Antes de que todos nos rindamos ante la polarización política aparentemente insuperable; antes de que nos resignamos a que no existe otra alternativa que escoger entre los dos polos; antes de que perdamos la esperanza, la creatividad y la rebeldía que nos han mantenidos vivos; antes de que caigamos en depresión y nos apartemos de la política y las elecciones, hagamos un ejercicio de imaginación. ¿Realmente no hay alternativa? ¿Realmente no hay personas con capacidad, liderazgo y solvencia moral que podrían juntarse para llevar al país a superar la confrontación y a desarrollar los potenciales de creatividad, diálogo y concertación?
No. No es cierto. Hay personas que podrían asumir el liderazgo y abrir nuevos caminos. Todos los conocemos. Todos se conocen bien entre ellos. Sólo que hasta ahora no han actuado juntos, están en diferentes partidos o no son de partidos. Algunos provienen de a la derecha, otros de la izquierda. Son personas que no han mostrado sed de poder. Lo que es simpático, pero hay situaciones históricas que plantean el deber de agarrar el poder y usarlo. Hoy es cuando.
Mientras hablo en abstracto, nadie me va a hacer caso. Planteamientos en abstracto no provocan ni discusión ni reflexión ni mucho menos acción. Entonces, hablemos con nombres y apellidos. Presento aquí una lista de 20 personalidades. No forman un grupo. Es un conjunto plural: hay socialistas, liberales, gente de derecha, socialcristianos, socialdemócratas, humanistas... Hay de todas las corrientes, menos de los polos extremos y excluyentes. La mayor parte es “gente de frontera”, como lo definió una de las mujeres que aparece en esta lista: gente que frecuentemente cruzan las fronteras ideológicas, para hacer alianzas, para buscar consensos, para resolver un problema al país. Gente movida más por preocupaciones concretas que por creencias o dogmas.
20 nombres. Por muy distintas que sean sus ideologías, los une la disposición al diálogo, la tolerancia, la capacidad de buscar compromisos, la voluntad de poner los intereses del país por encima de intereses sectoriales e ideológicos.
De esta lista se puede formar un gabinete de lujo como el país no lo ha tenido en su historia. Incluye varios presidenciables. Y para cada ministerio estratégico, varias opciones.
Sólo falta un pequeño detalle: no se han decidido a asumir la responsabilidad histórica que les da la polarización que lleva al país a la ingobernabilidad.
Elena de Alfaro, Rafael Barraza, Sandra de Barraza, María Eugenia Brizuela, Fidel Chávez Mena, Francisco Bertrand Galindo, David Escobar Galindo, Cecilia Gallardo
Evelyn Jacir, Gerardo Lechevallier, Guillermo López Suárez, Mauricio Loucel, Roberto Murray Meza, Ricardo Perdomo, William Pleitez, Roberto Rubio, Joaquín Samayoa,
Salvador Samayoa, Carlos Quintanilla Schmidt, Héctor Silva.
De esta lista –la cual, obviamente, alguien con más conocimiento que yo podría ampliar- se puede armar gabinetes de varias formas, pero siempre de lujo, de capacidad, y con representatividad.
Les presento el gabinete que a mí me gustaría ver. Y de paso me he permitido hacer algunos cambios necesarios en la estructura del gabinete, convirtiendo al secretario técnico en ministro de la presidencia; reinstalando el Ministerio de Planificación; fundando nuevos ministerios (vivienda, cooperación, cultura, tecnología e investigación); reforzando el Ministerio de Sociales; dando a la Fuerza Armada un ministro civil… Ya que hagamos uso de la imaginación y de la ficción, hay que aprovechar.
Aquí el gabinete de gobierno 2009-2013:
Presidente: Cecilia Gallardo
Vicepresidente: David Escobar Galindo
Ministro de la presidencia: María Eugenia Brizuela
Canciller: Fidel Chávez Mena; Vicecanciller: Gerardo Lechevallier
Embajador en Washington: Roberto Murray Meza
Cooperación: Roberto Rubio
Defensa: Carlos Quintanilla Schmidt
Seguridad: Salvador Samayoa
Director PNC: Rodrigo Ávila
Gobernación: Francisco Bertrand Galindo
Hacienda: Guillermo López Suárez y Ricardo Perdomo
Economía: William Pleitez y Rafael Barraza
Planificación: Sandra de Barraza
Justicia Social (sociales, trabajo, red solidaria, etc.): Evelyn Jacir
Salud: Héctor Silva
MOP: Alberto Harth
Vivienda: Francisco Altschul
Educación: Joaquín Samayoa
Cultura: Roberto Salomón
Medio Ambiente: Rafael Castellanos
Agricultura: Jorge Villacorta
Tecnología e investigación: Mauricio Loucel
¿Les parece utópico? Bueno, paja se habla todos los días, sobre todo en círculos serios y de poder. Pero nadie puede negar que un gabinete como éste sería capaz de superar la polarización y de atacar los problemas del país, mejor que cualquier gabinete que podría formar por si sola la izquierda o la derecha, respectivamente.
¿Cómo llegar a esta fórmula? ¿Cómo hacer que tenga gobernabilidad, o sea respaldo parlamentario y social? Estas son las preguntas del millón.
Básicamente, hay dos vías. Una es que toda esta gama de gente forme un partido nuevo y corra contra ARENA y el FMLN, tanto en las elecciones legislativas como en las presidenciales. Si se quiere esto, hay que empezar a trabajar mañana. Es difícil, pero no es imposible. Algunos tendrían que salir de sus partidos, a lo mejor sin pleitos, sin quemar puentes. Dinero, para esta fórmula, habría. Apoyo intelectual sobraría. Apoyo internacional sería fácil conseguir. Activistas en el terreno habrá si hay dinero y un programa claro. Sin embargo, parece muy poco viable, casi misión imposible.
La otra vía, la más realista, es que algunos de esta lista –los que provienen de la derecha- disputen y ganen la candidatura de ARENA. Estamos hablando de la figura que, analizando bien la situación y las necesidades del país, después de una seria disputa entre las diferentes corrientes, ARENA llegue a apostar al cambio, a la reforma, a la apertura. Estamos hablando que ARENA postule a un candidato que, al llegar a casa presidencial, abre las puertas a un gabinete plural, a un gobierno de transición, con participación de la izquierda democrática, del centro y de la intelectualidad.
¿Utopía? Tal vez. Pero tal vez la utopía más realista para este país. Porque las alternativas...
PD: Espero que nadie de los mencionados se enoje por salir mencionado. Con algunos he discutido esta problemática, pero en términos abstractos. Con algunos nunca he hablado, con otros ni siquiera nos conocemos personalmente. A nadie le he pedido permiso para usar su nombre en este ejercicio de imaginación política. Estoy seguro que más que uno no está de acuerdo con mi planteamiento, ni mucho menos con la mención de su nombre. A estos les digo: Bueno, sólo es hipotético. ¿Quién soy yo para formar gabinete?
No. No es cierto. Hay personas que podrían asumir el liderazgo y abrir nuevos caminos. Todos los conocemos. Todos se conocen bien entre ellos. Sólo que hasta ahora no han actuado juntos, están en diferentes partidos o no son de partidos. Algunos provienen de a la derecha, otros de la izquierda. Son personas que no han mostrado sed de poder. Lo que es simpático, pero hay situaciones históricas que plantean el deber de agarrar el poder y usarlo. Hoy es cuando.
Mientras hablo en abstracto, nadie me va a hacer caso. Planteamientos en abstracto no provocan ni discusión ni reflexión ni mucho menos acción. Entonces, hablemos con nombres y apellidos. Presento aquí una lista de 20 personalidades. No forman un grupo. Es un conjunto plural: hay socialistas, liberales, gente de derecha, socialcristianos, socialdemócratas, humanistas... Hay de todas las corrientes, menos de los polos extremos y excluyentes. La mayor parte es “gente de frontera”, como lo definió una de las mujeres que aparece en esta lista: gente que frecuentemente cruzan las fronteras ideológicas, para hacer alianzas, para buscar consensos, para resolver un problema al país. Gente movida más por preocupaciones concretas que por creencias o dogmas.
20 nombres. Por muy distintas que sean sus ideologías, los une la disposición al diálogo, la tolerancia, la capacidad de buscar compromisos, la voluntad de poner los intereses del país por encima de intereses sectoriales e ideológicos.
De esta lista se puede formar un gabinete de lujo como el país no lo ha tenido en su historia. Incluye varios presidenciables. Y para cada ministerio estratégico, varias opciones.
Sólo falta un pequeño detalle: no se han decidido a asumir la responsabilidad histórica que les da la polarización que lleva al país a la ingobernabilidad.
Elena de Alfaro, Rafael Barraza, Sandra de Barraza, María Eugenia Brizuela, Fidel Chávez Mena, Francisco Bertrand Galindo, David Escobar Galindo, Cecilia Gallardo
Evelyn Jacir, Gerardo Lechevallier, Guillermo López Suárez, Mauricio Loucel, Roberto Murray Meza, Ricardo Perdomo, William Pleitez, Roberto Rubio, Joaquín Samayoa,
Salvador Samayoa, Carlos Quintanilla Schmidt, Héctor Silva.
De esta lista –la cual, obviamente, alguien con más conocimiento que yo podría ampliar- se puede armar gabinetes de varias formas, pero siempre de lujo, de capacidad, y con representatividad.
Les presento el gabinete que a mí me gustaría ver. Y de paso me he permitido hacer algunos cambios necesarios en la estructura del gabinete, convirtiendo al secretario técnico en ministro de la presidencia; reinstalando el Ministerio de Planificación; fundando nuevos ministerios (vivienda, cooperación, cultura, tecnología e investigación); reforzando el Ministerio de Sociales; dando a la Fuerza Armada un ministro civil… Ya que hagamos uso de la imaginación y de la ficción, hay que aprovechar.
Aquí el gabinete de gobierno 2009-2013:
Presidente: Cecilia Gallardo
Vicepresidente: David Escobar Galindo
Ministro de la presidencia: María Eugenia Brizuela
Canciller: Fidel Chávez Mena; Vicecanciller: Gerardo Lechevallier
Embajador en Washington: Roberto Murray Meza
Cooperación: Roberto Rubio
Defensa: Carlos Quintanilla Schmidt
Seguridad: Salvador Samayoa
Director PNC: Rodrigo Ávila
Gobernación: Francisco Bertrand Galindo
Hacienda: Guillermo López Suárez y Ricardo Perdomo
Economía: William Pleitez y Rafael Barraza
Planificación: Sandra de Barraza
Justicia Social (sociales, trabajo, red solidaria, etc.): Evelyn Jacir
Salud: Héctor Silva
MOP: Alberto Harth
Vivienda: Francisco Altschul
Educación: Joaquín Samayoa
Cultura: Roberto Salomón
Medio Ambiente: Rafael Castellanos
Agricultura: Jorge Villacorta
Tecnología e investigación: Mauricio Loucel
¿Les parece utópico? Bueno, paja se habla todos los días, sobre todo en círculos serios y de poder. Pero nadie puede negar que un gabinete como éste sería capaz de superar la polarización y de atacar los problemas del país, mejor que cualquier gabinete que podría formar por si sola la izquierda o la derecha, respectivamente.
¿Cómo llegar a esta fórmula? ¿Cómo hacer que tenga gobernabilidad, o sea respaldo parlamentario y social? Estas son las preguntas del millón.
Básicamente, hay dos vías. Una es que toda esta gama de gente forme un partido nuevo y corra contra ARENA y el FMLN, tanto en las elecciones legislativas como en las presidenciales. Si se quiere esto, hay que empezar a trabajar mañana. Es difícil, pero no es imposible. Algunos tendrían que salir de sus partidos, a lo mejor sin pleitos, sin quemar puentes. Dinero, para esta fórmula, habría. Apoyo intelectual sobraría. Apoyo internacional sería fácil conseguir. Activistas en el terreno habrá si hay dinero y un programa claro. Sin embargo, parece muy poco viable, casi misión imposible.
La otra vía, la más realista, es que algunos de esta lista –los que provienen de la derecha- disputen y ganen la candidatura de ARENA. Estamos hablando de la figura que, analizando bien la situación y las necesidades del país, después de una seria disputa entre las diferentes corrientes, ARENA llegue a apostar al cambio, a la reforma, a la apertura. Estamos hablando que ARENA postule a un candidato que, al llegar a casa presidencial, abre las puertas a un gabinete plural, a un gobierno de transición, con participación de la izquierda democrática, del centro y de la intelectualidad.
¿Utopía? Tal vez. Pero tal vez la utopía más realista para este país. Porque las alternativas...
PD: Espero que nadie de los mencionados se enoje por salir mencionado. Con algunos he discutido esta problemática, pero en términos abstractos. Con algunos nunca he hablado, con otros ni siquiera nos conocemos personalmente. A nadie le he pedido permiso para usar su nombre en este ejercicio de imaginación política. Estoy seguro que más que uno no está de acuerdo con mi planteamiento, ni mucho menos con la mención de su nombre. A estos les digo: Bueno, sólo es hipotético. ¿Quién soy yo para formar gabinete?