Se la metieron a Italia, la pelota. Pura Vida ganó la Dolce Vita. ¡Felicidades! Y oigan: No se dejen quitar esta victoria, por nadie. Aquí en El Salvador hay muchos que, para no sentirse tan mal ante el lamentable estado del fútbol nuestro, rapidito declaran el 1:0 contra Italia un “triunfo centroamericano”. No, señores, este triunfo es resultado del buen trabajo de Costa Rica, donde tienen años de hacer cabal su trabajo; donde construyeron canchas bonitas en cada cantón; promueven el deporte en las escuelas e invierten en los jóvenes talentos. Cosas que en El Salvador no se han hecho - y por esta razón estamos jodidos, mientras que Costa Rica puede celebrar que derrotó a Uruguay e Italia y que va a la segunda ronda del Mundial 2014.
No es Centroamérica quien ganó los
partidos, son ustedes, los ticos. No tienen porqué compartir su triunfo con
nadie, mucho menos con los vecinos que no hicieron sus tareas.
En TeleSur, en su programa De Zurda con Diego Maradona, describen
los partidos del Mundial como si fueran batallas entre el Sur y el Norte, entre
el continente suramericano y Europa, entre pobres y ricos, entre indios y
cheles. ¡Paja! Son países los que compiten, no razas. Los éxitos de Colombia,
Chile y Costa Rica no son triunfos de América Latina, son victorias de equipos
y países que han hecho bien su trabajo - a diferencia de los mediocres y
mimados de Brasil y Argentina. Y de nosotros que ni calificamos. Y lo mismo en
Europa: Algunos se prepararon bien, fueron visionarios, y otros no. Unos tienen
éxito, otros no.
Ustedes los ticos recogen en Brasil los
frutos de su trabajo sistemático, paciente y creativo. Hoy que cosechan éxitos,
no tienen porque compartir el crédito con nadie. El fútbol centroamericano
sigue siendo deficiente, porque la mayor parte de los países no han hecho sus
tareas; no han limpiado el deporte de la corrupción; y no han invertido en
deporte masivo, pero con incentivos para los talentos. No vengan ahora a tapar
sus errores apropiándose del éxito de Costa Rica.
Lo que ustedes lograron muestra lo mal
que estamos los vecinos. No vengan a celebrar que “el fútbol centroamericano”
ha mostrado calidad en Brasil. No hay nada que celebrar en el fútbol
salvadoreño - hay que trabajar.
Esto no significa que los salvadoreños no
podemos celebrar el 1:0 sobre Italia. Claro que sí, pero como triunfo de otros,
sin tratar de apropiarnos de lo que no es nuestro. La manera cómo ustedes se
desempeñan en Brasil hay que celebrarla como ejemplo, como incentivo, pero no
como algo propio, cuando no hay mérito propio.
Yo siempre celebro cuando un David logra
fregar a un Goliat, cuando un pequeño vence a un grande. De plano, si esta
lección tica les hubiera tocado a los alemanes, igual lo hubiera celebrado.
Claro que voy con Alemania – a menos que un David le haga burla, como lo
hicieron ustedes a los italianos.
Los pobres diablos que ven el fútbol como
extensión de la geopolítica, desperdician los mejores partidos tratando de
entenderlos como enfrentamientos entre bloques políticos o razas. Pierden el
verdadero chiste del fútbol, como deporte donde en cada momento es posible que
la audacia se imponga a la arrogancia, que el débil burle al fuerte…
Espero que sigan jugando así, mis amigos
ticos, sin tapujos, sin miedos, sin complejos. Y que se sigan llevando otros
Goliat en el camino.
¡Qué tuanis!, Paolo Lüers
(Mas!/EDH)