jueves, 13 de diciembre de 2012

Columna transversal: Componer es reforma, superación, innovación

Muchos hemos advertido con insistencia que el solo hecho que el Gobierno actual sea un fracaso no es garantía que la oposición gane las próximas elecciones presidenciales. Aunque es cierto que los ciudadanos están sumamente frustrados con el presente político, de ninguna manera significa que quieren regresar al pasado.

Muchos no han querido escuchar estas advertencias. Parecen estar pensando que ARENA puede ganar por default: como el actual Gobierno está mal, el FMLN no puede ganar; como Tony Saca es conocido como corrupto, nadie le va a volver a confiar. Ergo, ganará ARENA... Error de cálculo.


Esta batalla no se gana por default. Hay que ganarse a los votantes convenciéndolos por su claridad de principios, la coherencia de sus propuestas, y la credibilidad de sus líderes. Sobre todo se necesita una visión clara del futuro: ¿Adónde vamos a llevar al país? ¿Cómo lo vamos a componer y hacer progresar?

Si un partido de oposición no proyecta todo esto, y con claridad y credibilidad, los ciudadanos bien pueden decir: Si nadie me ofrece nada nuevo, igual vamos con los otros viejos conocidos, por más corruptos e incapaces que sean. Entonces, la decisión es al azar. Dependiendo quién pone más pisto o sonríe mejor.

Las últimas encuestas publicadas reflejan que esto está pasando: Nadie convence a los ciudadanos, nadie los entusiasma, nadie les ofrece la visión de un futuro posible, por el cual vale trabajar, participar y pelear. Ergo: Vale votar por cualquiera de las tres opciones sobre la mesa, en el fondo no hay diferencia. Ni importa, gana quien gane, vamos a seguir con mal Gobierno...

Esto suena muy feo para muchos en la oposición. Así es a veces con las verdades incómodas. Pero también hay noticias buenas para la oposición. Primero: Si ARENA tiene el problema arriba señalado, los demás lo tienen igual o peor: Sánchez Cerén, ni con Oscar Ortíz chineándole ni hablando todos los días de "el cambio" y del "buen vivir", puede presentar una imagen de futuro, progreso o desarrollo, sino más bien de un pasado obsoleto que se niega a morir.

Y Tony Saca, por más que trate de distanciarse de su hijo ilegítimo GANA (para no ser mal educado y decir hijo bastardo) y tratar de hacerse de compañeros de viaje con imagen de honrados y reformistas, no puede desmarcarse de la corrupción, del clientelismo, del populismo, del endeudamiento, de los compadrazgos... Sobre todo porque estos pecados no quedan en el pasado y se sabe que la gente de Saca está detrás de buena parte de la corrupción del presente y del gobierno de Funes.

La segunda buena noticia para la oposición es: Si es cierto que las tres fuerzas que compiten por el poder tienen el mismo problema de no representar, para la ciudadanía, una opción creíble de cambio hacía un futuro mejor, también es cierto que la oposición tiene condiciones incomparablemente mejores que los demás para superar este problema. Y todavía hay tiempo para hacerlo. Si es que la oposición realmente quiere apostar a ganar y para componer al país, su economía, su cultura política, su crecimiento, su administración pública. Y si entiende que componer no es regresar a lo que se hizo y cómo se hizo cuando ARENA estaba gobernando. Componer es reforma, superación, innovación.
¿Por qué digo que apostar al futuro es más fácil para ARENA que para el FMLN y GANA? Siempre es más fácil para la oposición. El problema es que ARENA ha sido una oposición tibia, sin coherencia, sin consistencia, sin capacidad de proyectar un conjunto de principios y propósitos y aplicarlos consecuentemente a su actuación en la Asamblea y en la opinión pública. Además ha sido una oposición sin capacidad de proyectar un conjunto de voceros competentes y decir: "Esto es nuestro futuro equipo de gobierno..."

La oposición además la ventaja de tener un candidato que entró al ruedo de la campaña presidencial con un gran capital político y de simpatía personal, y un partido que acaba de levantarse de una crisis que le permitió limpiarse y redefinirse. Si el partido, antes de que este enorme capital de su candidato se derrita (cosa que ya comenzó a darse), logra terminar bien el ciclo de la salida de su crisis y realmente se reinventa y comienza a proyectar lo mejor de sus liderazgos, sus ideas y sus propuestas, la oposición puede ponerse en una situación de ventaja que sus competidores difícilmente podrán igualar. ARENA puede reinventarse si decide producir una apertura y si las elites económicas, sociales e intelectuales de la sociedad civil deciden aprovecharse de ella y llenar el vacío.

No se trata de sustituir líderes, mucho menos al candidato. Sería una locura suicida. Lo único que tiene que hacer la oposición es recomponer su liderazgo y complementarlo, pero esto lo tiene que hacer con audacia y apertura, dejando de excluir a los jóvenes, rebeldes, los renovadores y los que no han sudado camisas partidarias. Con Freddy Cristiani presidiendo al partido y líderes con nuevos liderazgos e ideas asumiendo la conducción diaria; con Norman Quijano armando equipos de campaña y de gobierno con las personas más capaces y visionarias de su partido, de la oposición amplia, de la sociedad civil, de la empresa privada y de la academia, la oposición puede tomar la iniciativa y la delantera en la larga carrera que falta para el 2014.

Si en esta batalla no hay nadie que se atreve a pelear con visiones y propuestas apostando al futuro, uno de los tres ganará por default. Pero haría otro mal Gobierno.
(El Diario de Hoy)