Credibilidad es la palabra más importante para los candidatos a la presidencia. Rodrigo Ávila tiene una tarea muy grande para ganarse la simpatía de la gente, es él quien tiene que crecer, para eso tiene que eliminar algunos lastres dentro de su partido. La percepción que es el candidato del presidente Saca le ha traído consecuencia, el partido ARENA está desunido, en el mejor de los casos está apagado. No se sienten fuertes, hay decepción entre los areneros y no es para menos, el grupo del presidente Saca ha estado tomando todas las decisiones, no han incluido a los demás sectores.
Ahora renuncia René Figueroa de la vicepresidencia de Ideología de ARENA y Cesar Funes ya no es vicepresidente de organización sino de campaña. Es un inicio, es el principio de ver a Rodrigo Ávila como un líder, como un presidente de partido. Es una lastima que esto no vaya acompañado de la inclusión de Hugo Barrera o Pancho Laínez. Pero es un principio de liderazgo tibio.
El Salvador ha tenido un líder en el presidente Saca, nos guste o no, ha impuesto su estilo, con publicidad, con discursos y con algunas acciones. Yo no estoy de acuerdo en la visión optimista del discurso de los cuatro años de gobierno, pero tampoco creo en la crisis apocalíptica del comunicado del Frente. La verdad se esconde en medio de estas dos posturas. Hasta ahora seguíamos viendo que el líder de la derecha seguía siendo el presidente Saca, aunque el presidente del partido fuera Ávila. Ahora, comenzamos a ver tenuemente que es lo que nos ofrecerá esta nueva ARENA.
Gerardo Suvillaga y Ricardo Martínez son los hombres más cercanos al candidato Ávila y está bien que los quiera tener cerca. Pero no son lideres fuerte, ni unificadores. Todavía no se ve como van a lograr crecer en las encuestas, como van a lograr unificar el partido o como van a lograr por lo menos que su tercio de voto los respalde nuevamente, en la última encuesta de CID-Gallup ARENA tiene 23% de respaldo.
Los cambios con paciencia y despacito son buenos, a veces son la única manera de avanzar. Pero lo que necesita ARENA para resurgir en esta contienda es una inyección de adrenalina. Estos cambios no son eso, estos cambios son una mascara cosmética, porque Cesar Funes sigue estando ahí, porque René Figueroa también, porque Suvillaga y Martínez no son lo que necesita el partido.
De momento Mauricio Funes sigue compitiendo solo, eso permite que “el caso Ramiro” pase de moda y sin consecuencias dentro del Frente, eso permite que se pelee con la prensa y no pase nada. Eso permite que el Frente nuevo siga cantando victoria y los verdaderos izquierdistas sigan quedando opacados dentro del partido. Que el candidato Funes sigua sin tener fuerza y que tampoco tenga credibilidad. Porque sus aliados los pudiera encontrar en la izquierda verdaderamente revolucionaria, en los intelectuales y los lideres campesinos. De momento estos seguirán teniendo desconfianza. Hago esta reflexión porque el Frente necesita tener oposición.
Rodrigo Ávila pareciera que quiere comenzar a tomar el liderazgo, para eso tiene que ser más firme, permitir de verdad una inclusión mayor de otros sectores dentro del partido, gente critica, gente con liderazgo propio, toda esa gente que ahora se siente y se seguirá sintiendo excluida. Así lo que escribí hace ya algunos meses sigue siendo cierto, con Rodrigo Ávila ARENA seguro pierde. El COENA con una mano de pintura no sirve para inyectar adrenalina.