Los titulares normalmente se llenan de las voces más estridentes, las voces ecuánimes no resuenan. Pero eso no significa, que no sean importantes a la hora de plantearnos los futuros electorales. Los No Ideologizados es un grupo grande de personas y jóvenes que no están casados con ninguna ideología. Esto no los hace débiles o indecisos como los llaman muchos, esto los hace fuertes y partes de una gran mayoría que a fin de cuenta es la que mueve el país, crea consensos y decide elecciones.
Hay muchas personas que dicen que los jóvenes son apáticos. Yo no creo esto, son innumerables los actos políticos en los que participan, son incontables los gritos que piden ser escuchados, normalmente lo que pasa es lo contrario, es en los aparatos políticos rudimentarios donde no hay cabida para las jóvenes. Las estructuras de juventud de los partidos salvadoreños piden a los jóvenes asumir la ideología de su partido, no piden opinión en la construcción de un nuevo pensamiento, piden usar el uniforme, tanto de ropa como de mente.
Las estructuras partidarias no tienen cabida para los jóvenes que no se identifican con la ideología de derecha o de izquierda pura. Los que pueden leer la biografía del Che y al mismo tiempo entender cómo funciona el mercado y respetarlo. Los que tienen igual apertura para escuchar los discursos de Schafik y también los de d’Abuisson. A los No ideologizados no les gusta ponerse camisas de fuerza, ya sean tricolores, rojas o de cualquier otro color. Cómo van a repartir y celebrar la democracia donde solo se considera un punto de vista.
No pueden encontrar una única respuesta a los problemas, pueden ver que hay grandes escalas de grises entre las distintas posturas. Los No ideologizados son muchos, no son tan vistosos como las manchas de jóvenes tricolores o rojos. Pero son los que podrán analizar con objetividad qué futuro es el que le conviene a El Salvador. Esa objetividad no significa que no tengan pasión, claro que la tienen y cada vez que tienen un espacio la expresan.
Son aquellos que al menor espacio para poder participar legítimamente en cualquier iniciativa, ya sea para construir una casa, para compartir con otros, para ayudar a un enfermo o para ayudarle al medio ambiente, siempre están listos y dispuestos a participar. Este gran colectivo de ciudadanos es la esperanza de cambiar los partidos, que estos entiendan que losapoyosno responden a su propia voluntad sino a una voluntad social. Que no somos los ciudadanos los que nos tenemos que casar con los lineamientos del partido, es el partido que tiene que entender cuales son los deseos de los ciudadanos.
Los No ideologizados son parte de un pensamiento horizontal, uno que no parte de estructuras rígidas. Normalmente el análisis de los problemas parte de establecer un sistema que explique la totalidad. Desde esta óptica lo que no encaje con el análisis seguramente está equivocado. De esta manera los ideologizados pierden la perspectiva de la realidad, se vuelve más importante el sistema construido que la realidad misma. La suma de los distintos pensamientos y la creación de sistemas orgánicos contribuyen a crear una forma de abordar los problemas. Esta perspectiva complica muchos los análisis, pero los aproxima más a la realidad.
Los No ideologizados se vuelven incómodos, difíciles de manejar. Normalmente cometen un error capital para las estructuras rígidas, ¡preguntan! Esta atrocidad es raramente tolerable, desde los esquemas de formación educativa retrógrados donde no se les permitía participar en clases, solo escuchar, donde no se les permite preguntar por las causas o los tiempos de la guerra, porque es muy difícil contestar. ¿Qué se hace un con un grupo de personas que no esta dispuesta a gritar la consigna de turno y no está dispuesta a cantar el himno? ¿Qué pasa cuando alguien no se quiere vestir de rojo o tricolor? De ambos lados la respuesta es que es traidor, es de los otros. Por esquinero sospechoso con el agravante de ser preguntón.
Los NO ideologizados, en realidad ¡todos!, tenemos el derecho de criticar a las ideologías, tanto de derecha como de izquierda. Está en nosotros construir ese pensamiento horizontal que nos pueda hacer superar los fracasos de esas ideologías que ahora ya no explican la realidad de nuestro país. No para construir otra, pero sí para poder cuestionarnos libremente cuál es el destino que queremos en nuestro país. Más que eso, para construirlo.
(Publicado en La Prensa Gráfica; Blog de Democracia y Desarrollo. )