Me gusta mi trabajo, pero hay días en que preferiría estar en otro lado. Ayer fue uno de esos días cuando por razones de trabajo me tuve que “tragar” los discursos de los diputados electos por el Partido Liberal Constitucionalista, los que siguen a Eliseo Núñez Hernández y los mal llamados “independientes”, que ocupan curules en la Asamblea Nacional gracias al voto de nicaragüenses democráticos que confiaron en ellos pero que ayer traicionaron esos votos sin el menor rubor.
Ayer veía como desesperadamente trataban de justificar su voto al lado del dictador que cometió el fraude electoral más grande de la historia de nuestro país y que “desapareció” cientos de miles de votos de gente que votó por los mismos que ayer los traicionaron.
Escuchaba los cínicos argumentos de los 21 diputados del PLC, los seis de ALN y los llamados “independientes”, todos de corbata o traje sastre que se deshacían en argumentos “en nombre de la Patria” pero que estoy seguro más temprano que tarde no podrán verse al espejo aunque este “arreglo” por el que votaron les traiga por ahora algún beneficio.
Estos supuestos demócratas, en total unieron a los 38 del Frente Sandinista para darle el control de la Asamblea al partido del compañero comandante pueblo presidente Daniel, y no sólo eso sino que prácticamente garantizan las ansiadas reformas constitucionales para la reelección de Ortega.
Estos señores y señoras deben creer que somos estúpidos, pues su argumento era que le daban la Presidencia al Frente Sandinista mientras “la oposición tenía la mayoría”. Mentira. La Directiva de siete miembros tiene ahora cuatro abiertamente oficialistas pues Carlos García y Alejandro Ruiz, los dos de ALN y el “independiente” Juan Ramón Jiménez votan con la bancada oficial o seas que con los dos sandinistas son cinco contra dos liberales que van a hacer el “cuadro” de oposición.
Pero los orteguistas no se quedan atrás en su “show”. El magistrado Rafael Solís se arrancaba furioso ayer los cuatro pelos que le quedan en la cabeza porque los liberales le habían dado el sobreseimiento definitivo a Arnoldo Alemán. Como que si no fueron los orteguistas los que se lo propusieron al dirigente liberal a cambio de los votos en la Asamblea.
Los liberales arnoldistas se veían ridículos tratando de balbucear argumentos para justificar su voto a favor del orteguismo y todas sus arbitrariedades pues el jueves en la noche su vocero, Leonel Teller, decía que quienes pensaran que el arnoldismo iba a votar junto al orteguismo “se iban a dar con la piedra en los dientes”. Supongo que Teller debe tener los dientes bien averiados pues el que se dio con la piedra claramente fue èl... aunque lo hizo conscientemente.
Mientras seguía los discursos de los pobres arnoldistas me iba dando cuenta de lo que para ellos significa “Patria”. Significa casi lo mismo que para los orteguistas significa “Pueblo”.
La ciudadanía hoy está más cerca de vivir bajo una dictadura dinástica, y eso gracias a los votos de los diputados sandinistas que votan por “el pueblo presidente” y el voto de los diputados del PLC y la ALN que votan para “salvar a la Patria”.
Para los unos “el pueblo” es Ortega y para los otros “la Patria” es Alemán. Tal vez algún día la ciudadanía toma nota.
(El autor es director de La Prensa, Nicaragua)