“Quien llora ya perdió.” Palabra de mi mamá. Nunca aplicó esta sabiduría a ninguno de sus 8 hijos cuando lloramos después de un evento doloroso. No, nada de machismo, como el de mi papá, que vio a uno llorar con la pierna fracturada y decía: “Un muchacho alemán nunca llora.” No, mi mamá se refirió a llorar antes. Esto, para ella, era anticipar la derrota o la desgracia – y esto no valía...
¿Por qué les cuento esto a ustedes que
dirigen un partido opositor y una campaña presidencial? Pues, para decirles que
dejen de lloriquear que les van hacer fraude electoral.
No estoy diciendo que dejen de armar
pleito donde hay que pararse firme. Claro que tienen que exigir al Fiscal
General que no nombre a una militante del FMLN (o de cualquier otro partido)
como fiscal electoral. Hagan la batalla, pero sin llorar, sin hablar de fraude.
Hablen de legalidad.
Tampoco estoy diciendo que no enfrenten
las payasadas de Walter Araujo. Pero enfréntenlas políticamente, desarmando sus
discursos - o dejándolos caer en ridículo, pero sin adjudicarle superpoderes de
fraude que no posee ni él, ni el TSE en general. Araujo ya se autodestruyó,
dejen que se siga desprestigiando solito, dentro o fuera del TSE. Más bien,
úsenlo como ejemplo vivo de la necesidad de reformar el Tribunal para que sea
una instancia independiente, profesional y confiable. Pero no lo usen para
lamentar un fraude que está fuera de su alcance.
Tampoco estoy objetando que reten al
Tribunal Supremo Electoral a que compruebe la idoneidad de las empresas que
contrata para la transmisión y el procesamiento de los datos electorales.
Háganlo, pero con argumentos técnicos, no con fantasmas..
La confiabilidad del proceso electoral
muy poco depende de las buenas o malas intenciones de los magistrados. Depende
principalmente de la capacidad de los partidos de formar aparatos de vigilancia
electoral fuertes, motivados, bien capacitados, muy organizados y
coordinados... e incorruptibles. Esa es la garantía de la integridad del
proceso electoral. Si este aparato funciona, ni Walter Araujo ni una fiscal
electoral del Frente juntos pueden cometer un fraude. Ni metiendo empresas
venezolanas en la parte de procesamiento de datos...
No confundan la beligerancia, que es
necesaria para defender la limpieza del proceso electoral, con lamentos y
lloriqueos. El que no entiende esto, se expone a la sospecha de querer matar su
chucho a tiempo, anticipando que posiblemente va a perder.
Háganle caso a la sabiduría de mi mamá. Saludos, Paolo Lüers
@paololuers
(Más!/EDH)