Ustedes que viven en zozobra por los homicidios, la renta, las pandillas, los operativos antipandillas, los tiroteos... si se preguntan si realmente la vida tiene que ser así, los reto a que vayan a darse una vuelta a Valle del Sol, donde el sábado de Semana Santa inauguran su Fiesta Patronal con un bombazo: con la Sonora Dinamita. Y con toda la gente en la calle, de las 5pm hasta bien noche...
Todos están invitados, porque la gente de
Valle del Sol quieren que conozcan, de cerca y con sus propios ojos y oídos, un
territorio liberado del miedo. Y no estamos hablando de una comunidad escondida
en las montañas del norte del país donde las pandillas nunca incursionaron.
Estamos hablando de una colonia de Apopa, de unos 18 mil habitantes, donde
antes tenían una cuota de sangre de casi 200 asesinatos al año - y donde ahora
celebran que tienen 2 años sin un solo asesinato.
Ustedes que viven en colonias vecinas:
¿No quieren entender porqué en Valle del Sol, una colonia igual de miserable
que la suya, terminó la matanza y se calmó la extorsión?
No es que en Valle del Sol hayan
desparecidos los pandilleros. Ahí están, viven en la colonia, andan en las
calles, estarán en la fiesta del sábado – pero tienen dos años de respetar una
paz acordada con sus vecinos, con las escuelas e iglesias, con las pocas
empresas que hay.
No es resultado de grandes inversiones.
El gobierno central, como la alcaldía es una de las que el FMLN perdió a ARENA
en el 2012, no ha invertido nada. Y la alcaldía de Apopa, como los dirigentes
comunales de Valle del Sol tienen fama de rojos, tampoco no invirtió nada en
esta colonia.
Valle del Sol es el ejemplo que el factor
decisivo para construir la paz es la voluntad, no el pisto. Claro, si el
gobierno hubiera focalizado fondos para reforzar el presupuesto de las escuelas
de Valle del Sol, una buena cantidad de menores que andan con la pandilla ya se
hubieran vuelto a integrar al sistema educativo. Si la alcaldía hubiera
focalizado sus fondos para fomento de microempresas en Valle del Sol, buena
parte de los pandilleros ya estarían en vías de su inserción productiva...
Si aprovechan la invitación y se den una
vuelta a Valle del Sol y hablan con la gente ahí –con comerciantes, con
maestros, con jóvenes, con pandilleros- se darán cuenta que la falta de fondos
y de atención del Estado es grave, pero no es un pretexto para no hacer nada.
Reconstruyendo las relaciones entre vecinos, convirtiéndose en verdaderos
vecinos que dialoguen y cooperen, se puede hacer milagros. Porque lo que pasa
en Valle del Sol parece milagro: de una de las colonias más peligrosas, se hizo
una de las más tranquilas; de 200 homicidios al año, bajaron a cero en dos
años...
¿Cómo lo hicieron? Hablando. Escuchando.
Superando resentimientos. Entendiéndose. Llegando a la conclusión que entre
todos tenían que cuidar el futuro de sus hijos. Esto se llama rehabilitación de
comunidades o reconstrucción del tejido social dañado por guerra, marginación,
migración.. Pero en el fondo es una cosa muy simple: ser buenos vecinos,
sin exclusión.
Ustedes van a preferir ir a un balneario,
a una playa, a un río. Los entiendo. Son vacaciones. Pero tal vez, provocado
por esta carta, hay una docena de curiosos y valientes que se acerquen a la
fiesta de Valle del Sol, diciendo: A ver si es paja lo que escribe esto
viejito, o si hay algo de verdad, algo que vale la pena conocer y entender - y
tal vez reproducir donde vivo.
Les aseguro que valdrá la pena. Aunque
solo por la Sonora Dinamita.
Felices vacaciones les desea Paolo
Lüers
PS: A los que van a un balneario, les
recomiendo Apulo. Pregunten a las señoras de los puestos de comida o que venden
agua de coco: ¿Es cierto que aquí los pandilleros ya no cobran renta? Y se van
a llevar la misma sorpresa: la paz es posible.
(Más!/EDH)