Tienen toda la razón: este país necesita que gobierno y oposición lleguen a entendimientos, pactos, acuerdos… o como quieran llamarlos. La única manera de resolver los graves problemas del país (problema fiscal, falta de crecimiento económico e inseguridad) es que FMLN y ARENA, gobierno y sector privado, conjuntamente asuman el costo de las reformas y los sacrificios necesarios pero impopulares.
Gente como ustedes, pensadores independientes y políticamente correctos, siempre hacen
falta para advertirnos de los peligros de la confrontación, para evitar que nos
excedamos en nuestras polémicas, y para mantener abiertos canales de
comunicación.
Pero todo tiene sus tiempos. Ya he dicho en otras columnas,
y lo reitero hoy: este año 2014 entre elección presidencial y elección
parlamentaria, no es el año de la concertación. Para poder llegar a
entendimientos --y ojala a un pacto fiscal y acuerdos de nación sobre seguridad
y crecimiento-- primero hay que establecer el equilibrio de poder.
Lo voy a decir lo más pelado posible: Si como sociedad
queremos facilitar acuerdos de nación, en marzo del 2015 tenemos que establecer
una oposición suficientemente fuerte para que el partido de gobierno se olvide
de sus tentaciones de ganar control total del estado, y de enrumbar al país sin
necesidad de ponerse de acuerdo con la oposición.
O dicho de otra manera: Mientras el FMLN puede alcanzar
mayorías parlamentarias con GANA y otros votos que están a la venta, no tiene
incentivo de concertar de verdad con la oposición. Muestras de esto: la manera
como aprobaron los 1300 millones en bonos; la forma cómo desaforaron a Ana
Vilma de Escobar; el intento de imponer el paquete tributario de Carlos
Cáceres…
Como dicen los
gringos: First things first. En este
caso: faltan algunas batallas fuertes, antes de que se pueda, realísticamente,
apostar al diálogo para llegar a acuerdos de país. Esto no significa que de aquí a las elecciones en marzo 2015 haya
que dar riendas sueltas a la confrontación. Hay que cuidarse que las puertas no
se cierren. Hay que administrar los conflictos de manera prudente, sabiendo que
en el 2015 hay que sentarse a dialogar y ponerse de acuerdo. Pero administrar
conflictos no quiere decir evadirlos. Y prudencia no significa cobardía.
Por supuesto el gobierno tiene que ofrecer diálogo, un clima
de distensión, sonrisas, y algunos gestos de buena voluntad, a menos que actúe
de manera tan irracional como Funes. Es lógico que el nuevo gobierno del FMLN y
su presidente hagan todo lo posible para bajar la conflictividad política. Sabiendo
que la sociedad quiere concertación, hábilmente están durmiendo a la oposición
y la opinión pública con su discurso de diálogo - que en general es correcto,
pero en esta situación entra las dos elecciones es una mortal trampa para la
oposición.
Quien quiere acuerdos serios en 2015 para enrumbar al país,
tiene que enfrentar al gobierno y al FMLN de aquí a las elecciones. ¿Cómo
convencer al electorado de darle a la oposición fuerza de veto, si esta no hace
todo lo posible para distanciarse del gobierno, para perfilarse con mejores
propuestas, para mostrar que las propuestas del FMLN no son soluciones?
Para esto, urge que la oposición tenga candidatos a
diputados con capacidad de debate, con planteamientos claros, con voluntad de
arriesgarse asumiendo posiciones claras, con potencial de liderazgo. Enfrentar
al gobierno sin cerrar puertas, de esta capacidad depende el futuro de la
oposición. Si no logra establecer el balance de fuerzas en marzo del 2015,
nunca habrá acuerdos ni pactos ni concertaciones. Si GANA no desaparece como
facilitadora de mayorías sin principios, ¿para qué el FMLN va a hacer
concesiones para buscar entendimientos con la oposición?
Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/EDH)