martes, 8 de septiembre de 2009

Carta a una empleada de algún ministerio

Querida S.

Sé que estás angustiada, porque tu contrato en el ministerio vence en diciembre. Y porque todas las señales que te mandan tus nuevos jefes indican que no tienen uso para vos y tu experiencia. Ya te pusieron a escribir manuales de procedimiento para tu área de trabajo.

Tu nuevo jefe nunca te ha solicitado un consejo. Quieren quedarse con tus conocimientos, por eso te chingan que hagas el manual de manera más detallada - pero no confían en tus opiniones. Podría ser que tomando en cuenta tu experiencia, los contaminás con ideas areneras...

Tienen que ser muy inseguros de si mismo y su ‘cambio’, si tienen miedo de las experiencias de los miles de técnicos que ‘heredaron’ de gobiernos anteriores. Bueno, si tu ministro no considera necesario recoger los consejos de sus antecesores, tampoco hay que esperar otra cosa de los jefecitos y capataces que han traído...

Vos decís que tenés un montón de experiencia e ideas que quisieras poner en función del Estado. El problema es que no confían. No confían de su propia sombra, ¿cómo van a confiar en una empleada que sirvió en dos gobiernos anteriores?

Aunque me consta que nunca has sido arenera. Siempre has sido de izquierda. Bueno, esto mejor no les digás, porque alguien de izquierda que no esté con ellos, sería aún más sospechoso.

Yo sé que sería muy fácil salvar tu pellejo: abrazar enfáticamente el cambio, como algunos de tus colegas lo están haciendo. Pero también sé que vos, siendo de izquierda, tenés demasiado dignidad para hacer esto.

Saludos, Paolo

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