Pero de repente sale una encuesta que
pone al FMLN en una gran ventaja. Según la encuesta presentada el 28 de mayo
por la UCA, ya no existe ningún empate: en su medición de partidos el Frente
gana con 44% contra los 25% de Arena y los 18.5% que suman Unidad, Gana, PDC y
PCN. Y cuando preguntan por los candidatos, Sánchez Cerén recibe 36%, Saca 28%
y Quijano 24.9%. Como dicen en bicicletismo: se rompió el pelotón.
Quiere decir que según la UCA, han pasado
dos cosas recientemente que nadie se ha dado cuenta: El FMLN y su candidato
rompieron el desempate y espaparon del montón, tomando una clara delantera. Y
segundo: Saca sobrepasó a Quijano, relegándolo a un distante tercer lugar. No
voy a decir que es imposible que pasen dos cambios tan dramáticos. Es inusual,
pero no imposible. Normalmente los cambios de tendencia, una vez que cada
candidato ha consolidado su voto cautivo, son lentos y graduales. A menos que
pase algo de mucho impacto, algún evento político contundente, que cambie todo.
¿Pero cuáles serían estos eventos que pueden haber cambiado las preferencias
electorales en las últimas semanas en nuestro país? Que alguien me lo cuente.
Sólo hay dos maneras de explicar la
sorprendente discrepancia de los resultados de la UCA en comparación con las
recientes encuestas de Jabes/EDH, Mitofsky y la UTEC, El Mundo, que todos
pintaban más o menos el mismo cuadro. Una es que todas esas encuestas
anteriores estaban mal hechas y por tanto la de la UCA es la primera en pintar
un cuadro realista y marcar el punto de partida. O asumamos que las encuestas
anteriores estaban acertadas, pero que algo pasó, algún terremoto político, que
cambió drásticamente la correlación de fuerzas. Bueno, la tercera manera de
explicar la diferencia sería que la encuesta de la UCA esté contaminada.
Por más que se revise, es imposible
encontrar un hecho político de las últimas semanas que explique este repunte
del FMLN y este descalabro de ARENA que diagnostica la UCA. Más bien,
analizando el desarrollo de las campañas y de la política nacional, todo
indicaba que estábamos en un período en que los tres bloques se consolidaban
internamente y en relación con sus bases. Nada indicaba que estábamos en un
período de definición y de crecimientos.
¿Será entonces que entre las otras
encuestas, por una parte, y la de la UCA, por otra, existe una diferencia
metodológica tan marcada como para explicar que pinten situaciones tan
diferentes? No sé, el boletín publicado por la UCA no incluye suficiente
información demográfica sobre su muestra como para tener un juicio inteligente
sobre esto. Me da la sensación que posiblemente la población realmente clave
para las elecciones (urbana, clase media, profesionales, jóvenes) no hayan sido
adecuadamente representados.
Otra cosa que puede haber contaminado la
encuesta de la UCA es que mezcló dos propósitos: la evaluación del gobierno de
Funes/FMLN y el sondeo de preferencias electorales. Esto puede ser un problema.
Si la numeración de las preguntas en el boletín de la UCA corresponde a la
secuencia real de las entrevistas, el ciudadano ha sido sometido al tortuoso
proceso de contestar no menos de 59 (!) preguntas, antes de que lo pregunten
sobre partidos y candidatos.
Lo que normalmente se hace en el análisis
comparativo de encuestas es eliminar las que muestran picos extremos en una u
otra dirección, y luego sacar el promedio de los demás. Cuando todos las
encuestas estén sobre la mesa, posiblemente esto le va a pasar a esta encuesta
de la UCA que nos induce a creer que estas elecciones ya están en fase de
definirse. Esta carrera apenas está comenzando.
(El Diario de Hoy)