Es una guerra sicológica. No existe
ninguna posibilidad de llegar a consecuencias penales. Es más bien una especie
de linchamiento público, mediante la permanente insinuación que ellos están
siendo investigados, que existen testigos criteriados que los involucran en
crímenes tan graves como tráfico de armas. Tantas veces han aparecido estas
insinuaciones en declaraciones del fiscal general, en notas mal investigadas en
los medios, en acusaciones directas de personeros como Ricardo Perdomo y el
padre Antonio Rodríguez, y en ataques de algunos personajes de la derecha, que por
lo menos quedan sembradas dudas o incluso sospechas.
Estos ataques nunca fundamentados además
recibieron municiones por la reciente publicación del libro Infiltrados, de Héctor Silva Avalos,
donde David Munguía Payés es retratado como el principal responsable de que
siga existiendo lo que Silva se atreve a catalogar como “Pacto PNC-crimen
organizado”. Es interesante y (para mi) sospechosa la coincidencia de sectores
de izquierda y de derecha. Cuando se trata del general Munguía Payés y de la
tregua, derechistas como Carlos Ponce e izquierdosos como el padre Antonio.
En esta campaña de criminalizar a los
protagonistas de la tregua les encantaría llevarse de encuentro todos los demás
que trabajamos para hacer sostenible el proceso de reducción de la violencia
iniciado con la tregua. Claro, es mucho más difícil desacreditar a obispos como
Fabio Colindres, Martin Barahona y Medardo Gómez, que con su Iniciativa
Pastoral por la Paz aportan activamente al esfuerzo de Fabio Colindres y Raul
Mijango; o a empresarios prestigiados como Antonio Cabrales o Elena Alfaro que
desde la Fundación Humanitaria acompañan al proceso de pacificación.
Lo más preocupante es la complicidad de
la Fiscalía General de la República en esta campaña infame de desprestigio. ¿Cómo
interpretar que la fiscalía, en su cuenta oficial de twitter (@prensaFGR)
publica un mensaje como este: "Ministro Payés y otros altos oficiales son
investigados por comercio ilícito de armas, actos arbitrarios". F
General”? ¿O que la FGR publica en twitter la copia del citatorio que hacen a
Raul Mijango como testigo? Quisiera que me expliquen cómo este anuncio público
en redes sociales, dirigido a todos los medios de comunicación, aporta a la
investigación de la fiscalía. Y de un solo me expliquen en qué momento y basado
en qué hecho una investigación de determinados oficiales del ejército se ha
convertido en una investigación al ministro Munguía Payés, cuando es él quien
ha informado a la fiscalía de las irregularidades dentro de la Fuerza Armada…
Fiscalía,
medios y el frente unido de reaccionarios de derecha e izquierda en contra de la
tregua, confunden testigos con
investigados, fusionan en una sola sopa varias investigaciones totalmente
diferentes - para mandar al público este mensaje: Miren, los protagonistas de
la tregua resultan siendo señalados de serios crímenes. Por tanto, todo este
proceso siempre fue un pacto entre
criminales. O una tregua hipócrita,
como la llama el fiscal Luis Martínez. O una
paz mafiosa, como la llama Antonio Rodríguez, quien como padre católico
aceptó trabajar como operador de inteligencia y guerra sicológica de Ricardo
Perdomo.
No
hay pruebas ni indicios de todo esto - y no las habrá, porque son
fabricaciones. Pero usan los medios para desacreditar a los protagonistas del
proceso de pacificación. El objetivo de esta campaña es torcerle el brazo al
nuevo gobierno, para conseguir dos cosas: que sustituyan a David Munguía Payés;
y que no se atreva Benito Lara y Sánchez Cerén aceptar los buenos oficios de
Raul Mijango y Fabio Colindres como mediadores en el necesario intento de
recomponer el proceso de pacificación.
Ofrecen
un debate falso: ¿Regresar o no a la tregua? No se trata de esto. Se trata de
corregir el principal error del gobierno Funes: no haber aprovechado la
reducción de la violencia lograda entre marzo 2012 y mayo 2013 para entrar con
inversiones sociales y de desarrollo en las comunidades donde se vuelve y
vuelve a reproducir el círculo vicioso de exclusión y violencia. Mucha paja,
pocas nueces.
Contesto
de un solo la pregunta que muchos me van a hacer: ¿Confías plenamente en Raul
Mijango, Fabio Colindres y David Munguía Payés? La respuesta es: sí. Trabajé
por más de dos años con ellos, en asuntos muy delicados que solo funcionan en
base de plena confianza. Que Mijango es un tipo incómodo, tengo 30 años de
saberlo – y de apreciar que sea incómodo en vez de oportunista.
(El Diario de Hoy)