de la presa hidroeléctrica, como lo quieren los dinosaurios en el FMLN, significa sabotear el desarrollo del país.

Para torcerle el brazo a un presidente y obligarle a adoptar posiciones extremistas contra ‘los ricos’, ¿ustedes están dispuestos a sabotear al desarrollo del país?

Como pastor, usted debería ayudarle a su gente a sacar los mejores beneficios del proyecto: más escuelas, clínicas, calles y viviendas. Todo lo demás es demagogia. O una cínica estrategia de desestabilización contra su propio gobierno...

Paolo Lüers

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