Ya no somos vecinos, pero durante 10 años compartimos la misma calle en la misma colonia, compartimos los cumpleaños de hijos y abuelas... Fuimos buenos vecinos, concientes de nuestras diferencias políticas. A veces las discutimos, a veces no. Para mi: vecinos así, vecinos para siempre, aunque la vida nos haya separado en diferentes barrios y en diferentes campos políticos...
Por esto, me puse feliz cuando el día del
segundo escrutinio, en la cima de las tensiones políticas que caracterizan
nuestro país en tiempos electorales, te escuché decir que: “Yo amo a mis
vecinos que siempre votan por ARENA. Y espero que me amen a mi, aunque soy del
FMLN. No permitamos que el odio nos divida...”
¡Qué bueno que alguien diga estas
palabras en esta noche tan tensa! Alguien lo tenía que decir, urgentemente,
antes de que saliéramos a la calla insultarnos o darnos riata. ¡Y qué bueno que
fuiste tú, Lorena, mi vecina de la Centroamérica!
A veces, en el calor de las batallas
políticas, nos olvidamos que somos vecinos todos. En este país tan chiquito
todos somos vecinos, primos, compañeros de colegio o de trabajo. Y mientras no
nos olvidamos de esto, gracias a palabras como las tuyas en el momento cuando
más se necesita, no tengo miedo de la polarización.
De todos modos nosotros dos coincidimos
en una cosa: la polarización, el conflicto político, la crítica aguda no son
nada malos. Son necesarios en una sociedad que todavía busca su rumbo. Vos,
igual que yo, sos adicta a la polémica.
Pero en última instancia, más allá de ser
políticos, y más allá de ser adversarios, somos vecinos. Con las familias que
comparten con nosotros la misma calle, así como con vos que ya no la
compartimos, seremos vecinos gobierne Norman o gobierne Salvador. Compartiremos
los mismos problemas con nuestros hijos, con la delincuencia, con los desastres
naturales y de tráfico, esté quien esté en Casa Presidencial. Nuestra
convivencia es demasiado importante para joderla siempre cuando vayamos a
elecciones.
Yo a veces me olvido de esta verdad. Por
esto te agradezco, querida vecina Lorena, que me hayas acordado que somos
vecinos.
Hago esta carta extensiva a todos que
viven y trabajan conmigo y que han votado diferente que yo. Sigamos peleando,
cada uno por sus principios. Pero sigamos siendo vecinos, colegas y amigos.
Saludos, Paolo Lüers
(Más!/EDH)