jueves, 6 de junio de 2013

Carta a los papás

Estimados compadres:
Hay regalos que nadie pide y nadie quiere. Entonces, mejor las devolvemos, y si esto no es posible sin ofender, los botamos o los engavetamos. Tengo una gaveta llena de estos chunches.

Hoy nos cayó un regalo que es peor. Es un regalo impuesto: el día del padre con asueto nacional obligatorio para el sector público y el sector privado.

No sólo que nadie lo pidió, el colmo es que los diputados de GANAFMLN nos lo regalan, pero los que tenemos que pagarlo somos nosotros mismos. Lo recibimos como padres y lo pagamos como ciudadanos, sea en calidad de contribuyentes (pagar el día feriado a todos los empleados públicos), sea en calidad de consumidores (porque no crean que las empresas van a asumir este costo extra, sino lo van a pasar a sus clientes).

Lo que los padres de familia estamos pidiendo (más bien, exigiendo a gritos) no es un día más de vacación o de pago doble, sino empleo, crecimiento y seguridad. Ya calcularon que este regalito electoral va a costarle a la economía salvadoreña 12 millones de dólares al año. Así que tienen razón los industriales que piden que se derogue esta tontería. Pero, ¿cuál es la respuesta de los diputados del FMLNGANA? Si siguen jodiendo, vamos a decretar lo mismo para el día de la madre. Y luego el día del niño, el día del chucho, el día de la secretaria, etcétera...

Yo no tengo nada contra el día del padre. Muchos países lo celebran, pero lo celebran, igual que el día de la madre, un determinado domingo cada año. Así es en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Holanda. No se dan el lujo de decretar asueto para celebrar el día de la madre o el día del padre. En Alemania el “Vatertag” tiene una gran tradición: lo pusieron encima de una fecha religiosa, que de todos modos tenía asueto. El día de padre se celebra en grande: con excursiones colectivas e inmenso consumo de cerveza. Muchos le dicen el “día de la cervecerías”, así como el día de la madre (segundo domingo de mayo) es el “día de las floristerías”. Pero a nadie se le ocurre parar la economía para estas fechas. Todo el mundo va a joder el día del padre, pero cada uno paga su cuenta, no el estado o la economía nacional. Y así tiene que ser.

En vez de decretar este tipo de tonterías, los diputados deberían abolir estos días. Ciertamente abolir el asueto. No es por decreto que vamos a celebrar a las mamás o a los padres, sino por ganas de darles un homenaje.

Este regalo, que no pedimos y no podemos devolver, es una ofensa.

Saludos a todos los padres, celebremos el placer de tener hijos. Y los diputados que no se metan.

Saludos de Paolo Lüers
(Más!/EDH)