Una casa u hogar verde no es una que la han pintado de verde, es una casa ecoeficiente y construida o modificada para tener una menor huella ecológica. Las casas verdes no son una moda, son una necesidad cada vez mayor de las ciudades modernas. No son un lujo, son el resultado de la necesidad.
Los economistas dicen que cuando la oferta disminuye y la demanda sube, los precios tienden a aumentar. Pues bien, la energía y el agua es un bien cada vez más escaso. y las necesidades de consumo de ambos recursos aumenta en nuestro hogares. Por tanto siempre tenderán a aumentar su precio. Ante este aumento y debido a que son necesidades básicas humanas, hay muchos gobiernos que han tratado de subsidiar estos recursos. Los subsidios siempre traen distorsiones, la mayoría de veces son perversos, por ayudar a unos perjudican a muchos.
El subsidio al precio del agua ha hecho que nunca la valoremos y pensamos que es un bien inagotable. El cambio en el tarifa de agua ha comenzado ha hacer que tomemos conciencia de su verdadero costo. El estado salvadoreño tiene que hacer mayores esfuerzos en la focalización de estos subsidios y de ser posible tratar de eliminarlos, esto crea graves y perjudiciales distorsiones. Las familias de escasos recursos tienen que ser exclusivamente quienes reciban algún tipo de compensación y no todos los demás que tenemos la urgencia de saber el verdadero precio del recurso.
Un esfuerzo significativo se tiene que hacer en buscar alternativas para la reducción del consumo, en la medida que esto sea posible. Este tipo de medidas y de innovaciones tecnologías sí deberían de ser subsidiadas, ya que no son medidas paliativas sino cambios estructurales.
Pero esto es desde el lado gubernamental. También nosotros, como ciudadanos, podemos ejercer estos cambios en nuestros hogares. Es necesario decir que las soluciones no son lujos, nuestra comunidad también puede cambiar para su propio beneficio. El almacenamiento adecuado de aguas lluvias puede darnos alternativas muy importantes para la utilización adecuada del agua.
Se pueden imaginar que toda el agua que cae sobre nuestros techo es desperdiciada en vez de utilizada. Estos significa que nuestra casa no es eficiente. Estos cambios no son solo necesarios, sino que además representan ahorros económicos significativos de largo plazo. Soluciones como aireadores para los grifos y servicios sanitarios más eficientes pueden representar hasta un 50% de ahorro en el consumo de agua potable.
Es necesario no solo mejorar el consumo de agua sino de energía eléctrica. La eficiencia energética es algo fundamental de cada uno de nuestros hogares, no solo tenemos que verificar el buen funcionamiento de nuestros aparatos eléctricos, sino que de la red interna de nuestra casa. El uso de focos LED puede reducir en uno 80% el gasto energético en iluminación. La utilización de radiadores solares en vez de calentadores eléctricos nos ahorraría un 100% del gasto en ese rubro.
Estas soluciones no son de la era espacial, son soluciones disponibles en El Salvador, son alternativas fundamentales para garantizar el futuro de nuestras ciudades. No son un lujo, no hay ninguna de estas alternativas que una familia de clases media no pueda financiar, es una cuestión de prioridades. Y son alternativas que comunidades de escaso recursos también puede implementar y tener mayor disponibilidad de los recursos.
Los proyectos de cooperación deberían de implementar medidas sustentables para la solución de los problemas habitacionales. Con eficiencia en el uso de agua y energía eléctrica. No se trata de inventar la rueda, se trata de utilizar la tecnología existente para obtener los beneficios que esperamos. Ciudades como Curitiba ya han trazado en el camino que Latinoamérica puede caminar, han seguido por ejemplo Bogota, será que El Salvador se atreve a caminar también por ahí. Comienza en tú casa.