Ya terminando otra carta, sobre otro tema, me llega la noticia de la sentencia
de la Sala de lo Constitucional que declara inconstitucional el nombramiento
del ministro de Justicia y Seguridad y del Director de la PNC. David Munguía
Payés y Francisco Salinas tienen que entregar sus cargos actuales. Y creo que
puedo hablar en plural: aunque no nos gusta ni nos convence esta sentencia,
usted la va a tener que acatar y nombrar a una nueva dupla para dirigir el
aparato de seguridad pública del país.
Yo personalmente estoy convencido que
esta sentencia es errática. En todos los sentidos. En el sentido
constitucional: No puede ser inconstitucional que un ex-militar asuma cualquier
cargo público. Pero no voy e entrar en este campo, porque de todos modos los
que tienen la última palabra ya decidieron. El fallo es errático también en
cuanto al impacto político: Es un golpe al de todos modos frágil proceso de paz
iniciado con la tregua. Usted tiene ahora el huevo de cómo evitar que este
golpe ponga en peligro el proceso. Si usted no encuentra un ministro y un
director que entiendan el proceso iniciado por la tregua y la dinámica de la
mediación, este proceso se va a estancar. Y este tipo de procesos, si no
avanzan y producen resultados positivos, entran en crisis.
Apartando todas las diferencia que en
casi todos los demás campos tenemos, señor presidente, respetuosamente le hago
el llamado de supeditar todas las decisiones que a raíz de esta sentencia tiene
que tomar a la necesidad de
preservar y fortalecer el proceso de reducción de violencia y
delincuencia que entre todos hemos iniciado.
Hay crisis que se pueden aprovechar para
avanzar. Esta es una. Usted puede nombrar personas idóneas para sustituir al
ministro y al jefe de la PNC. Pero además usted puede dar un paso realmente
audaz y nombrar a David Munguía Payés Comisionado Presidencial para el proceso
de reducción de la violencia, rehabilitación, reinserción y reconciliación. Así
como usted puso a su esposa a focalizar, con el respaldo de la Presidencia,
todas las políticas del gobierno hacía la inclusión de la mujer, usted va a
necesitar que alguien asuma este papel en este nuevo campo prioritario: la
intervención social en las barrios; la inserción social y productiva de los
jóvenes en riesgo, incluyendo los pandilleros y sus familiares; y la reparación
de los tejidos sociales en las comunidades.
Haciendo esto, usted mandaría una señal
clara y positiva: La sustitución de Munguía Payés del ministerio no va
debilitar al proceso de paz, por lo contrario se va a consolidar con el
nombramiento de un comisionado que con pleno respaldo del presidente va a
focalizar y coordinar todos los esfuerzos del gobierno, de la cooperación
internacional y de la sociedad civil para atacar las raíces sociales y económicas
de la violencia.
La conferencia episcopal decidió que como
institución no quiere ser parte de este proceso. Pero ni monseñor Fabio
Colindres va a abandonar su papel de mediador, ni los párrocos van los procesos
locales de paz local. La Sala obliga a Munguía Payés a salir del ministerio,
pero no a salir del proceso de paz. Si usted no lo puede incorporar en su
gabinete, nosotros invitamos al general a unirse a la Fundación Humanitaria y
ayudarnos a articular el aporte de la sociedad civil a este proceso de paz.
Nosotros no pensamos que hay que marginar a los militares cuando como civiles
quieren servir a la sociedad.
Saludos de Paolo Lüers
(Más!/EDH)