Lo conocí cuando, en septiembre 2011, investigué
la historia detrás del litigio internacional sobre La Geo, el único ejemplo
exitoso de un Asocio Público Privado en el país – pleito que por años tenía
enfrentado al gobierno de El Salvador con la compañía italiana ENEL; pleito que
estaba poniendo nerviosos a todos los inversionistas internacionales; pleito
que además estábamos perdiendo en todas as instancias…
Don Billy me recibió docenas de veces en
su casa para estudiar documentos, y para largas discusiones, que siempre
comenzaron con la CEL, la GEO, y la ENEL, la energía renovable, la crisis
energética del país - y siempre terminaron con temas como la agricultura, la
Reforma Agraria, la espiral de violencia e intolerancia que llevó al país a la
guerra, la paz, la reconstrucción y la reconciliación. Al final terminamos de
amigos – y hasta la fecha nos citamos para largos almuerzos-tertulias.
Por ejemplo: Jorge Simán, fundador de El
Faro, donde me dieron espacio para regresar al oficio del escribir. Jorge es un
tipo tan decente que no me retiró su amistad, cuando me salí del Faro en un
gran pleito, muy a diferencia de su socio Carlos Dada.
Por ejemplo: Tom Hawk, el gringo metido
en política salvadoreña, con quien comparto los intentos, a veces quijotescos,
de renovar la política.
Por ejemplo Miguel Lacayo, a quien me
habían pintado como el ogro del equipo de Paco Flores. Ya tengo seis años de
compartir con Miguel las serias discusiones en el Consejo Editorial de El
Diario de Hoy, y también la jodarria, que vuelve tan fascinante esta mesa de
personalidades y egos - y resulta que es un tipo brillante y tolerante, con el
cual es fácil disentir y fácil llegar a conclusiones compartidas.
Todos ellos, y cuatro otros que no conozco
personalmente, están acusados en este juicio que conocemos como CEL-ENEL. La fiscalía
hasta la fecha no presentó ninguna prueba que se hayan enriquecido con su
participación en las negociaciones que llevaron a firmar el convenio entre la
CEL y ENEL, para conjuntamente desarrollar la generación de energía geotérmica.
Sin embrago, el juicio sigue su curso, y corren peligro de ser condenados. Por el
simple hecho que ya han sido condenados en la opinión pública, casi como
traidores a la patria – debido a una campaña política que inició Mauricio
Funes, junto con ejecutivos de la CEL, que buscaban esconder las tramas escandalosas
de corrupción que durante las administraciones de Saca y Funes se había
apoderado del sector energético. Y aunque el gobierno de Sánchez Cerén al final
negoció un acuerdo con los italianos de ENEL, reconociendo la plena legalidad
de sus acciones en La Geo para terminárselas comprando por 280 millones de
dólares, el FMLN sigue presionando a la CEL y al Fiscal General (que teme por
su reelección) a continuar este juicio político hasta las últimas
consecuencias.
Las consecuencias fatales serían (aparte de
la destrucción personal, moral y económica de los 8 acusados que identifican
como adversarios políticos) la pérdida de credibilidad de las instituciones jurídicas.
Una fiscalía y jueces que se prestan a usar el sistema judicial para persecución
política, destruyen personas, pero también el Estado de Derecho.
Dije que no voy a defender a los
acusados, porque no lo necesitan: sus abogados lo hacen muy bien, y en el campo
jurídico han desarmado, punto por punto, las acusaciones. Escribo estas líneas
para defender el Estado de Derecho. No podemos permitir que en nuestro país,
por presión del gobierno, procedan juicios políticos.
El día que el gobierno, la CEL y el
Fiscal General firmaron el convenio con ENEL para al fin salir de los litigios
internacionales que todas las estaban perdiendo, se hubiera tenido que
suspender el juicio penal y civil contra don Billy y los otros acusados. Desde
el principio este juicio ha sido político, y como tal cumplió su función:
presionar a los italianos para que suspendieran sus demandas internacionales y
vendieran sus acciones. Pero a partir de esta fecha el juicio, además de
político, es políticamente absurdo. Seguirlo es ilegal, inmoral y sumamente
peligroso para un país que necesita inversión internacional, que no va a venir
si no hay seguridad jurídica.
A ustedes, los 8 acusados, les aseguro
que no están solos. Hay quienes luchan por el Estado de Derecho.
(Mas!/El Diario de Hoy)