lunes, 9 de junio de 2014

Carta a la ministra de Salud

-->Estimada doctora Violeta Menjívar:
La felicito: Luego de 5 años de vice, al fin ministra. Enorme reto que enfrenta: sustituir a la doctora María Isabel Rodríguez no es fácil.

Le escribo para que dé atención a un conflicto que afecta el Hospital Nacional San Juan de Dios de Santa Ana. Un conflicto totalmente innecesario, que usted puede resolver con una decisión y una firma. Mejor aun, con una visita relámpago a Santa Ana para poner orden.

En este hospital, el personal de enfermería tiene meses de pedir la sustitución de su jefa. Voy a dejar a ellos mismos que hablen: Nuestra situación es insoportable, vivimos bajo opresión, y estamos cansados de que los únicos incentivos que tenemos sean amonestaciones, notas desfavorables, castigos, descuentos, llamadas de atención. La ministra debe comprender que con jefes tan nefastos no se puede dar el cambio que el sector salud necesita. Necesitamos a una jefa de enfermería y un director que sean abiertos al dialogo.”

Mientras escribo esta carta, el personal de enfermería de Santa Ana ha iniciado una acción colectiva de fuerza muy inteligente, que no afecta a los pacientes, pero que sí inhibe a la jefa de enfermería a ejercer su cargo. Están poniendo en práctica la sustitución de la jefa de enfermería, Lic. Wilma Castaneda de López, acordada oficialmente el 12 de mayo del 2014, en una reunión entre el sindicato, el director del hospital y el representante de la Procuraduría de Derechos Humanos. El acta con la firma del Dr. Ramón Abrego, director del hospital, se lo puedo mandar, si acaso no lo tiene, ministra.

Al no cumplir los acuerdos alcanzados, siempre los conflictos se complican. Esto aprendí en mis años de delegado sindical la OSRAM en Alemania. Por esto, no me extraña que ahora no sólo piden la destitución de la jefa de enfermería, sino también cuestionan la capacidad de liderazgo del director del hospital. Por tramposo.

A mi me vinieron a ver varios del personal de enfermería de Santa Ana para contarme todo esto – y para pedirme ayuda: “Tal vez, cuando usted saque una su carta, la ministra ponga atención a nuestro problema.” Con gusto. Ahora la cosa está en sus manos, ministra, y puede aprovechar la oportunidad para mostrar que las palabras del presidente, que en su discurso de inauguración y en su visita al Rosales dijo que va a escuchar a la gente, son ciertas.

Me gustó mucho la actitud de los sindicalistas que me visitaron. No hablaron de salarios, ni de reivindicaciones para ellos: hablaron de cómo mejorar la atención a los pacientes - y cómo anhelan que sus jefes les ayuden en este esfuerzo, en vez de ponerles obstáculos.

Ojala que usted no se ponga defensiva, diciendo: estos son areneros que quieren detener la reforma de salud. No es un problema ideológico ni mucho menos partidario, ministra. El único aspecto partidario es tal vez cómo ustedes han nombrado directores y jefes. El resto es un asunto de razón común y de decencia, nada más. Esta gente quiere trabajar y que su trabajo sea reconocido. Punto.

Me gustó también que la acción de fuerza que hicieron el lunes 9, no fue una huelga ni nada que interrumpa la atención a los pacientes. Fue más bien una acción humorística. La jodarria como el último recurso de los impotentes.

Tome acción, con mente abierta, señora ministra. Saludos, Paolo Lüers.
(Mas!/EDH)