Hay poca información sobre el ingreso de Manuel Zelaya a Honduras, sobre su llegada a Tegucigalpa y sobre lo que está pasando en la embajada de Brasil. Y la poca información que teneos es confusa y contradictoria.
Una interrogante es sobre la ‘escala técnica’ de Zelaya en el aeropuerto de Comalapa en la noche antes de su ingreso a Honduras. Lo que sí sabemos es que en el aeropuerto se reunió con la dirección del FMLN; que el gobierno salvadoreño declaró no haber tenido ningún contacto con Zelaya, más allá de una llamada telefónica de la ex-canciller hondureña a al canciller salvadoreño, informándolo de la llegada de Zelaya a El Salvador. Sin embargo, la estatal CEPA facilitó a los dirigentes del partido FMLN la logística para su reunión privada con Zelaya, de la cual el presidente Funes dice que su gobierno no tenía participación ninguna.
Ni los dirigentes del FMLN ni el gobierno ni CEPA ni Migración han dado información sobre cómo Zelaya salió del aeropuerto. Si hubiera salido en avión, no hubiera ninguna razón de compartimentación. Por lo contrario: si el gobierno salvadoreño informa que Zelaya salió de Comalapa a otro país, el siguiente país tendría la papa caliente y tendrá que enfrentar la pregunta incómoda: ¿Cómo, dónde y con apoyo logístico y de seguridad de quién cruzó Zelaya la frontera hondureña?
Aquí en El Salvador hay instituciones que saben si Zelaya salió de Comalapa en avión o si salió en carro. Migración y Cepa saben si el avión que trajo a Zelaya a El Salvador, salió con él o sin él. También saben si salió o no del aeropuerto en un vehículo con placas nacionales, asignadas a la Asamblea Legislativa, o en un vehículo con placas del Parlamento Centroamericano, o en un carro particular. O tal vez en un vehículo asignado a la embajada de Venezuela, cuyo titular también estuvo en la reunión de Comalapa. Un hombre que según el gobierno salvadoreño sigue siendo jefe de Estado, no puede salir de nuestro aeropuerto como si fuera vendedor de agua de coco.
Entonces, preguntamos a los diputados Sigfrido Reyes, Nidia Díaz y y José Luis Merino, todos del FMLN: ¿Cómo salió Zelaya de Comalapa? ¿Se encargó o no el FMLN de movilizarlo a la frontera con Honduras y cruzarla ilegalmente?
Que yo sepa, también presidentes depuestos y sus comitivas tienen que pasar por migración para salir de El Salvador. Entonces, preguntamos a Migración: ¿De qué manera, en qué punto y con qué medio de transporte salió Manuel Zelaya de territorio salvadoreño? ¿O no existe record de su salida?
Hagamos un gran brinco, de una sola vez al día siguiente (lunes 21 de septiembre) y a Tegucigalpa, a la embajada de Brasil.
¿Cuál es el estatus de Manuel Zelaya en la embajada brasileña? Si Brasil le dio asilo político a Manuel Zelaya, o si le ofrecieron protección y refugio en su embajada, ¿tiene Brasil el derecho de permitir a Zelaya que convierta la embajada en el centro de una operación política? ¿Atenta Zelaya contra los intereses de Brasil celebrando en su embajada reuniones con el liderazgo de su movimiento político, planificando manifestaciones y acciones tendientes a provocar violencia? ¿O atenta Brasil contra el derecho internacional permitiéndolo a Zelaya?
Y si no se encuentra en la embajada en calidad de asilado, ¿en qué otra calidad se encuentra que le permita a hacer, desde el territorio extraterritorial de la embajada, discursos políticos a una multitud en la calle?
Entonces, preguntamos al gobierno de Brasil: ¿En que calidad se encuentra Zelaya en su embajada? ¿Jefe de Estado en visita de cortesía? ¿Perseguido político? Más bien: ¿En qué calidad que le permita usar la embajada como centro de operaciones contra los demás órganos del Estado, como el Congreso y la Corte Suprema?
Dudo que lo que está pasando en la embajada de Brasil corresponde a las normas de las relaciones diplomáticas.
Ultima pregunta: ¿El retorno de Zelaya a Tegucigalpa, y las acciones de algunos gobiernos y partidos políticos que lo facilitaron, realmente tienen de objetivo provocar el diálogo y una salida negociada en Honduras? ¿O se enmarcan en una estrategia de interrumpir el proceso electoral en Honduras, que muchos en Honduras ven como única salida pacífica e institucional de la crisis?
¿Y todo lo demás, la crisis hondureña, el país con dos presidentes? Que lo arreglen los hondureños entre ellos. Sin intervenciones.
Una interrogante es sobre la ‘escala técnica’ de Zelaya en el aeropuerto de Comalapa en la noche antes de su ingreso a Honduras. Lo que sí sabemos es que en el aeropuerto se reunió con la dirección del FMLN; que el gobierno salvadoreño declaró no haber tenido ningún contacto con Zelaya, más allá de una llamada telefónica de la ex-canciller hondureña a al canciller salvadoreño, informándolo de la llegada de Zelaya a El Salvador. Sin embargo, la estatal CEPA facilitó a los dirigentes del partido FMLN la logística para su reunión privada con Zelaya, de la cual el presidente Funes dice que su gobierno no tenía participación ninguna.
Ni los dirigentes del FMLN ni el gobierno ni CEPA ni Migración han dado información sobre cómo Zelaya salió del aeropuerto. Si hubiera salido en avión, no hubiera ninguna razón de compartimentación. Por lo contrario: si el gobierno salvadoreño informa que Zelaya salió de Comalapa a otro país, el siguiente país tendría la papa caliente y tendrá que enfrentar la pregunta incómoda: ¿Cómo, dónde y con apoyo logístico y de seguridad de quién cruzó Zelaya la frontera hondureña?
Aquí en El Salvador hay instituciones que saben si Zelaya salió de Comalapa en avión o si salió en carro. Migración y Cepa saben si el avión que trajo a Zelaya a El Salvador, salió con él o sin él. También saben si salió o no del aeropuerto en un vehículo con placas nacionales, asignadas a la Asamblea Legislativa, o en un vehículo con placas del Parlamento Centroamericano, o en un carro particular. O tal vez en un vehículo asignado a la embajada de Venezuela, cuyo titular también estuvo en la reunión de Comalapa. Un hombre que según el gobierno salvadoreño sigue siendo jefe de Estado, no puede salir de nuestro aeropuerto como si fuera vendedor de agua de coco.
Entonces, preguntamos a los diputados Sigfrido Reyes, Nidia Díaz y y José Luis Merino, todos del FMLN: ¿Cómo salió Zelaya de Comalapa? ¿Se encargó o no el FMLN de movilizarlo a la frontera con Honduras y cruzarla ilegalmente?
Que yo sepa, también presidentes depuestos y sus comitivas tienen que pasar por migración para salir de El Salvador. Entonces, preguntamos a Migración: ¿De qué manera, en qué punto y con qué medio de transporte salió Manuel Zelaya de territorio salvadoreño? ¿O no existe record de su salida?
Hagamos un gran brinco, de una sola vez al día siguiente (lunes 21 de septiembre) y a Tegucigalpa, a la embajada de Brasil.
¿Cuál es el estatus de Manuel Zelaya en la embajada brasileña? Si Brasil le dio asilo político a Manuel Zelaya, o si le ofrecieron protección y refugio en su embajada, ¿tiene Brasil el derecho de permitir a Zelaya que convierta la embajada en el centro de una operación política? ¿Atenta Zelaya contra los intereses de Brasil celebrando en su embajada reuniones con el liderazgo de su movimiento político, planificando manifestaciones y acciones tendientes a provocar violencia? ¿O atenta Brasil contra el derecho internacional permitiéndolo a Zelaya?
Y si no se encuentra en la embajada en calidad de asilado, ¿en qué otra calidad se encuentra que le permita a hacer, desde el territorio extraterritorial de la embajada, discursos políticos a una multitud en la calle?
Entonces, preguntamos al gobierno de Brasil: ¿En que calidad se encuentra Zelaya en su embajada? ¿Jefe de Estado en visita de cortesía? ¿Perseguido político? Más bien: ¿En qué calidad que le permita usar la embajada como centro de operaciones contra los demás órganos del Estado, como el Congreso y la Corte Suprema?
Dudo que lo que está pasando en la embajada de Brasil corresponde a las normas de las relaciones diplomáticas.
Ultima pregunta: ¿El retorno de Zelaya a Tegucigalpa, y las acciones de algunos gobiernos y partidos políticos que lo facilitaron, realmente tienen de objetivo provocar el diálogo y una salida negociada en Honduras? ¿O se enmarcan en una estrategia de interrumpir el proceso electoral en Honduras, que muchos en Honduras ven como única salida pacífica e institucional de la crisis?
¿Y todo lo demás, la crisis hondureña, el país con dos presidentes? Que lo arreglen los hondureños entre ellos. Sin intervenciones.
(El Diario de Hoy)