Ustedes, como es propio de su generación, sí tienen coraje: Desafían a la realidad del país (y del mundo, de la historia...) con su consigna: “Voluntad versus Pobreza”. ¡Wow!
Cualquiera que propusiera esta frase en
un foro des historiadores, antropólogos o sociólogos, se expusiera a
comentarios irónicos sobre la ingenuidad de la juventud. Por supuesto que la
pobreza no se supera con buena voluntad sino con políticas adecuadas. O como
dirían los marxistas: No se supera con voluntarismo sino con transformaciones
estructurales...
Pero ustedes, los de TECHO, no proponen
su consigna en foros académicos, sino en la calle. No van a discutir y
analizar, sino a actuar. Van a las comunidades a construir casas y construir tejido social. Hablan
de voluntad, pero practican voluntariado: bichos de clase media uniéndose a
bichos de las marginales, construyendo casitas, superando el déficit de
educación, salud y oportunidades laborales.
Tienen razón los marxistas escépticos:
Con esto no van a cambiar al mundo. Pero me consta, porque lo vi en mi propio
hijo: cambian sus vidas. Y cambian las vidas de las pocas comunidades donde han
comenzado a reparar el tejido social...
Mi hijo tuvo 16 años y lo único que
realmente le interesaba eran marcas de ropa, zapatos y desodorante. Hasta que
una reine de belleza lo invitó a participar en TECHO, en un fin de semana de
construcción de vivienda. Claro que se fue detrás de la chica. Pero regresó cambiado.
Algo pasó en su cabeza y en su corazón - y no fue obra de la reina, sino de la
satisfacción de hacer algo útil. A partir de este fin de semana, mi hijo
comenzó a entender su país. Lo que yo, como papá, no había logrado despertar,
lo despertó TECHO en él: un sentido de responsabilidad por la manera cómo vive
la mayoría de nuestros compatriotas.
Mañana viernes 18 y el sábado 19 los
vamos a ver a ustedes, bichas y bichos de TECHO, en los semáforos de la capital
pidiendo nuestro aporte. Yo exijo a todos que les regalemos dos cosas: una
sonrisa y unos dólares. Y un gracias, porque ellos hacen lo que nosotros no
hacemos: combatir la pobreza con voluntad plasmada en trabajo, no en palabras.
No se dejen desanimar cuando de la
experiencia en la calle y en las comunidades regresen a los pasillos de las
universidades y las discusiones estériles de cómo transformar al mundo. No se
dejen desanimar cuando en la noche regresen y ven en televisión los debates de
los políticos. Aunque parecen locos ustedes, todo sudados y quemados, los locos
son aquellos que solo hablan, y los cuerdos son ustedes que reaccionan cuando
ven injusticia y pobreza.
Los felicito. Paolo Lüers
(Más!/EDH)
@paololuers