I. Razones para enviar al Diablito a Zacatraz:
las falsas y las verdaderas
de Paolo Luers, 8 de junio 2015El Diario de Hoy, citando documentos de la Sala de lo Constitucional, publicó partes de la evaluación del reo Borromeo Enrique, practicada por el Consejo Criminológico Regional Oriental (CCRO). Con esta evaluación la Dirección de Centros Penales justifica el traslado de este reo al penal de máxima seguridad de Zacatecoluca, en enero del 2015.
El CCRO (vea nota abajo) llega a la conclusión que el reo Borromeo Enrique muestra "problemas de inadaptación extrema", una "personalidad agresiva, violenta", "rebelde, inmaduro, inseguro e inestable".
Al gobierno le viene bien esta evaluación (y su publicación), ya que necesita fundamentar su decisión de erradicar de raíz todo lo relacionado con la tregua y regresar a la “mano dura” como eje rector de su política de Seguridad.
Sin embargo, los traslados a Zacatecoluca sistemáticos de todos los pandilleros protagonistas de la tregua entre pandillas no se debe a evaluaciones individuales de los reos, sino a una decisión política que toma el gobierno de Salvador Sánchez Cerén a finales del 2014, y que comienza a implementar a partir de enero del 2015. La decisión es: ponerse a la cabeza del reclamo popular por políticas más duras contra la delincuencia. Basada en este cálculo electoral (las elecciones presidenciales estaban cerca), y no con criterios criminalísticos, el FMLN decidió apostar a una solución militar al problema de las pandillas, priorizando la confrontación y la represión.
Dentro de esta nueva política de confrontación total, el gobierno consideraba como primer paso estratégico los traslados de los cabecillas a un régimen de aislamiento en Zacatraz, supuestamente para romper la cadena de mando de las estructuras delincuenciales, pero principalmente para desmarcarse de la tregua y deshacerse de la presión de la opinión pública.
La presencia de los líderes históricos de las pandillas en las mismas cárceles donde están concentrados sus estructuras de mando regional y local era lógica cuando el gobierno decidió facilitar la tregua entre las pandillas y fomentar la mediación como mecanismo de resolución de conflictos. Los cabecillas, que durante los gobiernos de ARENA y su “mano dura” fueron aislados en Zacatecoluca, tenían que retomar el mando de sus pandillas para implementar la tregua. Por esto, en marzo del 2012 el gobierno decidió trasladar a 50 cabecillas de Zacatecoluca a los panales de Ciudad Barrios, Gotera, Chalatenango (en el caso de la MS) y a Izalco, Cojutepeque y Quezaltepeque (en el caso de la 18). Sin estos traslados, la tregua no hubiera funcionado durante 15 meses, cortando la tasa de homicidios a menos del 50%.
Para poner en práctica la renovada estrategia de “mano dura” del nuevo gobierno, era lógico volver a recluir en Zacatraz a todos los líderes pandilleros que dirigieron la implementación de la tregua. Era una decisión política, igual como lo fueron los traslados realizados en marzo del 2012, bajo el mando de David Munguía Payes. Los Consejos Criminológicos, de cualquier manera casi inexistentes en el régimen carcelario para los miembros de pandillas, solo sirvieron de justificación. Ni los traslados del 2012, cuando salieron de Zacatecoluca, ni los del 2015, cuando regresaron a Zacatecoluca, tuvieron como base evaluaciones individuales de los reos.
El hecho que ahora se publican las evaluaciones realizados por unos Consejos a todas luces inoperantes, sirve para justificar y popularizar la nueva política de guerra contra las pandillas.
Con este propósito se pintan a los líderes pandilleros de la manera como citamos al inicio de esta nota: personas inadaptadas e inestables. Es un argumento más para descartar la idea de incluir a estas personas, como en el 2012/13 se hizo, en un sistema de diálogo para buscar soluciones al problema de la violencia. Así como en la evaluación (y en la nota de EDH) se pinta la personalidad de Borromeo Enrique, uno de los máximos referentes de la MS13, resulta incomprensible querer racionar, dialogar y buscar entendimientos con él.
Borromeo Enrique conversando con el Secretario General de la OEA, Miguel Insulza, en Mariona |
Esta es la conclusión, a la cual llegué en meses de discusión con ellos, que no eran abstractas, sino que produjeron resultados tangibles: acuerdos de suspensión de la guerra entre las pandillas, acuerdos de suspender atentados contra policías (que de hecho no ocurrieron entre 2012 y 2013), acuerdos de respeto a las escuelas y el transporte público que de hecho redujeron los riesgos en estas áreas críticas.
Reproduzco en este blog las entrevistas que me han llevado a esta conclusión, para que el lector que esté interesado, puede hacerse su propio opinión. Es el derecho del Estado de tomar la decisión de trasladar a los reos, cuando hay justificaciones. Es también su derecho de hacerlo de acuerdo a sus políticas definidas. Pero hay que tomar en cuenta los riesgos: Al recluir en régimen de aislamiento a los líderes pandilleros más racionales, más accesibles al diálogo, tiene como efecto que tomen el mando otros más jóvenes, más radicales, que tal vez nunca estaban muy de acuerdo con los lineamientos de reducción de violencia que emitieron sus jefes. El resultado ya estamos viendo en las calles y los barrios: una situación más caótica, pandillas más atomizados, pero no debilitadas, menos capaces de enfrentarse a las autoridades, seguramente más agresivos y menos predecibles.
Invito a los lectores a conocer, de primera mano, a los protagonistas, por ejemplo a Borromeo Enrique “El Diablito de Hollywood”. La realidad es más compleja que las palabras plasmadas en la evaluación de un Consejo Criminológico, que no responde a su mandato de promover la rehabilitación, sino que se presta a justificar decisiones políticas.
II. Razones para enviar al Diablito a Zacatraz
Nota de El Diario de Hoy, 7 junio 2015El traslado del pandillero Borromeo Enrique Henríquez Solórzano desde el penal de Ciudad Barrios, en San Miguel, hacia el de máxima seguridad en Zacatecoluca, La Paz, obedece a sus "problemas de inadaptación extrema", de acuerdo con la evaluación del reo practicada por personal del Consejo Criminológico Regional Oriental (CCRO).
La decisión del CCRO se basó en la naturaleza de los hechos delictivos por los que Henríquez Solórzano ha sido sometido a juicio y condenado, tras ser hallado culpable de los mismos.En la evaluación a la que fue sometido el pandillero por el CCRO para determinar si procedía su traslado a máxima seguridad se estableció que Henríquez Solórzano no había superado las carencias detectadas con anterioridad, entre ellas ser miembro de la pandilla MS y, además, el fracaso para adaptarse a las normas sociales.
El pandillero es considerado como el principal cabecilla de la MS en el país y purga una condena de 30 años de cárcel por homicidio y tres más por agrupaciones ilícitas. Es conocido también por el alias de el Diablito de Hollywood.
Otra de las carencias detectadas por medio de la evaluación del Consejo obedece precisamente al alias con el que Henríquez Solórzano es conocido en la agrupación delictiva de la que es cabecilla: "deshonestidad al utilizar un alias, Diablito, para su beneficio personal".
Lo anterior consta en la resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, sobre un proceso de hábeas corpus promovido por Jenny Judith Corado Portillo, compañera de vida del pandillero.
Argumento para la exhibición personal
Entre otros señalamientos, Corado Portillo expuso en su petición de hábeas corpus a la Sala que "a mi compañero de vida se le ha colocado en un sistema de internamiento especial, sin que exista o se conozca motivación alguna".
Sin embargo, todo eso queda desvirtuado por la serie de carencias que fueron detectadas por el CCRO, que también lo considera con "personalidad agresiva, violenta".
Según se determinó en la evaluación del Consejo, el cabecilla carece de práctica de valores y habilidades sociales. Asimismo, se indica que no sabe manejar adecuadamente sus impulsos, por ser alguien "frío, manipulador y calculador, con baja capacidad para adaptarse a las normas sociales".
Otra de las razones esgrimidas para enviarlo al penal de máxima seguridad es que Henríquez Solórzano es considerado como alguien "rebelde inmaduro, inseguro e inestable".
El perfil psicológico lo define asimismo como una persona inflexible para pensar y aceptar nuevas ideas, métodos o formas alternativas de hacer las cosas.
El Diablito fue llevado a Zacatraz en febrero, junto a otros 13 cabecillas de grupos delictivos. En esa oportunidad, el ministro de Justicia y Seguridad, Benito Lara, aseguró que todo se hizo de acuerdo con lo establecido en las leyes respectivas.
Y es también una de las razones esgrimidas por la Sala de lo Constitucional para determinar que no procede el hábeas corpus a favor del reo, pues "no se ha vulnerado sus derechos fundamentales de defensa y libertad física".
En la resolución, la Sala explica que para llevar a un reo a máxima seguridad debe hacerse por medio de resolución razonada del Consejo Criminológico Regional.
Con base en el artículo 198 del Reglamento General de la Ley Penitenciaria, el Consejo evalúa Naturaleza del delito o delitos cometidos a lo largo de su historial delictivo, que denote una personalidad agresiva, violenta y antisocial.
También toma en cuenta la comisión de actos que atenten contra la vida de él u otros o la integridad física de las personas, la libertad sexual o la propiedad, realizados en manera violenta.
En el mencionado artículo se enumera otro aspecto a tomar en cuenta: si pertenece a bandas armadas u organizaciones delictivas. La participación activa en motines, riñas, agresiones físicas, amenazas, coacciones, o evasiones violentas también se toma en cuenta, al igual que la comisión de infracciones disciplinarias muy graves o graves, de manera reiterada y sostenida en el tiempo.
III. Hablan las maras
PAOLO LUERS, 22 DE MARZO 2012, EDH
Según el Ministerio de Justicia y Seguridad, esta guerra interna ha sido la causante del 90% de la elevada tasa de homicidios que el país ha sufrido en los últimos 10 años. Esta tesis parece confirmada por la drástica baja en la tasa de homicidios que experimenta el país desde el día 9 de marzo que entró en vigencia esta tregua. El mismo día también fueron trasladados 30 dirigentes de las pandillas de la cárcel de Máxima Seguridad en Zacatecoluca a prisiones comunes donde conviven con cientos de integrantes de sus organizaciones.
La única manera de autenticar este documento fue ir a hablar con los pandilleros. El Diario de Hoy solicitó una visita urgente a las prisiones de Ciudad Barrios, donde están recluidos unos 2,800 integrantes de la MS13, y Cojutepeque, donde purgan sus penas unos 1,000 integrantes de la 18.
Se concedieron las visitas para el jueves 22 de marzo y se arreglaron entrevistas con algunos de los dirigentes recientemente trasladados de "Zacatraz". En Ciudad Barrios íbamos a hablar con "El Diablo" de la MS13, cuyo nombre real es Romeo Enrique Henríquez, y en Cojutepeque con El Viejo Lin (Carlos Ernesto Mojica Lechuga).
En ambos casos, al llegar a la respectiva cárcel, El Diario de Hoy solicitó poder hablar con grupos más amplios más allá del grupo de dirigentes trasladados. En Ciudad Barrios, la reunión tuvo lugar en el "gimnasio" de la cárcel, con la presencia de unos 25 dirigentes e integrantes de la pandilla MS. Se entrevistó a su vocero principal, El Diablo, pero también intervinieron El Sirra (Dionisio Arístides Umanzor), El Diabólico, El 13 (Raúl Turcios Ángel), El Pavas, Joaquín, El Croock y Tiberio. En Cojutepeque participaron 18 jefes e integrantes de la 18, pero ellos habían designado a El Viejo Lin como su único vocero.
En ambos casos, todas las afirmaciones importantes de los voceros fueron explícitamente confirmadas, a veces en coro, a veces levantando las manos, por todos los participantes.
Ambas entrevistas comezaron con la pregunta: "Este documento que nos fue entregado a nombre de las dos pandillas, ¿es auténtico? ¿Refleja las decisiones de todos ustedes?".
En ambos casos, la respuesta fue un claro "sí" por parte de los entrevistados y por parte de todos los pandilleros presentes.
El Diablo expresó además: "Es algo que venimos tratando desde hace varios años. Es un acuerdo común de la pandilla rival con nosotros y podemos afirmar que es auténtico, lo respaldamos plenamente la pandilla MS... y los estamos poniendo en práctica."
Y El Viejo Lin: "Este documento es el resultado de un largo proceso de discusión entre los voceros y otros que representan el 90% de la pandilla. Estamos viviendo una situación de guerra, y hemos llegado a la decisión que hay que pararla, porque los principales afectados son nuestra gente en los barrios".
Yo les tengo que hacer las preguntas que hoy todo el país se está haciendo, porque todos algún día nos desayunamos la noticia de una tregua entra las pandillas, otros estaban hablando de una negociación del gobierno con ustedes – y simultáneamente pasó el sorpresivo traslado de ustedes y la baja de la tasa de homicidios de unos 14 al día a unos 5. Entonces, ¿hubo negociación entre ustedes y el gobierno?
La respuesta de El Diablo en Ciudad Barrios: "No. Nunca. Ni estamos dispuestas a negociar con el gobierno. Ni yo ni nadie en Zacatecoluca ni en ninguna otra cárcel ha negociado con el gobierno. Esto es algo diferente. Es un acuerdo entre las dos pandillas que tenemos años de estarlo pensando, ahora era el momento maduro, y se ofreció la oportunidad con la intervención de la gente correcta: monseñor Colindres y Raúl Mijango. Yo he tratado con personajes políticos, gobernantes de ARENA y gobernantes del FMLN, y estamos hartos de tratar con políticos. Hemos decidido tratar con personas como monseñor y Raúl que lo hacen por vocación, no por oportunismo".
La respuesta de El Viejo Lin es muy parecida: "No hubo ni habrá negociación, ni con el ministro, ni con el presidente. Durante años hemos buscado acercamientos con los gobiernos y siempre hemos sido engañados. Tenés que entender que lo que hemos logrado ahora es un proceso interno, primero en la pandilla y luego con la otra pandilla, con el objetivo de parar la violencia".
La siguiente pregunta es obligatoria: "¿Esto lo que está expresado en este documento y lo que ustedes hoy me explican es realmente representativo, es el sentir también de los miles de pandilleros en los barrios? ¿Ustedes tienen la capacidad y la autoridad para que estos acuerdos y esta tregua se ejecuten en todo el país?"
La respuesta de El Diablo: "Nosotros tenemos una vez que todos escuchan. Somos una organización democrática y democráticamente decidimos hacer esto. Una vez decidido, tenemos la autoridad para asegurar que se ejecute". El Viejo Lin, en Cojute, va por otro lado: "Si no creen a nuestra palabra o lo que está escrito en este papel, que se remiten a los hechos. Vean las cifras de homicidios y luego nos dicen si hemos cumplido". Y acto seguido afirma, aplaudido por todos los pandilleros presentes, que la pandilla le dio, ya casi retirado, nuevamente el mando para ejecutar a nivel nacional los acuerdos y las decisiones ya tomados.
Su explicación se parece a otra frase que en Ciudad Barrios dijo El Sirra: "Tenés que entender lo que en la pandilla significa 'la palabra'. La palabra y su credibilidad es todo lo que nos ha quedado. Estoy preso y hecho mierda, pero tengo mi palabra. Si la palabra nuestra es 'paremos esta violencia', se para".
En ambas cárceles, todos los pandilleros consultados no expresaron ninguna duda de que una vez acordada la tregua —"y cualquier otro acuerdo interno que decidamos sobre cómo desarmar la violencia y el sufrimiento del pueblo"— se cumplirá en todo el país. El poder de "la palabra". En el caso de la 18 en Cojutepeque, todos los pandilleros nos confirmaron que nuevamente El Viejo Lin estaba al mando y que las divisiones estaban superadas.
La siguiente pregunta: "¿Hasta dónde quieren llegar con el desmontaje de la violencia? Hoy tienen una tregua en la guerra interna, ¿habrá también una tregua frente a las autoridades y la población? ¿Pueden llegar de un cese de hostilidades a un cese de la delincuencia?"
En ambas cárceles y pandillas, la respuesta era la misma: "Hemos hecho un primer paso y queremos llegar hasta el final: un cese de actividades ilícitas. Pero esto ya no solamente depende de nosotros. Depende de la respuesta del Estado y de la sociedad, de las oportunidades que se nos abren a los miles de jóvenes que ahora están en cosas violentas", dijo El Viejo Lin.
Y en Ciudad Barrios, a voz de El Diablito: "Nunca vamos a disolver la Mara Salvatrucha. Es nuestra familia. Pero soñamos que sea una mara productiva y pacífica. La sociedad nos tiene que dar la oportunidad de convertirnos".
Ambos voceros, y varios de los otros pandilleros consultados, afirmaron a El Diario de Hoy que están dispuestos a dar los pasos necesarios para que el país viva sin violencia y con niveles bajos de delincuencia. La actual tregua, responsable de los bajos números de homicidios en todo el país, es un primer paso, una especie de gesto.
"Ahora estamos esperando a ver qué respuesta recibimos. Repetimos, no es un trueque, no es una negociación. Es dar y recibir gestos", afirmó El Diablo.
Entonces, la pregunta lógica: "¿Qué es lo que ustedes están pidiendo?". Y las respuestas que dan los voceros de ambas pandillas son idénticas: "No queremos nada fuera de la ley. Nada de perdonar penas, nada de amnistía, nada de privilegios. Queremos que nos traten aplicando la ley de manera justa y humana", dijo El Sirra. El Diablo agregó: "Estamos dispuestos a pagar nuestras penas los años que duren. Pero las cárceles tienen que tener las mínimas condiciones humanas. Y tienen que cesar las arbitrariedades contra nuestras familias. Por ejemplo, nuestros traslados de Zacatecoluca no son ningún regalo, estaban obligados hace rato de cumplir la ley y trasladarnos".
El Viejo Lin afirmó lo mismo, pero agregó: "Para que podamos desmontar la violencia del todo, pedimos, además, que a nuestra gente en la calle y en los barrios le den oportunidades, educación, salud, trabajo. Si la sociedad no es capaz de cumplir con este deber, ni nosotros seremos capaces de desmontar la violencia y delincuencia". Y luego de pensar un buen rato, agrega: "Es que ya no hay futuro en lo que estábamos haciendo. No importa lo que pidamos, lo importante es lo que la sociedad está dispuesta a ofrecer en cuanto a oportunidades y respuestas a los problemas sociales".
Yo me hago una última pregunta y la traslado, mirándoles a los ojos, primero a El Diablito y luego a El Viejo Lin: "¿Están conscientes del daño que han hecho al país y a miles de familias, incluyendo las suyas? Y les pido que me digan un mensaje que pueda transmitir a las víctimas: ¿Qué decís tú a una madre que perdió a su hijo por culpa tuya o de tu pandilla?".
El Diablo, sin quitarme la mirada y sin dudar ni un segundo, dijo: "Le pido perdón. Estamos claros del tremendo daño que hemos hecho y lo queremos reparar evitando que se siga dando este daño y este luto. Queremos la oportunidad de aportar a la solución del problema de la violencia".
El Viejo Lin pensó un buen rato, luego comenzó con explicaciones sobre juicios injustos y falta de pruebas... pero él mismo se interrumpió y dijo: "Le pido perdón por el daño que yo he hecho. No puedo deshacer el daño ni revivir los muertos. Pero puedo hacer que la gente ya no se muera por culpa nuestra".
Preguntando nuevamente por el sorpresivo traslado, los voceros de ambas pandillas reclaman que todos los trasladados tenían derecho de salir de la cárcel de máxima seguridad, pero también agregan que sin salir del régimen de aislamiento en Zacatecoluca "difícilmente", según Lin, o "no tan rápido y eficiente", según El Sirra, hubieran podido ejecutar la tregua en todo el país.
IV. Conversaciones en el penal de Ciudad Barrios, San Miguel
PAOLO LUERS, 23 DE MAYO 2012, EDH
Entrevisté a los líderes de la MS el 22 de marzo para comprobar la autenticidad de la declaración conjunta de las dos pandillas que declaraba su acuerdo de reducir la violencia en el país. Regresé a Ciudad Barrios a los dos meses para cumplir dos promesas hechas en marzo: hacer un reportaje sobre las condiciones de vida en este penal; y tener con los pandilleros, no una segunda entrevista, sino más bien un debate sobre los temas que a esta altura está discutiendo todo el país: ¿cómo hacer sostenible su compromiso de desmontar la violencia y la delincuencia de las pandillas y abrir espacios para que se reinserten a la sociedad? Aquí las conversaciones en Ciudad Barrios.
Paolo Lüers: Voy a recoger las dudas que todo el mundo tiene de la tregua. Varios analistas manejan que lo único que ustedes quieren es tener un descanso, fortalecerse, reorganizarse, para luego planificar acciones delincuenciales. No necesariamente homicidios, sino otros crímenes. ¿Cuál es tu posición a este señalamiento?
Arístides Umanzor, El Sirra: Mirá viejito, lo que estamos haciendo las dos pandillas es buscar que el pueblo salga beneficiado. No entiendo porqué le dan tanta vuelta. Desde el principio fuimos bien claros: nosotros llegamos a un entendimiento de hacer conciencia y no fregar gente inocente.
Carlos Ponce, que se presenta como el mayor experto en criminología, sostiene que ustedes están extorsionando al Estado, diciendo: Igual que podemos bajar la tasa de homicidios, mañana la podemos aumentar. Y que con esto le están arrancando poquito por poquito concesiones al Estado y tomando control en los penales. Diablito, ¿Cuál es tu respuesta?
Mi nombre es Borromeo Enrique alias El Diablito. Tuvimos la oportunidad de leer lo que escribía este experto. Es falso, en ningún momento estamos extorsionando al Estado. Estamos dando un gesto de buena voluntad, no hacia el gobierno, sino al pueblo. El gobierno de El Salvador sólo tuvo que intervenir para facilitar las condiciones. Esta es una cuestión que todos estamos seguros que se ha dado porque Dios ha intervenido en esto. No es lo que El Sirra o mi persona o todos los miembros de la pandilla podemos hacer, esto es parte, pero el punto esencial es que la mano de Dios está en esto.
El problema de las pandillas tiene raíces sociales y no es un problema que alguien puede excluirse y decir: este no es mi problema. Es mentira, venimos de hogares desintegrados, venimos de comunidades de alto riesgo, venimos de vivir una guerra. Este señor Carlos Ponce hablaba de que nosotros nos cobijamos bajo el título de los hijos de la guerra - pues él, siendo un hijo de un general que masacró a miles de salvadoreños, tiene que saber de qué estamos hablando. Somos parte de la historia y que nuestras raíces vienen desde años atrás: la pobreza, la discriminación. Ponce quizá no sabe lo que es crecer sin un padre.
No estamos extorsionando al Estado ni al gobierno, nuestra intensión es dar un paso de buena voluntad y que del otro lado, sea quien sea, el gobierno, empresarios, iglesias, ONG, el pueblo salvadoreño, periodistas, quien sea, vengan y se acerquen y den un paso.
¿Pero qué pasa si ustedes perciben que nadie, ni los empresarios, ni el gobierno dan los pasos que ustedes esperan? ¿Van a reaccionar a esto con más pasos para convencer a la sociedad, o van a dar pasos atrás y apretar el tornillo, nuevamente aumentando los homicidios?
El Diablito: Ya dimos el segundo paso. Hace 15 días los miembros de la pandilla de los números dieron un comunicado que nosotros respaldamos: Anunciaron lo de las escuelas como zona de paz. A todos aquellos incrédulos: Este es un proceso que va por hechos históricos. Entre más se alejen de nosotros, entre más críticas hagan de nosotros, entre más obstáculos ponga tanta gente, empeñándose en que vuelva la violencia, tratando de destruir este proceso, atacando las personas que nos han ayudado y nos han facilitado, por más que saquen publicaciones para destruir este proceso - nosotros vamos dando otro paso. Ya dimos el primero, el entendimiento, ya dimos el segundo, lo de las escuelas. Y así seguiremos.
Hay medios y políticos, y personajes socialmente reconocidos que han dicho: ¿Y qué tiene de bueno que no se maten entre ellos? Yo les pregunto: ¿cuántos policías han muerto desde marzo para acá, cuántos militares han muerto, cuántos custodios han muerto, cuántos transportistas, cuántos profesores? Ninguno. Estamos trabajando en reducir las muertas violentas, no sólo de parte de las pandillas, sino en general.
De cualquier manera, en cualquier guerra, la mayoría de las víctimas son civiles, así ha sido en la guerra entre ustedes también. Al suspender esta guerra, también mueren menos civiles. ¿Es así?
El Diablito: El especialista en criminalidad, este Ponce, sabe, debería saberlo, cuántos salvadoreños fueron masacrados en la guerra de los 80 que ni eran soldados ni eran guerrilleros. Entonces lo que vamos haciendo es esto, vamos a ir dando pasos y pasos. Entre más se alejen, más pasos vamos a ir dando, y si no lo creen ni los políticos ni el Estado, alguien lo va a creer.
Carlos Ponce y el general Vargas dijeron el domingo pasado en un debate que ustedes tienen acumulados armas y dinero, hablaron de un fondo de guerra que en cualquier momento lo pueden usar para reactivar el crimen. Es la interrogante incluso de mucha gente: ¿Y todo ese montón de pisto de extorsiones, quién lo tiene, a dónde está, qué andan tramando con esto?
El Sirra: Sobre las armas, mira viejito, aquí te puedo asegurar que son mentiras, en ninguna parte van a encontrar de eso. De vez en cuando van a encontrar una pistolita ahí toda mohosa, eso es normal, pero de amasar armamento... eso es mentira.
Entonces el dinero que ustedes han obtenido con extorsiones o con venta de drogas, ¿no se está acumulando, no han comprado empresas? Alguien de ustedes la última vez me dijo: no hombre, nosotros somos guanacos, somos 'el crimen organizado de la subsistencia'. ¿Entonces, ustedes no son como la mafia donde el crimen acumula capital para convertirse en empresarios?
El Sirra: No hay dinero guardado. No hay capital. No hay empresas. Miranos como estamos, viejo, o andá ver cómo viven nuestras familias.