Querido Rodrigo
Molina Rochac:
Me encanta tu decisión de, a pesar de todo, aceptar el reto y aceptar la invitación de incorporarte al COENA de ARENA. A pesar de toda tu crítica a la manera como funciona este partido; a pesar de que sos un convencido liberal y ARENA no supera su pasado conservador y a veces reaccionario; a pesar de los riesgos que este paso puede acarrear a tu carrera profesional y empresarial como publicista que apenas se está abriendo campo…
Me encanta tu decisión de, a pesar de todo, aceptar el reto y aceptar la invitación de incorporarte al COENA de ARENA. A pesar de toda tu crítica a la manera como funciona este partido; a pesar de que sos un convencido liberal y ARENA no supera su pasado conservador y a veces reaccionario; a pesar de los riesgos que este paso puede acarrear a tu carrera profesional y empresarial como publicista que apenas se está abriendo campo…
Sin embargo, de vos no hubiera esperado (ni aceptado) que
claudicaras a la hora de la verdad. Sé que te costó la decisión, pero era
entre: callarse para siempre o subirse al ring y cambiar las cosas…
Por años tu generación de jóvenes profesionales críticos e independientes
ha exigido a los partidos que abran sus puertas al relevo de sus liderazgos e
ideas. Por años algunos viejos les hemos retado y jodido a ustedes que no se
queden esperando que las puertas se abran, sino que mejor las boten y se tomen
los espacios que les corresponden.
Ahora que en ARENA se dan los primeros signos de apertura,
tienen que entrar algunos para probar si es cierto o si es mentira. Sabemos que
algunos en Arena quieren abrir las puertas a la juventud, pero más bien para
mediatizar y neutralizar el espíritu de rebeldía y renovación. Para que ellos
no tengan la razón, lo que tenés que hacer es quedarte parado en la puerta y mantenerla
abierta para que entren gente nueva, aires nuevos, ideas frescas. Si vos
controlás la puerta, para que nunca más se vuelva a cerrar, tu entrada es el
inicio de la renovación. Si no, es la proverbial paloma que no hace verano.
Conociéndote a vos, estoy seguro que no te pueden ni comprar
ni neutralizar ni separarte de los movimientos cívicos donde nació tu
liderazgo. Más bien estoy seguro que vos vas a dar credibilidad al partido
frente a los ciudadanos críticos, y que adentro del partido vas a dar ánimo a
los que toman en serio los compromisos de cambio, democratización y
institucionalización del partido proclamados en el último Congreso.
Tu tarea inmediata no será hacer los grandes cambios, para
los cuales ahora no hay condiciones ni tiempo, porque ya comienza la siguiente
campaña electoral donde se trata de restablecer el equilibrio y los contrapesos
para que la democracia siga funcionando. Pero vos, junto con otros, puedes
asegurar que sí se den los cambios pequeños, y en la dirección correcta: más
transparencia en la selección de candidatos; espacio para nuevos liderazgos a
competir por alcaldías y diputaciones; combatir los conflictos entre intereses
de los funcionarios a mantener su poder personal y el partido y su necesidad de
definir políticas públicas…
Mantener el debate vivo y la puerta abierta, estas son tus
tareas. No tienes que hacer milagros, solo mostrar que vale la pena meterse y
que existe un nuevo liderazgo, basado en principios y honestidad intelectual.
No estarás solo, Rodrigo. Saludos, Paolo Lüers
(Mas!/EDH)