Sus palabras desencadenaron un terremoto político que no ha cesado de crecer. En ese contexto, el fotógrafo sardo Antonello Zappadu, de 51 años, que entre 2007 y enero de 2009 fotografió Villa Certosa, la espléndida mansión sarda de Berlusconi, se ha convertido en el principal testigo de cargo.
Zappadu no es un paparazzo, es un reportero y ha preferido proteger la identidad de las personas que aparecen en las imágenes. Por eso, todos los rostros que se ven en estas páginas son irreconocibles porque fueron pixelados por él. Todos, salvo el del propio Berlusconi. Su reportaje refleja cómo es el ambiente en Villa Certosa, con quién se relaciona y cómo vive sus ratos de expansión el primer ministro italiano. La finca ocupa una extensión de 60 hectáreas y se encuentra cerca de Porto Rotondo, la zona más turística de la Costa Esmeralda.
La semana pasada, Zappadu intentó vender su reportaje gráfico a Panorama, una de las revistas vinculadas al imperio mediático de Berlusconi, por 1,5 millones de euros. La revista rechazó pagar ese dinero por las fotos y Berlusconi y sus abogados denunciaron a Zappadu ante la fiscalía y ante el Defensor de la Privacidad por "violación de la intimidad e intento de estafa".
A raíz de la denuncia, el fiscal secuestró todo el archivo de Zappadu, incluidas las imágenes tomadas en lugares de acceso público como el aeropuerto sardo de Olbia.
Esas fotografías han dado origen además a la investigación sobre el presunto uso indebido por parte de Berlusconi de los vuelos de Estado.
El reportero asegura que "prácticamente cada fin de semana", aviones de oficiales pilotados por el 31º Escuadrón de la Aeronáutica Italiana depositaban en el aeropuerto de la Costa Esmeralda a los amigos, artistas, bailarinas y velinas (azafatas televisivas) del primer ministro.
En agosto de 2008, Berlusconi aprobó un reglamento nuevo por el que los vuelos de Estado se extendía a diferentes categorías de acompañantes, en función de las necesidades del primer ministro.
Las fotos de Zappadu atestiguan que cuatro meses antes de entrar en vigor la norma, Berlusconi viajó a Olbia con su amigo el cantante napolitano Mariano Apicella y una supuesta bailaora flamenca.
La oposición sostiene que Berlusconi ha triplicado los gastos y movimientos de pasajeros que originaban esos vuelos en la etapa de Romano Prodi (2007-2008).
Además, según el documento oficial de Aviación Civil al que ha tenido acceso este diario, una orden de presidencia del Gobierno decidió el 4 de junio de 2008 que cinco aviones y helicópteros privados de Berlusconi, a nombre de la compañía Alba y del consorcio de Helicópteros Fininvest, pasaran a ser cualificados desde ese momento como vuelos oficiales del Estado italiano.
Las fotos de Villa Certosa revelan que en la mansión se vive un ambiente desinhibido, vigilado por fuertes medidas de seguridad. El propio Silvio Berlusconi declaró que un hombre que aparece en las fotos de Zappadu es el ex primer ministro checo Mirek Topolanek. Este diario no ha podido comprobar la identidad del hombre que aparece desnudo en una de las imágenes.