Salió el "bombazo" que El Faro estaba anunciando desde hace rato. Un largo reportaje llamado "El cártel de Texi", basado en investigaciones policiales y de inteligencia realizados durante los últimos 10 años.
Me parece bien que al fin estas cosas salen a la luz, en vez de seguir durmiendo en archivos secretos de la PNC, del Ministerio de Seguridad y del Organismo de Inteligencia del Estado. Talvez así, forzado por la opinión pública, la fiscalía y los tribunales reaccionen y abran juicios contra los responsables.
Talvez ahora. Porque anteriormente, parte de esta información ya había salido en El Diario de Hoy. No tan detallada, porque a este periódico ningún funcionario les abrió el acceso a los expedientes policiales y de inteligencia como pasó ahora con El Faro. Ahora que un medio cuenta con el apoyo decidido de funcionarios de la policía, del aparato de inteligencia y del gabinete de seguridad del gobierno Funes-FMLN, talvez este "bombazo" lleve a los que ni la anterior ni la actual administración han logrado: que las investigaciones conduzcan a que el supuesto "Cártel de Texi" sea llevado a corte y desmantelado.
Algo ya está pasando, hay indicios que la Fiscalía General de la República y la Corte de Cuentas ahora, ante la presión de la opinión pública que generó la filtración de los informes policiales mediante El Faro, empiezan a actuar.
Las preguntas que hay que hacer incluyen esta: ¿Por qué las autoridades de seguridad no han llevado las investigaciones a la Fiscalía antes, sin tener que usar como palancas la filtración y la publicación en El Faro? Esta pregunta la tendrían que contestar tanto los anteriores como los actuales titulares de seguridad pública.
O talvez las llevaron a la Fiscalía y ésta no actuó. Talvez porque las investigaciones no eran suficientemente sólidas, o talvez porque las traspapelaron en la Fiscalía. Estas preguntas las tendrán que contestar los anteriores y el actual titular de la Fiscalía...
Adicionalmente, yo me hago dos preguntas más, leyendo la publicación de El Faro. Uno como periodista, otra como ciudadano.
Como periodista me intriga la interrogante siguiente: ¿Quién usó a quién en este asunto? ¿Usó El Faro inteligentemente a sus fuentes policiales y logró de esta manera armar un rompecabezas que permite ver la realidad del crimen organizado? ¿O más bien personeros del gobierno usaron al Faro? En este caso, ¿para qué fin? ¿Para presionar a la Fiscalía y al sistema judicial para que actúen contra el crimen organizado? ¿O para presionar o perjudicar a ciertos personajes, posiblemente incluso dentro del gobierno o de los partidos de gobierno?
Estas preguntas surgen cuando las autoridades, en vez de usar los procedimientos institucionales, buscan atajos o un by-pass a la institucionalidad y actúan con secretividad y conspiración. Por ejemplo, filtrando investigaciones y nombres, en vez de poner la cara y acusarlos formalmente.
Yo no puedo contestar todas estas preguntas. Leyendo con atención el reportaje de El Faro, me parece que en este caso el utilizado es el medio y no "la fuente". Lo publicado no es una investigación de El Faro, sino caja de resonancia de una investigación de la policía. Son funcionarios de seguridad pública del actual gobierno que decidieron cuáles informaciones y nombres entregar a los periodistas y cuáles no.
No estoy diciendo que esto es malo. No necesariamente. Pero por lo menos hay que tomarlo en cuenta a la hora de valorar la publicación y sus alcances. Como periodista uno siempre tiene que tratar de descifrar --y si es posible, hacer transparente-- las intenciones e intereses de "la fuente" que al mismo tiempo es actor de la historia.
La otra interrogante me la hago más bien como ciudadano: ¿Son el "Cártel de Texi" y las actividades que desarrolla, el tipo de delincuencia que tiene en crisis al país, a su economía, al ánimo de los ciudadanos? Yo me atrevo a decir: por muy criminal que sean los negocios de los señores de Texi, así como están descritos en El Faro, no son ellos los que me roban el sueño, los que mantienen en situaciones de toque de queda a miles de familias. No son ellos el tema central de seguridad pública en El Salvador, sino las pandillas que diariamente afectan y violentan a buena parte de la población. Que yo sepa, los mafiosos de Texi no andan matando ni extorsionando a sus vecinos en Chalatenango o Santa Ana...
Hay un punto donde ambas interrogantes se cruzan: ¿Será posible que estas filtraciones sobre este tema (y no sobre el actuar de las pandillas en Soyapango, Sonsonate o San Miguel) tienen como propósito distraer la atención del público de los problemas de seguridad pública que el gobierno o sabe o no quiere enfrentar? ¿Será que hoy se habla tanto de crimen organizado y regional y de cuello blanco, porque cuando se habla del crimen de cuello sucio, el de los pandilleros, el de los muertos de todos los días, el gobierno se ve tan mal?
Sólo preguntando.
(El Diario de Hoy)