lunes, 2 de marzo de 2009

TODO ESTA CONSUMADO

Los Partidos Políticos muy bien harían en ahorrarse esos centavitos que tienen presupuestado gastarse en estos últimos 15 días.

No nos engañemos. La población electoral salvadoreña ya tomo una decisión. Ya sabe por quién votar. Ya sabe que su voto es secreto. Que no tiene obligación de decirlo a nadie. Que debe protegerlo, no solo ocultándolo sino que hasta mintiendo; especialmente aquellos que, durante el decenio pasado, creyeron haber encontrado la bola de cristal, ganando  muchos millones de dólares a cambio de convertirse en la forma moderna de fraude electoral, como es la industria de “las encuestas”, que dentro del sistema de libertinaje de mercado neoliberal aprendieron muy hábilmente a manipular los resultados de un método científico que practicado objetiva e imparcialmente no tiene nada de malo; pero que manipulado por la ambición humana fueron las grandes perdedoras de las elecciones del 18 de enero de 2009.

La población electoral salvadoreña ya sabe qué clase de líderes y partidos políticos tiene.. Ya sabe que estos nunca han mandado y que todavía no son los que mandan. Pero, de alguna manera sabe, que su proceso democrático está en franco desarrollo; y que, a saber porque, pero por la razón que sea, cada tres años la llaman a elegir alcaldes y diputados; y cada cinco años a elegir presidentes; aunque su democracia, por el momento, quede reducido a eso.

La población electoral ha aprendido poco a poco a soportar la demagogia; la violencia verbal y escrita con la que a base del miedo como la otra forma moderna de fraude electoral, siempre la obligaron a votar por una opción  que en la realidad parece que no fue la mejor.

La población electoral salvadoreña ha desarrollado una conciencia colectiva capaz de resistir todas las amenazas tradicionales fueran comunistas, terroristas, narcotráfico, crimen organizado, corrupción e impunidad, con que las veinticuatro horas del día bombardearon su subconsciente a través de todos los medios de comunicación social y actividades proselitistas.

A la población electoral se le nota, más que indiferente, observadora ante esos fenómenos de readecuamiento electoral en donde los líderes – más por los compromisos adquiridos cuando los patrocinaron  que por afinidad ideológica –, se están moviendo para el lado que les corresponde, cuando la base social electoral va en sentido contrario como la prueba más evidente que los votantes no son propiedad de nadie.

Lo que si sabe la población electoral salvadoreña es que los que mandan tienen miedo porque las cosas han cambiado; y que comienzan a quedar muy lejos aquellos tiempos en que el Presidente se designaba en la Embajada de Estados Unidos y los ricos y los militares solo obedecían.

Si las cosas siguen así: por primera vez la población electoral salvadoreña tendrá la posibilidad de elegir un Presidente.  

La población electoral salvadoreña solo espera que se respete su decisión. Esto es DEMOCRACIA.